¿Ha sido limitado el crecimiento inclusivo en la República Dominicana por los mercados laborales? Agosto de 2017 El fuerte crecimiento de la República Dominicana después de la crisis de 2003 no fue acompañado de avances similares en materia de reducción de la pobreza. Mientras que la productividad laboral creció en un 39 por ciento entre 2000 y 2013, los salarios disminuyeron con la crisis de 2003-2004 y, en 2013, permanecieron por debajo del nivel anterior a la crisis. Este informe presenta una evaluación de los factores relacionados con el funcionamiento del mercado laboral que obstaculizaron el crecimiento inclusivo en la República Dominicana. Explora varias hipótesis relacionadas con los factores de oferta laboral, generación de empleos, y tendencias globales en rendimientos derivados del trabajo, así como asuntos con mediciones estadísticas que ayudan a explicar la débil relación observada entre crecimiento y reducción de la pobreza. El análisis muestra que el crecimiento económico parece haber sido impulsado por incrementos de productividad y no por aumentos en el empleo. Los trabajadores poco calificados se han concentrado cada vez más en trabajos de baja calidad y en sectores que tuvieron bajo crecimiento de la productividad, una tendencia incrementada por la pérdida de trabajos del sector manufacturero desde 2000. Las bajas tasas de participación en la fuerza laboral, particularmente entre los pobres, limitaron la habilidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento. Práctica Global de Pobreza y Equidad Región de América Latina y el Caribe Documento del Banco Mundial / Translation of “Do Labor Markets Limit the Inclusiveness of Growth in the Dominican Republic?” Contenido 1. Introducción ............................................................................................................................................... 5 2. La falta de crecimiento inclusivo en la República Dominicana .......................................................... 8 3. ¿Por qué el crecimiento no favorece más a los pobres? Evaluación desde la perspectiva del mercado laboral ................................................................................................................................................13 3.1 Error de medición estadística ..............................................................................................................18 Hipótesis 1: El error de medición estadística no explica la brecha entre la productividad laboral y los salarios. .............................................................................................................................................18 3.2 Débil generación de empleos y demanda de trabajo ........................................................................20 Hipótesis 2: La contribución del factor trabajo en la República Dominicana cayó como resultado de la crisis 2003-2004, pero parece haberse recuperado. ..................................................20 Hipótesis 3: El crecimiento económico no ha resultado en mayor generación de empleos. .......26 3.3 Calidad de los empleos .........................................................................................................................31 Hipótesis 4: La calidad de los empleos no ha mejorado y los segmentos pobres de la población se concentran en sectores de baja productividad laboral. ..................................................................31 3.4 Oferta laboral .........................................................................................................................................36 Hipótesis 5: La baja participación en la fuerza laboral limita la capacidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento económico. .............................................................................................36 Hipótesis 6: La evidencia disponible sugiere que la inmigración proveniente de Haití tiene poco o ningún efecto sobre los salarios recibidos por la mano de obra local. .........................................43 4. ¿Qué significa esto para las agendas de empleo y equidad en la República Dominicana? ............52 5. Conclusiones ............................................................................................................................................56 Referencias ........................................................................................................................................................59 Apéndice I: Resultados de regresión de salarios e inmigración.................................................................62 Gráficos Gráfico 2.1 La República Dominicana ha registrado un crecimiento más fuerte que el promedio regional desde 2000 ........................................................................................................................................... 9 Gráfico 2.2 Los índices de pobreza se han reducido menos de lo esperado en la República Dominicana.......................................................................................................................................................10 Gráfico 2.3 Tamaño de la clase media se ha venido reduciendo en la República Dominicana, 2000- 2013 ....................................................................................................................................................................11 Gráfico 3.1 Crecimiento en productividad ha rebasado el crecimiento de salarios ...............................13 Gráfico 3.2 Al tiempo que los salarios crecieron en América del Sur, no crecieron ni en América Central ni en México .......................................................................................................................................14 Gráfico 3.3 Media de salarios por hora para todos los niveles de educación no se ha recuperado desde 2004.........................................................................................................................................................15 Gráfico 3.4 La nueva metodología de cuentas nacionales resulta en menores estimados de crecimiento de productividad laboral (2000-2013) .....................................................................................19 Gráfico 3.5 Consideración de costos laborales en vez de salarios cierra la brecha apenas mínimamente ....................................................................................................................................................20 Gráfico 3.6 Contribución del factor trabajo y tasa de desempleo en la República Dominicana (1991- 2010) ..................................................................................................................................................................22 1 Gráfico 3.7 Tendencia en la contribución del factor trabajo a lo largo de los países, 2000-2010........23 Gráfico 3.8 Contribución del factor trabajo correlacionada con valor agregado a lo largo de los sectores ..............................................................................................................................................................25 Gráfico 3.9 La República Dominicana está por debajo del promedio en términos de crecimiento laboral… ............................................................................................................................................................27 Gráfico 3.10 …y en elasticidad-crecimiento de empleos ...........................................................................27 Gráfico 3.11 Los determinantes laborales en la República Dominicana solo contribuyen modestamente a un crecimiento de valor agregado (2003-2013)..............................................................28 Gráfico 3.12 Tasas de empleo son menores para los pobres (2000-2013) ..............................................29 Gráfico 3.13 Desempleo ampliado ha permanecido casi constante en años de crecimiento fuerte y sostenido ...........................................................................................................................................................29 Gráfico 3.14 Desempleo ampliado es más alto entre aquellos con mayor formación académica .......30 Gráfico 3.15 Una amplia fracción de las empresas dominicanas identifican que una fuerza laboral con formación escolar inapropiada es un obstáculo importante para las empresas (2010) ..................31 Gráfico 3.16 La República Dominicana tiene mayor porcentaje de trabajo independiente y empleos en pequeñas empresas .....................................................................................................................................32 Gráfico 3.17 Sector de empleo de los segmentos pobres de la población en la República Dominicana (2000 y 2013) ....................................................................................................................................................33 Gráfico 3.18 Productividad laboral no ha crecido en sectores que emplean a los segmentos pobres de la población..................................................................................................................................................34 Gráfico 3.19 Productividad laboral ha crecido menos en sectores con más trabajadores no calificados ..........................................................................................................................................................34 Gráfico 3.20 Movimientos intersectoriales de empleo han incrementado la pobreza en la República Dominicana (2000-2013) ................................................................................................................................35 Gráfico 3.21 Tasas de participación en la fuerza laboral y tasas de empleo en la República Dominicana se encuentran dentro de las más bajas en ALC (2013). .......................................................37 Gráfico 3.22 Participación en la fuerza laboral entre los segmentos pobres de la población en la República Dominicana se encuentra también dentro de las más bajas en ALC (2012). .......................38 Gráfico 3.23 Alrededor de 30 por ciento de jóvenes mujeres dominicanas ni trabajan ni están matriculadas en la escuela, junto con 15 por ciento de hombres jóvenes (2013) ...................................38 Gráfico 3.24 La brecha en la participación en fuerza laboral en edad activa entre el 40 por ciento más pobre y el 60 por ciento más rico se ha estrechado en la República Dominicana (2003-2013). ..........39 Gráfico 3.25 Tasas de participación en la fuerza laboral en la República Dominicana (2000 y 2013) 40 Gráfico 3.26 Ingresos laborales jugaron un papel modesto en la reducción de la pobreza en la República Dominicana comparado con la región ALC .............................................................................41 Gráfico 3.27 Recibo de remesas y otras transferencias están asociadas con menor participación en la fuerza laboral en la República Dominicana (40 por ciento más pobre por género, 2012)....................42 Gráfico 3.28 Inmigrantes haitianos en la República Dominicana están agrupados geográficamente .46 Gráfico 3.29 Los inmigrantes provenientes de Haití tienen un nivel de escolaridad significativamente menor .................................................................................................................................................................48 Gráfico 3.30 Tendencias salariales para trabajos no calificados son similares a lo largo de sectores que emplean a trabajadores poco calificados ...............................................................................................50 Tablas Tabla 1 Hipótesis en resumen ........................................................................................................................16 2 Cuadros Cuadro 3.1 Medición de contribución del factor trabajo en la República Dominicana ........................21 Cuadro 3.2 Los "ninis" ....................................................................................................................................38 Cuadro 3.3 Un incremento en empleos ocupados por mujeres y en los ingresos han ayudado a reducir la pobreza en la República Dominicana ..........................................................................................40 Cuadro 3.4 Medición de la población de inmigrantes en la República Dominicana..............................44 Cuadro 3.5 La mayoría de estudios internacionales hallan efectos limitados de la inmigración sobre los salarios locales. ...........................................................................................................................................47 3 Reconocimientos El Banco Mundial agradece especialmente la estrecha colaboración del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y el apayo del Banco Central de la República Dominicana para efectos de la preparación de este informe. Este informe ha sido preparado por la Práctica Global de Pobreza y Equidad (Región de América Latina y el Caribe) del Banco Mundial. El informe fue elaborado por Javier E. Baez (Economista Senior) y Liliana D. Sousa (Economista). Mateo Salazar (Asociado Profesional Recién Egresado), Diana M. Sánchez (Consultora), Andrés García-Suaza (Consultor, Universidad Carlos III), Giselle Del Carmen (Consultora), Juan Carlos Parra (Economista), Cristina Cifuentes (Asistente), y Samantha Llach (Consultora) son otros miembros del equipo. El informe fue preparado bajo la supervisión de Louise Cord (Gerente de Práctica) y Oscar Calvo-Gonzalez (Gerente de Práctica). El equipo recibió valiosos comentarios de parte de Francisco Carneiro (Líder de Programa), Miguel Sánchez (Economista), Pablo Acosta (Economista Senior), María Davalos (Economista Senior), Gabriela Inchauste (Economista Senior) y Juan Martín Moreno (Economista Senior en Protección Social). Andrés Téllez-Núñez tradujo el documento. 4 1. Introducción Los índices de crecimiento económico de la República Dominicana a lo largo de la última década han sido notables y han convertido a ese país en una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina cerrando además la brecha de ingreso per cápita con el resto de la región. Entre 2000 y 2014 el crecimiento promedio fue de 4.6 por ciento por año, significativamente por encima de la media regional de América Latina y el Caribe (ALC) (3.1 por ciento).1 Durante el mismo período, el producto interno bruto per cápita en la República Dominicana creció 3.2 por ciento por año, por encima del promedio regional anual de 2.6 por ciento. Este ritmo más rápido de crecimiento ha llevado a que se den ingresos convergentes: mientras que el ingreso promedio regional fue 46 por ciento más alto que el de la República Dominicana en 1990, hacia 2014 se había reducido a solamente un 15 por ciento. De hecho, estimados muestran que si el ritmo de crecimiento observado durante los pasados cinco años continúa, la brecha desaparecería hacia 2020 (Banco Mundial, 2014). Esta robusta tendencia de crecimiento ha sido impulsada por grandes flujos de inversión extranjera directa, consumo doméstico –estimulado por las remesas- y, en menor medida, por exportaciones, principalmente, turismo. Las reformas económicas introducidas a principios de los años noventa contribuyeron a asegurar estabilidad macroeconómica atrayendo capital extranjero e implementando políticas económicas adecuadas. Luego de enfrentar una severa crisis local a mediados de la primera década de este siglo, la República Dominicana continuó con su trayectoria positiva de crecimiento –en gran medida sin haber sido perturbada por la crisis financiera global de 2008-2009. Durante los noventa y a principios de la primera década de este siglo, el país experimentó crecimiento económico rápido y estable. Posteriormente y ante un colapso bancario en 2003, una rápida devaluación de la moneda e inflación, precipitaron una crisis nacional que hizo que la economía se contrajera. Sin embargo, el crecimiento se recuperó prontamente y hacia 2005 la economía se encontraba creciendo a índices más altos que en años previos. El país afrontó con mayor resiliencia la crisis financiera global. Al paso que el declive afectó seriamente a varios países en la región, lo cual resultó en índices de crecimiento negativo a nivel regional en 2009, el crecimiento se desaceleró, pero permaneció positivo y relativamente fuerte en la República Dominicana tanto en 2008 como en 2009 (a 5.3 y 3.5 por ciento, respectivamente), e índices de crecimiento anual promedio de 5.0 por ciento en adelante2. Esta resiliencia fue en gran medida el resultado de la política fiscal expansionara contracíclica del gobierno implementada como respuesta para amortiguar el impacto. Sin embargo, este crecimiento económico notable y sostenido no resultó en reducción significativa de la pobreza durante la década luego de la crisis, sugiriendo que fue menos inclusivo que en el caso del crecimiento de la región. A 41.8 por ciento, el índice de pobreza oficial en 2013 permaneció por encima del nivel registrado en 2000 (32.6 por ciento) – ampliamente explicado por la crisis local que golpeó a la República Dominicana en 2003-2004 que movió el índice 1A menos que se observe de otra forma, los estimados de crecimiento macroeconómico usados en este análisis se toman de indicadores publicados antes de 2015. A mediados de 2015, el Banco Central de la República Dominicana publicó nuevas series actualizadas que usan una metodología diferente. Ver Sección 3.1 para mayor información acerca de las implicaciones de esta nueva metodología. 2 Estos estimados se basan en una metodología anterior para efectos de estimados de las cuentas nacionales. Note que los nuevos estimados de cuentas nacionales sugieren que el crecimiento en 2009 cayó a 0.9 por ciento. 5 de pobreza a 49.9 por ciento.3 De manera similar, datos estandarizados de 17 países ALC –no comparables con cifras oficiales- muestran que el índice de pobreza permanece alto considerando estándares regionales.4 En 2013, el índice de pobreza en el país (33 por ciento) fue ocho puntos porcentuales más alto que el promedio de ALC (25 por ciento). La reducción en el índice de pobreza en la República Dominicana fue también menor que en Panamá, un país vecino que, tal y como es el caso de la República Dominicana, experimentó índices de crecimiento fuertes y estables entre estos años. La pobreza se ha reducido sustancialmente desde 2013. Luego de permanecer por encima del 40 por ciento desde la crisis, los cálculos de pobreza para el 2014 apuntan a una reducción considerable de un año; información del 2015 muestra una reducción continuada de la pobreza. Este informe, sin embargo, se centra en ciertas ganancias lentas en materia de pobreza hasta 2013 y en las explicaciones posibles acerca de por qué los altos índices de crecimiento del país finalmente no se tradujeron en reducciones significativas de la pobreza durante este período. Un factor central que indica la falta de crecimiento económico inclusivo hasta 2013 radica en una aparente falta de conexión entre productividad laboral e ingresos derivados del mercado laboral. En consonancia con su fuerte crecimiento en materia de producción, la República Dominicana mostró altas tasas de productividad laboral entre 2000 y 2013. Estimaciones frecuentemente citadas indican que la productividad se incrementó en un 39 por ciento durante este período. Sin embargo, los salarios reales evidenciaron una tendencia opuesta, cayendo entre fines de los noventa y 2004 – una tendencia que se intensificó dada la crisis bancaria – y estancándose significativamente hasta 2013. Como resultado, los ingresos reales por hora tanto para trabajadores asalariados como para trabajadores independientes fueron un 26 por ciento menor en 2013 que en 2000. Otro elemento detrás de la falta observada de crecimiento inclusivo es el nivel relativamente bajo e inflexible de participación de adultos dominicanos en el mercado laboral. El mercado laboral es el mecanismo más prominente que canaliza los beneficios de crecimiento hacia la población. Como tal, la participación en la fuerza laboral y el estatus de empleo son frecuentemente fuertes predictores de pobreza y diferencias de ingresos.5 La información para la República Dominicana muestra que la vinculación de personas en edad de trabajar en el mercado laboral es relativamente baja, especialmente entre los segmentos pobres de la población. A un 67 por ciento, la participación en la fuerza laboral en la República Dominicana estuvo entre las más bajas de 17 países en ALC en 2013 – y esta proporción permaneció más o menos constante, aún en períodos de fuerte crecimiento económico. La baja tasa de participación es aún más crítica entre los segmentos pobres de la población, entre quienes solamente la mitad (55 por ciento) se encontraban trabajando o estaban buscando empleo en 2013. 3 Mientras que la República Dominicana publica índices de pobreza oficial dos veces por año, basado (s) en la información de marzo y septiembre, en este informe nosotros solamente reportamos índices de pobreza de septiembre para evitar asuntos relacionados con la temporalidad de la información. 4 Estos resultados se basan en tablas de SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial, 2010). Esta base de datos es un esfuerzo de estandarización regional que incrementa la comparación cruzada entre países. Para incrementar la comparabilidad, los indicadores atribuidos a SEDLAC a lo largo de este documento pueden diferir de las estadísticas oficiales reportadas por los gobiernos y las oficinas de estadísticas nacionales. El agregado ALC se basa en 17 países en la región para los cuales están disponibles la microdatos. 5 A menos que se indique lo contrario, las tasas de participación en la fuerza laboral y las tasas de desempleo incluidas en este informe se basan en la definición de desempleo abierto (es decir, individuos que buscan empleo activamente). 6 El principal objetivo de este estudio es identificar algunos de los factores relacionados con el funcionamiento del mercado laboral que impidieron que las ganancias derivadas del crecimiento para la primera década luego de la crisis 2003-2004 fueren más inclusivas. Para este fin, este informe investiga los dos enigmas arriba sugeridos: 1) ¿por qué las tendencias de salarios y de productividad laboral difieren?, y 2) ¿por qué la fuerza laboral no respondió más ante el crecimiento? Varias hipótesis subyacen estas preguntas –que van desde factores de oferta laboral hasta generación de empleos, tendencias internacionales en materia de remuneración laboral y de capital y mediciones estadísticas económicas. La evaluación del funcionamiento del mercado laboral en la República Dominicana centrada en materia de equidad puede ayudar a informar el debate continuo acerca de las políticas en torno a las reformas necesarias para aumentar los vínculos entre crecimiento económico, ingresos laborales y reducción de la pobreza. Un mercado laboral que funcione apropiadamente puede jugar un rol clave para transformar el capital humano en ingresos, dando así oportunidades de generación de ingresos para los hogares. Mejorar la calidad de la vinculación al mercado laboral, en el cual individuos de bajos ingresos y con bajas competencias puedan participar productivamente, puede tener un impacto significativo en los estándares de calidad de vida y reducción de pobreza en la República Dominicana. Este análisis identifica varios factores que limitaron la habilidad de los mercados laborales para acelerar la reducción de la pobreza en la República Dominicana. Primero, la medición estadística parece haber conducido a una sobrestimación de la brecha entre productividad laboral e ingresos. Sin embargo, luego de contabilizar el error de medición, la brecha continúa siendo sustancial y real. Segundo, la contribución del factor trabajo en el ingreso total –el porcentaje de la producción asignada para remuneración laboral- en la República Dominicana siguió siendo baja a la luz de una comparación internacional, aunque similar a otras economías en América Latina. El análisis también muestra que los sectores con un crecimiento más sólido han experimentado un descenso en el porcentaje de producción utilizada para compensar el trabajo, posiblemente debido a un cambio técnico "sesgado" que incrementa la productividad al paso que reduce la demanda de trabajo. Es más, el crecimiento económico no condujo a una mayor generación de empleos. Detrás de la creación austera de puestos de trabajo hubo una elasticidad relativamente baja del empleo en relación con el crecimiento. El crecimiento parece haber sido impulsado mucho más por incrementos de productividad que por aumentos en el empleo. Un factor crítico que afecta la habilidad de los mercados para acelerar la reducción de la pobreza es el hecho de que trabajadores de bajas competencias se han concentrado cada vez más en trabajos de baja calidad y en sectores que tuvieron bajo crecimiento de la productividad, una tendencia incrementada por la pérdida de trabajos del sector manufacturero desde 2000. Las bajas tasas de participación en la fuerza laboral, particularmente entre los pobres, limitaron la habilidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento. Finalmente, la investigación no encuentra evidencia de un efecto de la inmigración laboral de Haití sobre los salarios locales. Esto se debe a los niveles significativamente más bajos del grupo en formación escolar y alta concentración en pocas actividades económicas que limita su habilidad para competir directamente con los trabajadores locales. Este informe propone un conjunto de principios orientadores para fijar políticas prioritarias en materia de empleo con énfasis en equidad para la República Dominicana. Los resultados del análisis definen cuatro áreas para que la política remueva o mitigue las restricciones de creación de empleo y que desincentivan la participación en la fuerza laboral. La primera tiene que ver con incrementar la oferta y la intensidad de uso del capital humano, en particular incrementando la pertinencia y calidad de la educación básica y el acceso a otros servicios básicos, implementando buenos programas 7 de entrenamiento y empleo para jóvenes, ofreciendo guarderías y acceso pre-escolar, e implementando intervenciones que reduzcan los embarazos en adolescentes. Es también importante establecer políticas laborales que incentiven la generación de empleos y que reduzcan las ineficiencias, como simplificar la legislación laboral para reducir las distorsiones y costos de transacción sin sacrificar estándares sociales básicos. Una tercera área es incrementar la productividad en todos los sectores y mejorar el clima empresarial para impulsar la generación de empleos a través de la inversión en crecimiento de productividad en sectores en donde los segmentos pobres de la población se concentran, mejorar la calidad y prestación de los servicios, mejorar el clima empresarial así como la infraestructura, con el fin de reducir los costos de transacción y mejorar la conectividad. Finalmente, una política laboral basada en la evidencia requiere adicionalmente avanzar en la capacidad estadística y en la agenda de conocimiento del mercado laboral para entender mejor los débiles vínculos entre el crecimiento y el empleo. El resto del informe se estructura de la siguiente forma. La Sección 2 presenta una visión general de las tendencias de crecimiento y pobreza en la República Dominicana hasta 2013. La Sección 3 explora la cuestión acerca de por qué el crecimiento no fue más inclusivo en el país. Si el mercado laboral es la razón detrás de la falta de crecimiento inclusivo en la República Dominicana durante este período, entonces qué estuvo detrás de este desempeño insuficiente: ¿por qué la oferta de empleo fue baja y no respondió? ¿por qué se encuentran desconectados salarios y productividad? El resto de la sección explora seis hipótesis ligadas a estas preguntas. Estas incluyen participación en la fuerza laboral baja y aumentos en la inmigración; falta de demanda de trabajadores a pesar de un crecimiento robusto; asignación de empleos entre los sectores económicos y niveles de habilidad y competencias; temas de mediciones estadísticas; y el declive global y local en la participación de los ingresos laborales en el ingreso total. La Sección 4 presenta algunos principios que podrían guiar los esfuerzos de las políticas que buscan mejorar el funcionamiento del mercado laboral. La Sección 5 presenta las conclusiones. 2. La falta de crecimiento inclusivo en la República Dominicana La economía Dominicana se expandió a un ritmo anual promedio de 4.6 por ciento entre 2000 y 2014, considerablemente más alto que la media ALC (3.1 por ciento). Adicionalmente, el producto interno bruto per cápita en el país creció a 3.4 por ciento anualmente a lo largo del mismo período, bien por encima del promedio regional de 1.8 por ciento (gráfico 2.1). La diferencia en estas tasas de crecimiento ha conducido a una convergencia de ingresos entre la República Dominicana y el promedio regional de ALC: en 2014, el ingreso promedio regional fue 15 por ciento más alto que el del país, un declive sustancial a partir de la situación en 1990 cuando era 46 por ciento más alto. De manera similar, el ingreso per cápita promedio de los dominicanos en 2014 era 24 por ciento del correspondiente en Estados Unidos, subiendo de 14 por ciento en 1990. El proceso de rápido crecimiento en el país se suspendió temporalmente por una crisis financiera local a principios de la primera década del siglo, y en mucha menor proporción por la Crisis Financiera Global de 2009. Luego de disfrutar crecimiento sostenido durante los años noventa, la economía dominicana entró a una espiral descendente en 2003. Las consecuencias de la crisis local condujeron a un deterioro de las bases macroeconómicas: la economía se contrajo 0.3 por ciento, la primera contracción desde 1990; la tasa de inflación se cuadruplicó; el peso dominicano colapsó; las tasas de interés subieron y la deuda pública casi se triplicó. Y todavía, aun cuando el crecimiento siguió siendo lento en 2004, el siguiente año marcó el inicio de un proceso de recuperación económica. El crecimiento alcanzó índices por el orden de 10 por ciento en 2005 y 2006. Cuatro años 8 después, la economía fue una de las menos afectadas en la región por la Crisis Financiera Global. Aun cuando el crecimiento redujo su velocidad luego del declive económico internacional, permaneció positivo (a 5.3 y 3.5 por ciento, en 2008 y 2009, respectivamente) en la medida en que la economía supo enfrentar las consecuencias negativas de la crisis.6 Gráfico 2.1 La República Dominicana ha registrado un crecimiento más fuerte que el promedio regional desde 2000 PPP ($ Internacionales constantes 2011), 2000-2014 16,000 10% 14,000 8% PPA (Precios Constantes Internacionales 2011 $) 12,000 6% 10,000 4% 8,000 Porcentaje (%) 2% 6,000 4,000 0% 2,000 -2% - -4% 2000 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 2013 PIB per cápita - RD PIB per cápita - ALC Crecimiento del PIB - RD Crecimiento del PIB - ALC Fuente: "World Development Indicators", Banco Mundial. La composición sectorial de la economía ha cambiado a lo largo del tiempo, gradualmente pasando hacia el sector de servicios, que está ganando importancia en relación con otros sectores. En términos de valor agregado, la participación aportada por el sector servicios creció de 52.3 por ciento en 2000 a 61 por ciento en 2013. De hecho, los servicios aportaron 71.3 por ciento del crecimiento de valor agregado anual promedio total a lo largo de este período.7 De otra parte, la proporción de valor agregado creado por la manufactura bajó 6.8 puntos porcentuales a lo largo de esta primera década. Como lo anotan Carneiro y otros (2015), la destrucción de los empleos de manufactura, particularmente los textiles, resultó de una combinación de la crisis de 2003-2004 y el desmonte de las cuotas preferenciales en el mercado de Estados Unidos finalizado en 2005. Dentro del sector de servicios, las comunicaciones han crecido sustancialmente – de un 9.8 por ciento de valor agregado total de servicios en 2000 a casi 31 por ciento en 2011- mientras que todos los otros subsectores, particularmente comercio y transporte, se han contraído. Otros sectores, tales como agricultura y construcción están perdiendo terreno en la estructura de la economía dominicana. Así, por ejemplo, la participación en la agricultura en el PIB total cayó de 8.5 a 7.6 por ciento durante el período 2000-2013. En forma similar, la construcción se contrajo en cinco años entre 2000 y 2013, mientras que el sector de servicios creció todos los años a lo largo de ese mismo período. 6A menos que se observe de otra forma, los estimados de crecimiento macroeconómico usados en este análisis provienen de indicadores publicados antes de 2015. A mediados de 2015, el Banco Central de la República Dominicana publicó una serie nueva actualizada que usa una metodología diferente. Ver Sección 3.1 para mayor información acerca de las implicaciones de esta nueva metodología. Note que los nuevos estimados de las cuentas nacionales sugieren que el crecimiento en 2009 cayó a 0.9 por ciento. 7 Considerando el promedio simple del aporte al crecimiento de valor agregado, los servicios contribuyeron 3.2 puntos en un crecimiento total anual promedio de 4.4 entre 2000 y 2011. 9 Al tiempo que la productividad laboral rápidamente creciente ha aportado al rápido ritmo de crecimiento del PIB, dicho dinamismo en materia de productividad laboral no ha coincidido con un aporte equivalente en términos de generación de empleos. Más que un movimiento hacia empleos en sectores altamente productivos, hay indicios acerca de que el aumento de productividad laboral es lo que ha liderado el crecimiento del PIB. Los sectores que más han contribuido al crecimiento hasta ahora –transporte, comunicaciones, servicios financieros y manufactura- no han creado un número significativo de nuevos empleos netos. De hecho, los hallazgos de Abdullaev y Estevão (2013) sugieren que la participación del empleo total de estos sectores o bien ha declinado o ha permanecido constante. Este es particularmente el caso en materia del sector manufacturero. Aun cuando este sector ha perdido algo de terreno con respecto al sector de servicios, el sector manufacturero todavía tuvo el segundo aporte anual más alto al valor agregado de 2001 a 2011. No obstante, también fue el sector que más puestos de trabajo perdió, reduciendo su participación en el número total de empleos en 6 puntos porcentuales entre 1996 y 2011. Por el contrario, la mayoría del crecimiento en empleos ha sido en sectores de baja productividad, tales como servicios comunitarios, sociales y domésticos, y en ocupaciones que requieren trabajadores con pocas competencias. Gráfico 2.2 Los índices de pobreza se han reducido menos de lo esperado en la República Dominicana (a) Indices oficiales de pobreza (b) Índices de pobreza internacionales estandarizados 45 Tasa de pobreza (%) 60 40 50 Tasa de pobreza (%) 35 40 30 30 20 25 10 20 0 01 06 11 02 03 04 05 07 08 09 10 12 2000 2013 2000 2013 11 12 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 República Moderada y extrema Dominicana Fuente: Estimados oficiales. Fuente: Tabulaciones del "LAC Equity Lab" de SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial). Mientras que el impacto del crecimiento sobre la pobreza ha sido satisfactorio por momentos, hacia 2013 los índices de pobreza se habían reducido menos de lo esperado. Los índices de pobreza en la República Dominicana a 2013 eran más altos de lo que habían sido a principios de la década. La República Dominicana empezó la primera década de este siglo con un índice de pobreza de 30 por ciento (basado en la línea oficial de pobreza) (gráfico 2.2 a). La crisis financiera local de 2003-2004 causó un aumento del índice de pobreza, incrementándose a casi 50 por ciento. En 2013, el índice de pobreza se mantuvo en 41.2 por ciento habiendo caído solamente 8.6 puntos porcentuales, una cantidad positiva, pero modesta si se ve a la luz del crecimiento robusto que caracterizó a la economía dominicana durante este período. El índice de pobreza extrema siguió un camino similar. 10 Casi se dobló de 8.1 por ciento en 2000 a 15.5 por ciento en 2004, luego de lo cual se redujo gradualmente hasta alcanzar un 10.1 por ciento en 20138. El impacto limitado del crecimiento sobre la reducción de los índices de pobreza en la República Dominicana es claro al ser comparado con la evolución de la pobreza en ALC. La información estadística estandarizada mediante encuestas de hogares de un grupo de 17 países en ALC permite una medición comparable de pobreza y otros indicadores relacionados. En 2005, 37.4 por ciento de las personas en ALC vivían por debajo de la línea de pobreza (US$4 PPP), esto es, apenas 3 puntos porcentuales por debajo de la fracción de dominicanos que se consideraban pobres (40.5 por ciento). Sin embargo, a lo largo de los siguientes años, los índices de pobreza cayeron más rápidamente en ALC que en la República Dominicana. Hacia 2013, los índices de pobreza habían caído de 35 por ciento a 24.4 por ciento en ALC, y un 18 por ciento, a 33.1 por ciento en la República Dominicana, de tal forma que la proporción de los pobres en el país está 8 puntos porcentuales por encima del promedio regional (gráfico 2.2 b). El rápido ritmo de reducción de pobreza en ALC sacó alrededor de 65 millones de personas de la pobreza en la región. Esto se da en contraste con la modesta reducción de pobreza vista en la República Dominicana. En cambio, la experiencia de la República Dominicana se da más en consonancia con la de América Central y México, en los que la reducción de la pobreza no fue tan alta o robusta como en el conjunto de la región. Gráfico 2.3 Tamaño de la clase media se ha venido reduciendo en la República Dominicana, 2000-2013 65% 14% 5% -32% República Dominicana ALC República Dominicana ALC Vulnerable ($4-$10 por día) Clase media ($10-$50 por día) Fuente: Basado en tabulaciones oficiales de las autoridades dominicanas (MEPyD, 2015); tabulaciones del "LAC Equity Lab" de SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial) para indicadores ALC. Una clase media cada vez menor también apunta a un crecimiento poco inclusivo en la República Dominicana. Acompañando la reducción en los índices de pobreza experimentados en ALC, la movilidad económica ha mejorado notablemente en la región. El tamaño de la clase media en ALC –definida como aquellos que viven con US$10-50 PPP per cápita por día- se incrementó en un 65% entre 2000 y 2013 (Gráfico 2.3). La clase media en ALC en 2013 equivalió a un tercio de la población, excediendo el número de personas que viven en la pobreza en la región. De otra parte, el grupo "vulnerable" –aquellos individuos que viven por encima de la línea de pobreza de US$4/día, pero que todavía afrontan un riesgo considerable de recaer en la pobreza si sufrieren un choque negativo - también se incrementó en la región en un 14 por ciento. La República Dominicana también 8 Como se observó arriba, la pobreza cayó significativamente entre 2013 y 2014, pero este informe se centra en los factores que contribuyeron a la falta de reducción en la pobreza hasta 2013. Note que los estimados de pobreza SEDLAC para la República Dominicana no son comparables antes y después de 2005. 11 observó un incremento del grupo "vulnerable", pero contrario a la movilidad hacia arriba en ALC, la clase media fue 32 por ciento más pequeña en 2013 que lo que fue a principios de la década de 2000. 12 3. ¿Por qué el crecimiento no favorece más a los pobres? Evaluación desde la perspectiva del mercado laboral En la base de este crecimiento robusto, pero que solo favorece de manera modesta a los segmentos pobres de la población, se encuentra un continuo incremento en la productividad laboral y una persistente baja participación en la fuerza laboral. La fuerte tasa de producción de la República Dominicana se vio mayormente impulsada por la creciente productividad laboral, que creció 39 por ciento entre 2000 y 2013.9 De otra parte, los impulsores clave del crecimiento de productividad en el país (factores como capital físico o humano de empresas, innovación y cambio tecnológico; factores empresariales, de negocios y de política ambiental; o la dinámica de la economía global) todavía quedan por ser diagnosticados. Adicionalmente ¿por qué una mayor productividad no condujo a una mayor generación de empleos? Aun si el aumento en la productividad es el resultado de adopción de tecnología incrementada e innovación ¿por qué una mayor producción no se tradujo en una mayor demanda de trabajo? En conjunto con el incremento en productividad laboral y baja participación en la fuerza laboral, la economía dominicana experimentó un enigmático estancamiento de salarios luego de la recuperación de la crisis 2003-2004. Los salarios ajustados por inflación continuaron siendo significativamente más bajos en 2013 que lo que fueron antes de la crisis financiera nacional. Los salarios promedio por hora sufrieron un ajuste mayor a la baja entre 2003 y 2004 en los momentos pico de la crisis, cuando la tasa de inflación subió. En estos años, los salarios promedio por hora cayeron a tasas cercanas a 32 por ciento comparado con los niveles registrados a principios de la década. Hacia 2013, los salarios se han recuperado, pero a 78.6 por ciento del nivel registrado en 2000, ellos todavía se encuentran a niveles anteriores a la crisis (Gráfico 3.1). Gráfico 3.1 Crecimiento en productividad ha rebasado el crecimiento de salarios 2.10 1.25 Logaritmo de producción por hora Logaritmo de salario por hora 2.05 1.20 2.00 1.15 1.95 laboral 1.10 1.90 1.05 1.85 1.80 1.00 1.75 0.95 2000 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 2013 Logaritmo de salario por hora Logaritmo de rendimiento por hora Fuente: Estimaciones propias basadas en ENFT (2000-2013) y el Banco Central de la República Dominicana. 9A menos que se observe de otra forma, los estimados de crecimiento macroeconómico usados en este análisis provienen de indicadores publicados antes de 2015. A mediados de 2015, el Banco Central de la República Dominicana publicó una serie nueva actualizada que usa una metodología diferente. Ver Sección 3.1 para mayor información acerca de las implicaciones de esta nueva metodología. 13 El fenómeno de estancamiento de salarios no se limita a la República Dominicana, pero de hecho es una tendencia preocupante tanto en economías desarrolladas como entre los vecinos de la República Dominicana en América Central y México. A pesar de la amplia ganancia experimentada en la región ALC como un todo, la República Dominicana y los países de América Central no experimentaron ganancias reales en materia salarial entre 2003 y 2013 (Banco Mundial, 2015). En cambio, mientras que el trabajador promedio que no terminó la primaria (es decir, el individuo sin competencias) tuvo un crecimiento salarial anualizado en el orden de 4-4.5 por ciento por año en la región ALC, los trabajadores de América Central vieron sus salarios caer, especialmente los hombres (Gráfico 3.2).10 En forma similar, un reporte reciente nota que los salarios reales permanecieron estancados entre 2010 y 2013 en los países de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) (OECD, 2014). Los salarios se redujeron en Japón, Gran Bretaña y en la zona euro, y apenas si crecieron en Estados Unidos. Gráfico 3.2 Al tiempo que los salarios crecieron en América del Sur, no crecieron ni en América Central ni en México 7 No calificados Crecimiento salarial anualizado, porcentaje 6 Poco calificados 5 Medio y altamente calificados 4 3 2 1 0 -1 -2 Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres ALC Región Andina Brasil Centroamérica México Cono Sur Fuente: Banco Mundial, 2015. Nota: El crecimiento anualizado de salarios por hora y por nivel de competencias y género entre 2003 y 2013. La muestra se limita a trabajadores en edades entre 18 y 65 años que recibieron salario. Para efectos del estudio citado, se incluye a la República Dominicana en la categoría de América Central. Los salarios en la República Dominicana fueron menores a lo largo de todos los sectores y ámbitos en 2013 que en 2000; esta reducción en salarios fue más pronunciada para algunos grupos de trabajadores que para otros, especialmente mujeres y trabajadores urbanos. Para todos los grupos de trabajadores, los salarios por hora en 2013 estuvieron por debajo de los niveles en 2000 y no se han recuperado en términos reales del nivel salarial de 2004 luego de la crisis. En términos de la magnitud del cambio, la remuneración de todos los tipos de trabajadores se redujo en una cantidad similar: trabajadores calificados (30.4 por ciento); de competencias básicas (31.8 por ciento) y no calificados (29.7 por ciento). Los salarios reales más bajos se evidencian también en relación con los distintos tipos de trabajadores, incluyendo trabajadores independientes (24.3 por 10 A lo largo de este análisis, los términos no calificado, de bajas competencias y calificado se refieren al nivel de formación de los trabajadores de la siguiente forma: no calificados son aquellos que no terminaron la escuela primaria: los de bajas competencias son aquellos que terminaron la primaria, pero no terminaron la secundaria; y los calificados son aquellos que terminaron la secundaria, incluyendo aquellos con educación superior. 14 ciento), asalariados (21.4 por ciento), privados (23.9 por ciento), públicos (27.1 por ciento), hombres (23.7 por ciento), mujeres (28.8 por ciento), urbanos (27.3 por ciento) y rurales (19.1 por ciento), entre otros. Sin considerar el número de años de educación acumulados, los trabajadores ganaron salarios más bajos en 2013 en términos reales que en el pasado, afectando el efecto positivo esperado de formación académica adicional sobre la economía. De hecho, al paso que un trabajador típico con solo ocho años de educación primaria (obligatoria en la República Dominicana) ganó alrededor de 85.9 pesos/hora en 2000, su remuneración cayó a 58.6 pesos/hora en 2004 en el pico de la crisis y se incrementó solo ligeramente a 66.6 pesos/hora en 2013 (Gráfico 3.3).11 El mismo patrón aplica a lo largo de todos los años de educación escolar. En 2013, un trabajador con 14 o más años de educación (equivalente a grado universitario o más) ganó aproximadamente el mismo salario por hora que un trabajador con 10 años de educación (educación primaria más dos de los cuatro años totales de educación secundaria) ganó en 2000. Comparado con su nivel en 2000, los salarios para los trabajadores con uno o más años de educación fueron en promedio 34 por ciento menores durante el tiempo de la crisis local. El período de rápido crecimiento posterior a la crisis no hizo mucho por devolver los salarios a su línea de base. A 2013, los salarios reales permanecieron 31 por ciento por debajo del nivel observado en 2000. Gráfico 3.3 Media de salarios por hora para todos los niveles de educación no se ha recuperado desde 2004 160 Salario por hora medio (DOP) 140 120 100 2000 80 60 2004 40 2013 20 0 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Años de educación Fuente: Estimaciones propias basadas en ENFT. Considera trabajadores en edad activa (25-65 años) La modesta evolución de los salarios reales y la baja participación en la fuerza laboral en frente de un crecimiento de producción y productividad apuntan a un bajo desempeño del mercado laboral como una de las causas principales de la falta de crecimiento inclusivo en la República Dominicana. El mercado laboral proporciona el canal principal a través del cual los beneficios del crecimiento económico pueden traspasarse a los individuos de una sociedad. Para aquellos con pocos activos de capital –incluyendo los más pobres- el acceso a oportunidades de ingreso suficiente a través de empleos constituyen determinantes cruciales de reducción de la pobreza. En la misma medida, la creación de empleos y la innovación es un canal principal a través del cual los individuos sostienen el crecimiento económico y aportan a él. No obstante, la relación intuitiva entre crecimiento y empleo, este estudio argumenta que el funcionamiento del mercado laboral en la República Dominicana restringe la habilidad de los empleos para reducir la pobreza a través de dos dimensiones significativas. Primero, el trabajo parece ser subutilizado en la economía. Las tasas de empleo son bajas, 11 Basado en pesos dominicanos constantes a 2007. 15 especialmente entre aquellos con bajo nivel escolar, debilitando la conexión de los pobres con el crecimiento económico. Segundo, la productividad laboral y los salarios aparecen ampliamente desconectados, limitando los vínculos entre trabajos y movilidad económica entre aquellos que deciden participar en el mercado laboral. Finalmente, este estudio también considera el rol de la medición errónea –tanto de productividad como de salarios, sugiriendo que, al tiempo que la brecha entre los dos está sobredimensionada, es significativa y ha crecido a lo largo de la pasada década. En lo que sigue, este estudio postula seis hipótesis que podrían haber influenciado la débil relación entre crecimiento y reducción de la pobreza entre 2004 y 2013. Las amplias áreas discutidas a través de estas hipótesis incluyen: 1) temas de medición estadística que tienden a sobrestimar la brecha entre productividad laboral e ingresos; 2) tendencias globales y locales de la contribución del factor trabajo en los ingresos; 3) factores de oferta laboral, particularmente participación en la fuerza laboral y migración; 4) creación de empleo y puestos de trabajo; y 5) asignación de factores laborales a lo largo de los sectores. Debido a limitaciones en disponibilidad y accesibilidad de información a nivel de empresas, los asuntos de demanda laboral y mediciones más precisas de productividad laboral no se examinan en este informe. La tabla abajo resume las hipótesis examinadas y los resultados principales. Tabla 1 Hipótesis en resumen Hipótesis Principales resultados 1. El error de medición • Estimados iniciales sobrestimaron la productividad laboral estadística no explica la brecha entre y subestimaron los costos laborales. la productividad laboral y los • Aún luego de mejorar estas dos mediciones, la brecha salarios. entre productividad laboral y costos laborales es real y ha venido creciendo. 2. La contribución del factor • Luego de la crisis de 2003, la contribución del factor trabajo en la República Dominicana trabajo cayó dramáticamente en la República Dominicana, cayó como resultado de la crisis pero datos recientes sugieren que se ha recuperado a 2003-2004, pero parece haberse niveles anteriores a la crisis. recuperado. • La contribución del factor trabajo en la República Dominicana es similar a otros países en ALC, pero menor que en economías de altos ingresos. • Los cambios en la composición sectorial sugieren la presencia de cambio técnico sesgado de capital en la medida en que los sectores que más contribuyen al crecimiento han visto mayores caídas en la contribución del factor trabajo. 3. El crecimiento no ha • Los índices de empleo han permanecido fijos en la mayor resultado en mayor generación de parte de la primera década del siglo XXI, aún durante picos empleos. de ciclos empresariales y son bajos comparados con otras economías ALC. • El desempleo ha también permanecido fijo, sin cambios en períodos de crecimiento, apuntando a una inhabilidad del crecimiento para vincular la fuerza laboral a más y mejores trabajos. • El elevado desempleo entre los más calificados sugiere capital humano subutilizado y una falta de correspondencia en materia de competencias y empleos. 16 4. La calidad de los empleos • El trabajo independiente y el empleo en las microempresas no ha mejorado y los segmentos continúan representando una mayoría de los empleos en pobres de la población se la República Dominicana. concentran en sectores de baja • Los trabajadores en el 40 por ciento más pobre se productividad laboral. concentran en trabajos de baja calidad y en sectores de baja productividad con altas porciones de informalidad. • La destrucción de los trabajos de manufactura ha resultado en un movimiento de trabajadores en pobreza hacia empleos en los sectores de servicios, comercio y construcción. • Aunque la productividad laboral se ha incrementado de manera general, los sectores con altas participaciones por los sectores pobres de la población tienen menor o incluso estancado crecimiento de productividad laboral. 5. Las bajas tasas de • Menos de dos tercios de adultos participan en el mercado participación en la fuerza laboral laboral en la República Dominicana, con mitad del limitan el alcance bajo el cual los segmento pobre de la población trabajando o activamente hogares pueden beneficiarse del buscando un trabajo en 2013. crecimiento. • La participación femenina en la fuerza laboral es baja, aunque tendencias recientes sugieren que se ha venido incrementado. Los trabajadores con baja escolaridad también tienen menores índices de participación. • Las altas tasas de desempleo local, así como el recibo de remesas pueden estar asociados con una participación más baja en la fuerza laboral, especialmente para las mujeres. 6. La evidencia disponible • Debido a menor formación académica y barreras de sugiere que la inmigración idioma, los inmigrantes haitianos no pueden sustituir a los proveniente de Haití tiene poco o trabajadores dominicanos en la mayoría de sectores. ningún efecto sobre los salarios • Los trabajadores nacidos en Haití se concentran en pocos recibidos por la mano de obra local. sectores: los hombres haitianos inmigrantes están sobre todo limitados a trabajos en agricultura y construcción mientras que pocas mujeres haitianas inmigrantes están empleadas. • La evidencia sugiere que los salarios de los trabajadores dominicanos, incluso hombres no calificados –el grupo con mayor probabilidad de competir directamente con inmigrantes provenientes de Haití- no están negativamente correlacionados con potencial competencia inmigrante atraída por los empleos. 17 3.1 Error de medición estadística Hipótesis 1: El error de medición estadística no explica la brecha entre la productividad laboral y los salarios. La brecha entre la productividad laboral y los salarios es real y sustancial, aunque ha sido sobreestimada. Mientras que la productividad de hecho ha crecido, la información proveniente del recientemente actualizado sistema de cuentas nacionales muestra que su crecimiento es considerablemente más bajo –casi la mitad– que aquel estimado usando el sistema anterior. Este crecimiento de productividad sobrestimado amplifica la desconexión entre productividad y salarios. La brecha también se cierra cuando se consideran no solamente salarios, sino en cambio, costos totales laborales. Un ejercicio de simulación de estos costos no salariales muestra que la compensación total solamente cierra marginalmente la brecha con la productividad laboral. Medir la productividad de manera precisa y correcta es algo clave para medir los cambios en la eficiencia de la economía – esto es, la habilidad de producir más bienes y servicios con los mismos factores. Los incrementos en la productividad son fuente importante de crecimiento y pueden conducir al desarrollo económico. La productividad se define como el coeficiente de los bienes y servicios producidos sobre los materiales usados en el proceso de producción (ordinariamente, trabajo y capital). La productividad laboral se mide generalmente en base a la producción por horas trabajadas. Tradicionalmente, se usan dos fuentes principales de información para estimar la productividad: i) información de producción nacional y a nivel de sector de las cuentas nacionales, y ii) información sobre empleo total y horas de trabajo de encuestas hechas a la fuerza laboral. Las cuentas nacionales actualizadas sugieren que la metodología previa sobreestimó la productividad laboral, magnificando su aparente desconexión de los ingresos reales. En los últimos años el Banco Central de la República Dominicana ha actualizado su sistema de cuentas nacionales para mejorar el cubrimiento estadístico, cambiar el año base de las series de cuentas nacionales (de 1991 a 2007) y adoptar un nuevo índice de precios al consumidor.12 De acuerdo con la nueva información de cuentas nacionales, mientras que la productividad laboral ha crecido, este crecimiento es menor (casi la mitad) que el discutido con el anterior sistema de cuentas nacionales. Los estimados que usan la nueva metodología de cuentas nacionales muestran que la productividad laboral se incrementó en un 11.7 por ciento entre 2007 y 2013, casi la mitad de la cifra obtenida de la metodología previa (22 por ciento) (Gráfico 3.4).13 Al mismo tiempo que la metodología actualizada muestra una brecha más pequeña entre la productividad laboral y los ingresos, ella soporta el hallazgo consistente en que dicha brecha, de hecho, ha venido creciendo en la República Dominicana a lo largo de la pasada década. 12 Las actualizaciones a las metodologías de cuentas nacionales son una práctica estándar que permiten que los países mejoren sus mediciones de crecimiento tomando en cuenta los cambios en la composición industrial de la economía y las mejoras en la recolección de información. 13 Las discrepancias entre las dos series se deben a las mejoras en la recolección de información y a cambios en los estándares estadísticos internacionales desde la adopción del Sistema de Cuentas Nacionales de 2008. 18 Gráfico 3.4 La nueva metodología de cuentas nacionales resulta en menores estimados de crecimiento de productividad laboral (2000-2013) Fuente: Banco Central de la República Dominicana. Adicionalmente, al tomarse en cuenta la totalidad de los costos laborales de producción –más que solo salarios- se logra un panorama más preciso acerca de cómo se vinculan la productividad y la compensación laboral. Las mediciones de ingresos laborales, que se extrapolan exclusivamente de información sobre salarios recibidos por los trabajadores, dan solamente un estimado parcial del costo laboral total por unidad de producción ya que excluyen otros costos laborales pagados por el empleador. En forma análoga al caso en el que el nuevo sistema de cuentas nacionales es considerado, la brecha entre productividad laboral y compensación también se estrecha cuando se toman en cuenta los costos laborales totales. Entre 2003 y 2007, la República Dominicana decretó e implementó políticas que establecen beneficios asociados a la edad, incapacidad, seguro de salud, discapacidad laboral, beneficios médicos laborales y otros aportes obligatorios. El sistema cubre a todos los trabajadores formales públicos y privados y a los empleadores. Aun cuando los costos de seguridad social no salariales varían considerablemente de empresa a empresa –dependiendo de riesgos laborales específicos, licencias médicas, rotación laboral, etc. –los aportes obligatorios estándar (pensiones, salud, bonos y otros pagos) se estima que puedan alcanzar un promedio de 31 por ciento del salario nominal, del cual el empleador es responsable de 25 puntos porcentuales y el empleado aporta los restantes 6 puntos porcentuales.14 Un ejercicio de simulación de los costos de seguridad social no salariales pagados por el empleador (aproximadamente 25 por ciento extra en relación con los salarios) en el sector formal para el período 2007-2013, muestra que la compensación laboral por hora total (tanto empleos formales como informales) es 6 por ciento más alta que los salarios por hora reales, cerrando aún más la brecha con la productividad laboral (Gráfico 3.5). De hecho, aún si se fuere a asumir que los costos laborales no salariales pagados por los empleadores en el sector formal 14 Estos son estimados ilustrativos en la medida en que los aportes también varían por trabajador y características del empleador. El aporte estándar obligatorio está compuesto de aportes a pensiones (7.12 por ciento, empleador, 2.88 por ciento, empleado), beneficios médicos (7 por ciento, empleador, 3 por ciento, empleado), compensación de los trabajadores por lesiones (1.2 por ciento, empleador), bonos de pago (10 por ciento de pago contingente, empleador), subsidios cruzados (0.4 por ciento, empleador) y aportes al INFOTEP (1 por ciento, empleador). 19 equivalen a 70 por ciento del gasto salarial, valor que excede de lejos los referidos en la legislación dominicana, la brecha entre productividad y costos laborales sigue siendo significativa. Gráfico 3.5 Consideración de costos laborales en vez de salarios cierra la brecha apenas mínimamente 160 DOP 2007 (2000=100) 140 120 100 80 60 2000 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 2013 Rendimiento por hora Salario por hora Simulación de costos laborales totales (25%) Simulación de costos laborales totales (70%) Fuente: Banco Central de la República Dominicana y estimaciones propias basadas en ENFT. Los costos laborales son simulados mediante el aumento de los ingresos laborales de trabajadores con acceso a seguridad social. 3.2 Débil generación de empleos y demanda de trabajo Hipótesis 2: La contribución del factor trabajo en la República Dominicana cayó como resultado de la crisis 2003-2004, pero parece haberse recuperado. 15 La contribución del factor trabajo en el ingreso total tuvo un declive durante la primera década de 2000, tanto en la República Dominicana como a nivel global, apuntando a un patrón a nivel mundial en la parte de producción total asignada para compensar el trabajo versus el capital. La información ajustada de las cuentas nacionales sugiere que la contribución del factor trabajo en la República Dominicana cayó en la primera mitad de la primera década de este siglo -reducción atribuible a la crisis de 2003-2004. Nueva información sugiere que hacia 2007, se ha recuperado a niveles anteriores a la crisis. Sin embargo, la contribución del factor trabajo en la República Dominicana y muchos países en ALC sigue siendo menor que en países como Estados Unidos y Alemania. Los sectores que impulsan el crecimiento económico en la República Dominicana han experimentado importantes reducciones en su porcentaje del factor trabajo: los sectores con un crecimiento más sólido han experimentado un descenso en el porcentaje de producción utilizada para compensar el trabajo. Este patrón puede deberse a mayores inversiones de capital —cambios tecnológicos—, lo que podría conducir a una mayor productividad y crecimiento, y a una menor demanda de trabajo. La contribución del factor trabajo es una medición que describe la distribución de ingresos totales entre los factores productivos de producción: trabajo y capital. En otras palabras, corresponde a la parte de producción total asignada para compensar el trabajo. Una característica estándar de los modelos macroeconómicos en la literatura económica es asumir que la contribución del factor trabajo es estable. Tal supuesto tiene implicaciones amplias para la forma de tecnología agregada (por ejemplo, en el uso de la función Cobb-Douglas de producción), dinámicas macroeconómicas (por ejemplo, para medición de ciclos económicos) y como un agente de desigualdad. El supuesto, por ejemplo, tiene implicaciones importantes en cuanto a cómo el factor total de productividad (TFP) se mide para efectos contables en materia de crecimiento. 15 Esta hipótesis se explora en mayor detalle en Baez, García-Suaza, y Sousa (2017). 20 Al mismo tiempo que por muchos años la constancia de la contribución del factor trabajo fue una aproximación razonable a la información, a nivel global este indicador muestra un declive constante a lo largo de las últimas tres décadas. Investigaciones recientes estiman, a nivel mundial, un declive de cinco puntos porcentuales en la porcentaje del valor agregado bruto corporativo pagado como compensación a los trabajadores (de 65 a 59 por ciento) en una muestra de 59 países, con al menos 15 años de información durante el período 1975-2012 (Karabarbounis y Neiman 2013). Los autores reportan que este declive se encuentra en la gran mayoría de países e industrias. Los factores atribuidos a esta tendencia incluyen el menor precio de bienes de inversión –impulsando cerca de la mitad de la reducción de la contribución del factor trabajo, crecimiento de las ganancias, crecimiento que aumenta el capital, y cambios en la composición por competencias y calificaciones de la fuerza laboral. Cuadro 3.1 Medición de contribución del factor trabajo en la República Dominicana Actualmente, hay dos series de matrices de utilización para las cuentas nacionales (SNA) para la República Dominicana: una cubre de 1991 a 2005 mientras que la otra, que refleja una nueva metodología, cubre el período 2007-2010.16 La serie SNA más reciente (SNA-2007) incluye una cantidad residual llamada “ingreso mixto bruto” (IMB) compuesta de ingresos de trabajadores independientes e ingresos de empresas no constituidas. Esta es una categoría de ingresos que no encaja fácilmente en los ingresos de trabajo o capital. De otra parte, la serie SNA-1991 no hace distinción entre el ingreso de capital e IMB. Esta dificultad de medición resultante es un reto particular en países en donde el trabajo independiente juega un rol importante en la fuerza laboral; en el caso de la República Dominicana, las tasas de empleo independiente están por encima del 40 por ciento para el período 1991-2010. Dado que el IMB no es observable en SNA-1991, preparamos un factor de ajuste para estimar las mediciones de contribución del factor trabajo para el período 1991-2005 usando información de SNA-2007. Estudios previos han propuesto tener al IMB como una proporción del valor agregado equivalente al coeficiente de trabajo independiente sobre el empleo. No obstante, el análisis de SNA- 2007 revela que esto resulta en una sobreestimación de la porción de IMB dado que los trabajadores independientes tienden a ganar menos que los productores más grandes. En cambio, aprovechamos la información de nivel sectorial para tener la porción IMB como el promedio para cada sector durante el período 2007-2010. El IMB, a lo largo de los años de NSA-2007 y los sectores, es consistente con una correlación de 0.84. El usar estimados de nivel sectorial toma en cuenta las diferencias significativas entre sectores; por ejemplo, en sectores de altos índices de independencia laboral, tales como transporte y comunicación y agricultura, la porción de IMB está por encima del 59 por ciento del valor agregado; en sectores con bajos índices de independencia laboral tales como hoteles, bares y restaurantes (HBR) y manufactura, esta porción está alrededor de 13.2 por ciento y 5.7 por ciento, respectivamente. Este ajuste resulta en cálculos del factor trabajo en la República Dominicana en consonancia con estimados internacionales. Mientras que las series más antiguas no ajustadas se encontraban en el rango de 0.27-0.37, bien debajo de la mayoría de estimados internacionales, la serie ajustada da estimados en el rango de 0.51-0.60, más en consonancia con otros estimados internacionales. Aun 16 ElBanco Central de la República Dominicana está actualizando las series 1991-2005 con una nueva metodología para que corresponda con la serie 2007-2010. 21 así, estos estimados sugieren que la contribución del factor trabajo en la República Dominicana se encuentra entre las más bajas de la muestra de países analizados. La contribución del factor trabajo en la República Dominicana disminuyó significativamente debido a la crisis 2003-2004, pero parece haberse recuperado. Usando información ajustada de cuentas nacionales, los cálculos muestran que permaneció a aproximadamente 0.57-0.58 a lo largo de los noventa, pero se redujo de manera brusca entre 2002 y 2004 a aproximadamente 0.51. El declive coincidió con el período de crisis cuando los precios, particularmente los salarios, sufrieron un severo ajuste de corrección. Dado que la contribución del factor trabajo no se afecta por cambios nominales de precios (el mismo deflactor se usa tanto para el numerador como para el denominador), la caída estuvo probablemente más relacionada con una reducción en la fuerza laboral empleada y la reducción resultante en la cuenta de salarios totales. De hecho, la contribución del factor trabajo en la República Dominicana muestra alguna asociación con la evolución de la tasa de desempleo, cayendo cuando la fracción de individuos desempleados sube (Gráfico 3.6). En la medida en que el mercado laboral se recuperó luego de la crisis, según se muestra dada la tasa de desempleo a la baja, así ocurrió también con la contribución del factor trabajo. De hecho, al paso que los salarios reales no se han recuperado a niveles anteriores a la crisis, la oferta laboral (medida en número total de horas trabajadas) se ha incrementado en una proporción casi igual. Al tiempo que la compatibilidad de series SNA termina en 2005, este año ya registró el inicio de una recuperación ya que la contribución del factor trabajo subió a 0.53. Si bien la serie 2007-2010 no es estrictamente comparable, la misma sugiere que la contribución del factor trabajo de la República Dominicana puede haberse revertido a sus niveles anteriores a la crisis. Gráfico 3.6 Contribución del factor trabajo y tasa de desempleo en la República Dominicana (1991-2010) 0.7 0.6 Factor trabajo 0.5 0.4 0.3 0.2 a a(1) Fuente: cálculos del Banco Mundial que usan información del Banco Central y de los “World Development Indicators”. La contribución del factor trabajo está graficada en el eje izquierdo y la tasa de desempleo en el eje derecho. La línea de tendencia etiquetada a refleja las series no ajustadas (excluyendo el IMB), la línea de tendencia etiquetada a (1) incluye el ajuste IMB. Internacionalmente, la contribución del factor trabajo de la República Dominicana es similar a otros países ALC, que están a la zaga de economías más ricas como Alemania y Estados Unidos. La comparación de la contribución del factor trabajo a lo largo de países en la región es difícil debido a comparabilidad limitada y cubrimiento de las cuentas nacionales. Sin embargo, la serie 22 cronológica de cuentas nacionales17muestra que la contribución del factor trabajo en la República Dominicana está en consonancia con la de otros países en la región, aunque la crisis de 2003 resultó en volatilidad relativamente alta (Gráfico 3.7). La contribución del factor trabajo de los países de América Latina incluidas en este análisis son significativamente menores que las de Alemania y Estados Unidos, países con mayores proporciones de trabajadores calificados y menores tasas de informalidad. Esto implica que entre 50 y 60 por ciento de producción en los países ALC incluyó trabajo remunerado, comparado con alrededor de dos tercios en Estados Unidos y Alemania. Es interesante notar cómo la mayoría de países considerados, incluidos Estados Unidos y Alemania, vieron una reducción en su contribución del factor trabajo entre 2000 y 2010. Al tiempo que la contribución del factor trabajo en la República Dominicana disminuyó durante la crisis de 2003, la nueva serie SNA sugiere que se ha recuperado a niveles anteriores a la crisis yendo en contra de las tendencias en otros países. Gráfico 3.7 Tendencia en la contribución del factor trabajo a lo largo de los países, 2000- 2010 0.70 EE.UU. 0.65 Alemania Factor trabajo Brasil 0.60 RD 0.55 Guatemala Chile 0.50 Panamá 0.45 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Fuente: Estimaciones propias que usan las Estadísticas de Cuentas Nacionales (UNSTATS). Durante la primera década de este siglo, los sectores sobre los cuales se basa gran parte del crecimiento de la República Dominicana, vieron reducciones en su contribución del factor trabajo, posiblemente reflejando un cambio técnico que ha llevado a una menor demanda laboral. Durante esta década, hubo una relación inversa entre los cambios en la contribución del factor trabajo en el ingreso total del sector y el porcentaje de valor agregado del sector (es decir, el aporte del sector al crecimiento). Esta relación no solo se ve alrededor de la crisis de 2003, que incluyó un severo ajuste salarial, sino que también se vio en la segunda mitad de la década (Gráfico 3.8). Entre 2000 y 2005, el único sector que vio un incremento tanto en la contribución del factor trabajo como en el valor agregado fue la agricultura; además de transporte y comunicaciones, en los que la contribución del factor trabajo no cambió, todos los otros sectores que incrementaron su importancia en términos de producción redujeron su contribución del factor trabajo. Esto es particularmente notable en dos sectores importantes para trabajadores de bajas competencias: comercio y HBR. Los trabajadores en hoteles, bares y restaurantes, por ejemplo, vieron caer su contribución del factor trabajo en un promedio de 5.1 por ciento por año durante este período. Durante el segundo período, los trabajadores en el mismo sector vieron un incremento en contribución del factor trabajo equivalente a 6 por ciento por año – sin embargo, el aporte de HBR al crecimiento económico se disminuyó en alrededor de 3 por ciento por año. Entre 2007 y 2010, los sectores con el mayor crecimiento en contribuciones al factor trabajo fueron sectores en los cuales se disminuyó el porcentaje 17 Estadísticas de Cuentas Nacionales (UNSTATS). 23 de valor agregado. Sin embargo, tres sectores vieron un incremento en la contribución del factor trabajo y en la de valor agregado –estos incluyen comercio y transporte- dos sectores que emplean muchos trabajadores de bajas competencias. Una interpretación plausible de la relación negativa entre la contribución de valor agregado y la contribución del factor trabajo es que los sectores que han crecido más han visto más grandes inversiones en un cambio técnico con sesgos de capital, que a su turno puede resultar en más alta productividad y crecimiento de producción, aún en la medida en que se disminuyen los costos laborales. Por ejemplo, la inversión en telecomunicaciones y tecnología de información, puede reducir la demanda de especialistas en reservas en los hoteles. La evidencia sugiere un movimiento hacia tecnologías de capital intensivo en consonancia con lo que se ha visto en otros países. Los descensos en las contribuciones al factor trabajo son notables en los sectores que sobre todo más han aportado al crecimiento, posiblemente debido a un cambio técnico "sesgado" que incrementa la productividad al mismo tiempo que reduce la demanda laboral, y por tanto debilita el poder de negociación de los trabajadores. Específicamente, hay una relación negativa entre los cambios sectoriales en contribuciones del factor trabajo y en crecimiento tanto antes como después de la crisis. Adicionalmente, un análisis de desagregación encuentra que, en la mayoría de los años, ha sido una reducción en la contribución del factor trabajo dentro de los sectores, lo que está impulsando la reducción en la contribución del factor trabajo más que un cambio en la composición de producción (Baez, García-Suaza, y Sousa, 2017). Es decir, cambios en la producción dentro de los sectores (y no cambios en la composición sectorial), son los que pueden explicar las dinámicas salariales observadas en la República Dominicana a lo largo de los últimos 15 años. 24 Gráfico 3.8 Contribución del factor trabajo correlacionada con valor agregado a lo largo de los sectores Cambio anualizado, 2000-2005 0.01 Transporte y Administración pública Cambio en contribución del factor trabajo Construcción Agricultura comunicaciones 0 -0.01 Finanzas en el ingreso total -0.02 Manufactura -0.03 Otros servicios Electricidad, gas y agua Comercio -0.04 -0.05 Hoteles, bares y restaurantes -0.06 -0.04 -0.03 -0.02 -0.01 0 0.01 0.02 0.03 0.04 0.05 0.06 0.07 Cambio en valor agregado Cambio anualizado, 2007-2010 0.1 Cambio en contribución del factor trabajo en el 0.08 Electricidad, gas y agua 0.06 Hoteles, bares y 0.04 restaurantes Transporte y ingreso total Finanzas comunicaciones 0.02 Comercio Administración pública 0 Agricultura -0.02 Otros servicios Manufactura -0.04 Construcción -0.06 -0.06 -0.04 -0.02 0 0.02 0.04 0.06 Cambio en valor agregado Fuente: estimaciones propias basadas en matrices de utilización, Banco Central de la República Dominicana. 25 Hipótesis 3: El crecimiento económico no ha resultado en mayor generación de empleos. El crecimiento robusto y sostenido en la República Dominicana no ha conducido a una mayor demanda de trabajo. El número de empleos creados entre 2000 y 2013 (alrededor de un millón) es menor que el esperado de una de las economías de más rápido crecimiento en la región. Los índices de empleo han permanecido fijos durante la mayor parte de la primera década del siglo, aún durante picos en los ciclos empresariales, y son bajos comparados con otras economías en ALC. Debajo de la modesta generación de empleos se encuentra una baja elasticidad de empleo en relación con el crecimiento, que se encuentra dentro de las más bajas en la región. De hecho, investigaciones previas muestran que el aumento de productividad ha sido el principal estímulo en el crecimiento, comparado con un rol mucho menor jugado por aumento de empleo. En una perspectiva de largo plazo, el desempleo ha permanecido mayormente sin cambios, sin respuesta en períodos de crecimiento. Esto también apunta a la habilidad limitada de esta economía en crecimiento para vincular la fuerza laboral a más y mejores trabajos. El elevado desempleo entre los más calificados sugiere capital humano subutilizado y una falta de correspondencia en materia de competencias y habilidades – noción que además está soportada por empresas que reportan una formación académica inadecuada de la fuerza laboral como uno de sus principales obstáculos. Al tiempo que la República Dominicana ha generado alrededor de un millón de nuevos empleos entre 2000 y 2013, este progreso no alcanza a satisfacer las expectativas de crecimiento laboral en una de las economías de más rápido crecimiento en ALC. El número total de empleos en 2013 fue de alrededor 34 por ciento mayor que en 2000, implicando una tasa promedio de crecimiento de 2.4 por ciento. Esta suma, aunque no es trivial, es menor a la esperada de un país que se expande a una de las tasas más rápidas en la región –el tamaño de la economía casi se duplicó y el PIB per cápita se incrementó en alrededor de 50 por ciento durante el mismo período. De hecho, la República Dominicana no muestra el mejor desempeño cuando se trata de generación de empleos comparada con países en ALC con similares –o incluso menores- niveles de crecimiento, tales como Costa Rica (en donde los empleos crecieron alrededor de 4.7 por ciento por año) y Colombia (5.8 por ciento) (Gráfico 3.9). Una relativa baja elasticidad de trabajo en relación con el crecimiento parece soportar el tímido desempeño en términos de generación de empleos. La elasticidad de crecimiento de empleos –medida como el cambio en el número de trabajadores empleados versus el cambio en la producción económica- da perspectivas valiosas acerca de la habilidad de una economía para crear suficientes oportunidades laborales para su población. El valor de tal elasticidad sugiere que la intensidad laboral de crecimiento de producción en la República Dominicana es baja a nivel regional. Las estimaciones para una muestra de 18 países en ALC para el período 2005-2010 muestran que un punto porcentual de crecimiento del PIB en la República Dominicana está asociado con un crecimiento laboral de 0.47 puntos porcentuales. Esta es la quinta elasticidad más baja en el conjunto de países analizados (Gráfico 3.10). Mientras que es similar a las de Panamá, Brasil, Ecuador o Colombia, es menor que la de la mayoría de países en América Central, Chile y México, entre otros. Una explicación posible de esta tendencia es que el crecimiento se ha asociado mayormente con actividades que requieren grandes capitales, por ende, generando poco en materia de generación de empleos. Sin embargo, tal y como se indicó antes, actividades que requieren capital intensivo tales como la manufactura han visto disminuir sus porcentajes de valor agregado en los años recientes en la medida en que los servicios han crecido en importancia. 26 Gráfico 3.9 La República Dominicana está Gráfico 3.10 …y en elasticidad- por debajo del promedio en términos de crecimiento de empleos crecimiento laboral… 8 2.5 Elasticidad del crecimiento laboral Crecimiento laboral promedio (%) chl 8 2.0 Crecimiento del PIB (%) 6 col 6 hnd 1.5 cri pan 4 mex ury 4 1.0 arg ecu per 2 0.5 pry dom 2 bra slv 0 0.0 Chile Uruguay Costa Rica Peru Ecuador Honduras Guatemala Panama Belize Paraguay Cuba Bolivia Colombia Mexico Dominican Rep. Guyana Brazil Nicaragua El Salvador 0 0 2 4 6 8 Crecimiento PIB promedio (%) Crecimiento del PIB Elasticidad del crecimiento laboral Fuente: Tabulaciones propias que usan SEDLAC Fuente: "World Development Indicators", Banco (CEDLAS y el Banco Mundial). Crecimiento promedio de Mundial. Nota: elasticidad calculada para el período empleos se calcula como el crecimiento promedio por años 2005-2010. entre 2000 y 2013. Como reflejo del ritmo moderado de generación de empleo, los determinantes laborales en la República Dominicana juegan un rol modesto en el crecimiento del PIB per cápita versus el rol de la productividad. De hecho, la contabilización del crecimiento muestra que los cambios en la tasa de empleo (medida como el coeficiente entre empleo total sobre población en edad de trabajar) y en la población en edad de trabajar (como fracción de la población total) ha tenido un impacto positivo, aunque modesto sobre el crecimiento del PIB per cápita a lo largo de las últimas dos décadas (Abdullaev y Estevão, 2013). En contraste, el rápido crecimiento en productividad laboral, particularmente durante el período posterior a la crisis, es el principal impulsor detrás de un desempeño fuerte en materia de crecimiento. Este crecimiento de productividad es particularmente notable en manufactura, transporte y comunicaciones, y construcción, en los que los cambios en los empleos se redujeron o representaron poco en cuanto a la contribución de cada sector al crecimiento (Gráfico 3.11). En el caso de la manufactura, el movimiento o desplazamiento de trabajo fuera de este sector y la caída en el empleo dentro del sector ambos tuvieron efectos negativos en el crecimiento del país aun cuando los incrementos de productividad resultaron en un efecto positivo neto sobre la producción. Vale la pena resaltar que el rol relativamente más pequeño que juegan los determinantes laborales o de producción para impulsar el crecimiento es una característica común para muchos países en ALC. Todavía, incluso considerando estos estándares regionales, la República Dominicana constituye una desviación estadística (Loayza y otros, 2005). Como se espera de una modesta creación de empleos, las tasas de empleo han permanecido fijas durante la mayor parte de la primera década del siglo, aún durante picos en ciclos económicos y son bajas comparadas con otras economías en ALC. Las tasas de empleo para 27 adultos en edades entre 18 y 65 han convergido en alrededor del 63 por ciento.18 El empleo no reaccionó muy dinámicamente en los períodos que siguieron a las crisis –ni luego de la crisis local de 2003-2004 ni la crisis global de 2009- cuando el crecimiento se recuperó sustancialmente. Del pico de la crisis local en 2004, a 60 por ciento, la tasa de empleo aumentó a 62 por ciento en 2008 y luego se redujo a 60 por ciento en 2009, en forma paralela a la crisis financiera global. Es interesante observar que aunque las tasas de empleo permanecieron constantes durante la crisis financiera local (a 60 por ciento), el PIB se contrajo en un 0.3 por ciento y la tasa de pobreza se incrementó 18 puntos porcentuales alcanzando un 50 por ciento. Esto sugiere que la crisis afectó a individuos primariamente a través de una reducción de los salarios y no a través de una reducción de puestos de trabajo. Es más, la tasa de empleo es baja en relación con otros países de la región (ver Sección 3.4). Gráfico 3.11 Los determinantes laborales en la República Dominicana solo contribuyen modestamente a un crecimiento de valor agregado (2003-2013) 30 20 Puntos porcentuales 10 Componente demográfico 0 Cambios intersectoriales (%) -10 Cambios en empleo (%) -20 -30 Cambios en producción al interior del sector por trabajador (%) Total Fuente: Estimaciones propias usando la herramienta de desagregación JoGGs del Banco Mundial, información de valor agregado de UN Stats e información sobre empleos de SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial). También hay disparidades en materia de empleos a lo largo de los grupos de ingresos, en las que los segmentos pobres de la población y los trabajadores no calificados tienen menor probabilidad de ser vinculados laboralmente en comparación con los segmentos acomodados. Mientras que el empleo entre los segmentos pobres de la población se ha incrementado en cinco puntos porcentuales comparado con los niveles vistos a principios de la primera década, la brecha en el empleo comparado con los segmentos acomodados continúa (Gráfico 3.12). El empleo es solamente apenas menor para adultos sin competencias o con pocas competencias (basado en su formación académica) que para trabajadores calificados, los últimos exhibiendo tasas de empleo de 66 por ciento comparado con tasas en el orden de 61-62 por ciento para los trabajadores menos calificados. 18 Tasas de empleo reportadas en este párrafo se basan en las tabulaciones de SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial) para la población en edades entre 18 y 65. 28 Gráfico 3.12 Tasas de empleo son menores Gráfico 3.13 Desempleo ampliado ha para los pobres (2000-2013) permanecido casi constante en años de crecimiento fuerte y sostenido 80.0 20 Tasa de empleo (%) 60.0 16 13.9 14.1 Porcentaje (%) 40.0 12 20.0 8 5.8 6.0 0.0 4 Desempleo abierto Desempleo ampliado 2000 2013 Fuente: Estimaciones propias basadas en ENFT calculado Fuente: Banco Central de la República Dominicana para la población entre 18 y 65. Como resultado de un bajo crecimiento en materia de empleos, el desempleo no ha disminuido en años de rápido crecimiento, indicando la limitada habilidad de la economía para vincular la fuerza laboral a más y mejores trabajos y de la población para convertir sus competencias en ingresos. En el corto plazo, el desempleo en la República Dominicana ha seguido la volatilidad del ciclo empresarial en alguna medida –una regularidad empírica para muchos países, subiendo y bajando con la contracción y expansión de la actividad económica. La crisis local de 2003- 2004 llevó a una mayor tasa de desempleo ampliado. El fuerte crecimiento en el período posterior a la crisis redujo el desempleo. Se observó un comportamiento similar con la crisis financiera global de 2008-2009. Sin embargo, con una perspectiva a más largo plazo, el desempleo (definición ampliada) ha permanecido mayormente sin cambios luego de 2007, oscilando alrededor de 14-15 por ciento (Gráfico 3.13). Esto contrasta con la tendencia a la baja a largo plazo para otros países como Colombia, Perú y Panamá en los que el desempleo se redujo, especialmente durante y luego de la segunda mitad de la primera década del siglo la cual presenció fuerte crecimiento económico y una rápida reducción de la pobreza.19 El desempleo tiene implicaciones significativas para el ingreso de hogares y los índices de pobreza. El 40 por ciento más pobre que corresponde a los segmentos pobres de la población, tiene mayor probabilidad de estar desempleado. Los índices de desempleo para el 40 por ciento más pobre son mayores que el doble para el 60 por ciento más rico: 12 por ciento versus 5 por ciento (en términos de desempleo abierto); y 25 por ciento versus 10 por ciento (en términos de desempleo ampliado), respectivamente. Una preocupación es la vulnerabilidad, en la que los individuos que no se consideran como pobres cerca de la línea de pobreza son altamente vulnerables y pueden volver a la pobreza si 19 Basadosen las definiciones oficiales de desempleo para cada país, que no son comparables a lo largo de los países: en Colombia, la tasa de desempleo cayó 5 puntos porcentuales entre abril de 2001 y 2015 (DANE); la tasa de desempleo en Panamá se redujo en 10 puntos porcentuales entre enero de 2000 y 2014 (Banco Central de Panamá); y la tasa de desempleo disminuyó en Perú en 4 puntos porcentuales entre marzo de 2002 y 2015 (Banco Central del Perú). 29 las tasas de desempleo se incrementan. La correlación entre la tasa de desempleo para el 40 por ciento más pobre y la tasa de pobreza para el período 2000-2013 (0.59) sugiere una fuerte asociación entre las dos variables. Gráfico 3.14 Desempleo ampliado es más alto entre aquellos con mayor formación académica Tasa de desempleo (%) 25 20 15 10 5 0 2000 2013 03 12 01 02 04 05 06 07 08 09 10 11 No calificados Poco calificados Medio y altamente calificados Fuente: Estimaciones propias basadas en ENFT. El desempleo sigue siendo alto entre aquellos con competencias y aquellos con bajas competencias o poco calificados (Gráfico 3.14). Todos los grupos de competencias experimentaron un incremento en el desempleo durante la crisis económica que afectó a la República Dominicana, lo cual se reversó en el período posterior a ella. Las tasas actuales de desempleo ampliado son similares a aquellas vistas a principios de la primera década de este siglo y se encuentran por encima del 10 por ciento para los trabajadores no calificados, con pocas competencias y aquellos trabajadores calificados. El desempleo para los dos últimos grupos está bien por encima de la tasa de desempleo de los trabajadores no calificados. Esto es consistente con hallazgos en otros países en la región: a los individuos con pocos recursos sencillamente les es imposible asumir el desempleo sin dedicarse a alguna actividad. En cambio, ellos aceptan trabajos mal remunerados o se vinculan en una actividad independiente de subsistencia. En términos económicos, su salario de reserva, la compensación mínima que ellos aceptarán por su trabajo, es muy baja. De otra parte, los desempleados con mayor formación escolar tienen mayores salarios de reserva, implicando que ellos pueden y están dispuestos a asumir los costos de una búsqueda más larga que podría resultar en una mejor oportunidad. El alto desempleo y las tasas de emigración de los trabajadores con mayor formación académica implican una demanda insuficiente de trabajo calificado; encuestas sugieren que esto se debe a una falta de correspondencia en materia de competencias. A 2012, 62 por ciento de los inmigrantes dominicanos en los Estados Unidos habían terminado la escuela secundaria, incluyendo 14 por ciento que tenían grado universitario; esto se compara favorablemente con aquellos que todavía viven en la República Dominicana en 2013, en donde solamente 40 por ciento de los adultos entre 18 y 65 años habían terminado la escuela secundaria y 10 por ciento tenían un grado académico de educación superior.20 Junto con altas tasas de desempleo para mano de obra calificada, la relativamente alta tasa de emigración de mano de obra calificada soporta adicionalmente la posibilidad de que el mercado de mano de obra local tenga una demanda insuficiente de mano de obra calificada. Al mismo tiempo, en 2010 alrededor de un tercio (36 por ciento) de las empresas reportaron 20 Fuente: Información del Migration Policy Institute usando datos del U.S. Census Bureau. 30 que el principal obstáculo para las empresas en la República Dominicana es la inadecuada formación académica de la fuerza laboral (Gráfico 3.15). Esta tasa es relativamente alta cuando se compara con países pares, en términos de tasas de crecimiento, tales como Panamá (18.9 por ciento) y Perú (28.4 por ciento). Esto sugiere un desfase en materia de competencias y habilidades cuando los trabajadores con formación académica no poseen las calificaciones que las empresas requieren. Gráfico 3.15 Una amplia fracción de las empresas dominicanas identifican que una fuerza laboral con formación escolar inapropiada es un obstáculo importante para las empresas (2010) 70 Porcentaje de empresas (%) 60 50 40 36.2 30 20 10 0 San Vicente y las… Granada Surinam Colombia México Guatemala Dominica Costa Rica Belice Venezuela, R.B. Nicaragua Bolivia República Dominicana Santa Lucía Argentina Paraguay Guayana El Salvador Jamaica Perú Honduras Ecuador Panamá Fuente: Enterprise Surveys (http://www.enterprisesurveys.org), Banco Mundial. 3.3 Calidad de los empleos Hipótesis 4: La calidad de los empleos no ha mejorado y los segmentos pobres de la población se concentran en sectores de baja productividad laboral. Una tendencia clave detrás del débil vínculo del crecimiento con la reducción de la pobreza en la República Dominicana es el hecho de que los trabajadores con pocas competencias se concentran en puestos de trabajo de poca calidad y en sectores de baja productividad. Mientras que, en general, más trabajadores ocupan empleos formales hoy, los segmentos pobres de la población tienen mayor probabilidad de trabajar informalmente, en empleos con ingresos menores, restringiendo su habilidad de beneficiarse del crecimiento. El trabajo independiente y el trabajo en microempresas siguen representando una mayoría de los empleos para los segmentos pobres de la población. De otra parte, ha habido un cambio en los sectores que emplean los segmentos pobres de la población, alejándose del sector manufacturero y yendo hacia el sector de servicios, comercio y construcción. En forma preocupante, estos sectores y la agricultura (todavía un importante sector de empleo para los segmentos pobres de la población) tienen un crecimiento de productividad laboral más lento o estancado. La reasignación de empleos que pasa del sector manufacturero a actividades de crecimiento de baja productividad ha hecho más lenta la reducción de la pobreza. De hecho, un análisis de descomposición muestra que entre 2003 y 2013, el efecto neto de los cambios sectoriales de los trabajadores con pocas competencias y los trabajadores no calificados ha sido el incremento de la pobreza. 31 Un resultado positivo del mercado en los años más recientes es que más trabajadores ocupan puestos formales de trabajo que en el pasado. La información de fuerza laboral puede usarse para medir la informalidad laboral en el país, mirando la afiliación a la seguridad social o a la porción de trabajadores con un contrato laboral. Basado en las tasas de acceso a seguridad social, ha habido una reducción notable en la informalidad tanto para los segmentos pobres como para los trabajadores que no son de ese segmento y aquellos que reciben un salario. Alrededor de 71 por ciento de los trabajadores con salario y asalariados en 2013 tenían un trabajo afiliado al sistema de seguridad social, un incremento significativo cuando originalmente era de 56 por ciento en 2005. Esto incluye casi 60 por ciento de trabajadores con salario que viven en la pobreza. Sin embargo, los trabajadores con salario representan solamente 55 por ciento del empleo, implicando que solamente alrededor de cuarenta por ciento de los trabajadores en la República Dominicana se encuentran en el sector formal. Gráfico 3.16 La República Dominicana tiene mayor porcentaje de trabajo independiente y empleos en pequeñas empresas a) Porcentaje de empleos primarios que son trabajos independientes o en pequeñas empresas, 2013 100 Porcentaje (%) 80 60 31.3 40 20 40.0 0 Independientes Empresas pequeñas b) Porcentaje de empleos primarios en el 40 por ciento más pobre que son trabajo independiente o en pequeñas empresas, 2013 100 Porcentaje (%) 80 60 33.2 40 20 49.5 0 Independientes Empresas pequeñas Fuente: tabulaciones de "LAC Equity Lab" que usa SEDLAC (CEDLAS y Banco Mundial). Las pequeñas empresas se definen como aquellas que emplean a menos de cinco trabajadores. Representando 40 por ciento de los empleos, las tasas de trabajo independiente en la República Dominicana se encuentran dentro de las más altas en la región. Otro 31 por ciento 32 de trabajadores corresponden a empleos con salario o salario en microempresas, empresas de menos de cinco empleados (Gráfico 3.16). Tanto el trabajo independiente como el empleo en microempresas se asocian con informalidad y baja productividad. Combinados, estos dos tipos de empleo representan más del 70 por ciento de los empleos en la República Dominicana – aproximadamente lo mismo que en 2003. Entre los países en ALC con esta información, solamente Colombia tuvo más altas tasas de trabajadores independientes y empleo en microempresas. Hay mayor probabilidad que el 40 por ciento más pobre sea empleado en trabajos que tienen baja productividad, incluyendo en microempresas y empleo independiente no calificado. La mitad de los trabajos ocupados por aquellos en el 40 por ciento más pobre fueron trabajos independientes mientras que el otro 33 por ciento tuvo lugar en pequeñas empresas. De los nuevos empleos generados entre 2000 y 2013, solamente 36 por ciento se dio en empresas con cinco o más empleados. Casi 8 de 10 de estos nuevos empleos emplearon individuos en el 60 por ciento más rico, ordinariamente aquellos con más alto nivel de formación escolar. Esta fragmentación del mercado laboral restringe la habilidad de trabajadores de bajos ingresos y no calificados para beneficiarse del crecimiento e implica un potencial no cumplido para hacerlo más inclusivo. Así, a 2013, los ingresos reales de un trabajador informal promedio son 62 por ciento del de un trabajador promedio en la economía formal. Gráfico 3.17 Sector de empleo de los segmentos pobres de la población en la República Dominicana (2000 y 2013) Construcción 0.8 0.7 5.0 6.6 Manufactura 9.3 12.7 27.5 Agricultura 36.6 Comercio 21.1 15.3 34.9 Servicios 20.2 Electricidad, gas y agua Fuente: ENFT y cálculos del Banco Mundial A lo largo del tiempo, ha habido un cambio notable en los sectores que emplean a los segmentos pobres de la población. Mayormente, como resultado de la urbanización de la sociedad dominicana y el declive en importancia de la agricultura en la economía en general, la porción de los segmentos pobres de la población que trabajan en este sector cayó de un 35 por ciento a 21 por ciento entre 2000 y 2013 (Gráfico 3.17). También impulsado por un menor peso de la industria manufacturera en la economía (tanto en términos de producción y de empleo), el porcentaje de empleo de este sector se ha reducido para los segmentos pobres de la población (y también para los no pobres). En contraste, los segmentos pobres de la población tienen mayor probabilidad de trabajar en los sectores de servicios y comercio. En 2013, ambos sectores combinados representaron más de la mitad (56.8 por ciento) de los trabajos de los segmentos pobres de la población, esto es 14 puntos porcentuales más que en 2000. Ha habido también un incremento modesto en el porcentaje de trabajadores que viven por debajo de la línea de pobreza y trabajan en el sector de la construcción (de 4.9 por ciento a 6.4 por ciento entre 2000 y 2013). 33 Los sectores que tienen mayor probabilidad de emplear los segmentos pobres de la población tienen un crecimiento de productividad laboral más lento o incluso estancado a pesar de la tendencia positiva de la productividad laboral de la economía en general. Como se notó antes, la productividad laboral en general (medida según producción por horas de trabajo) se incrementó, en promedio, 39 por ciento entre 2000 y 2013. Aun así, este promedio oculta una variación significativa dentro de las actividades económicas. La productividad laboral en los sectores que emplean a la mayoría de los segmentos pobres de la población o bien creció a una tasa relativa más lenta (por ejemplo, comercio a 37 por ciento) o incluso ha caído (de 4 a 11 por ciento para la construcción y algunos de los subsectores de servicios tales como hoteles, restaurantes, transporte y servicios personales). Adicionalmente, la productividad laboral en agricultura, un sector que todavía emplea alrededor de 20 por ciento de los segmentos pobres de la población, cayó un 15 por ciento entre 2000 y 2013. En contraste, los sectores con relativamente menos trabajadores en la base de la distribución de ingresos o aquellos que han venido a apoyarse menos en su trabajo (por ejemplo, manufactura) registraron las mayores ganancias en productividad (a 10 por ciento en servicios financieros, 9 por ciento en manufactura o 6 por ciento en servicios de propiedad raíz). La composición de competencias y habilidades a lo largo de sectores muestra que la productividad laboral ha crecido menos en sectores con alta concentración de trabajadores no calificados. La gran mayoría (alrededor de 60 o 70 por ciento) de la fuerza laboral vinculada a estos sectores, que incluye agricultura, servicio doméstico, construcción, transporte y comercio, o bien no tiene habilidades o competencias o tiene pocas (Gráfico 3.18 y Gráfico 3.19). Consecuentemente, estos sectores son también los que emplean la mayor porción de trabajadores de bajos ingresos. El crecimiento de productividad laboral en la mayoría de estos sectores ha sido menos dinámico que en el resto de la economía, confirmando que los segmentos pobres de la población están relativamente más agrupados en actividades de pocas competencias y de menor productividad económica. Gráfico 3.18 Productividad laboral no ha Gráfico 3.19 Productividad laboral ha crecido en sectores que emplean a los crecido menos en sectores con más segmentos pobres de la población trabajadores no calificados 2.5 100 Producción por trabajador 80 2.0 60 Porcentaje (%) 1.5 40 20 1.0 0 Manufactura Transporte Educación Hoteles y Pesca Servicios financieros Comercio Construcción Salud Bienes raíces Administración pública Minería Servicios domésticos Agricultura Otras organizaciones Electricidad, gas y agua Otros servicios 0.5 0.0 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Sectores con alta concentración de trabajadores pobres Sectores con baja concentración de trabajadores pobres Medio y altamente calificados Poco calificados Fuente: Estimaciones propias basadas en ENFT. Nota: sectores con alta concentración de trabajadores pobres: agricultura, construcción, comercio, hoteles y restaurantes, transporte y otros servicios. Los ponderadores se asignan a cada sector basados en la participación de PIB. 34 Sectores con el mayor incremento en el porcentaje de empleo entre los pobres también muestra una reducción significativa del promedio y media de los salarios por hora para el período 2000-2013. Por ejemplo, los salarios cayeron un 29.6 por ciento, 34.2 por ciento y 8.0 por ciento en construcción, hoteles/restaurantes y servicios de transporte respectivamente, que juntos emplean cerca de 20 por ciento del segmento pobre de la población. En el mismo sentido, los salarios en el sector comercial, un sector que emplea uno de cinco individuos del segmento pobre de la población, se redujo en alrededor de casi un 10 por ciento. Gráfico 3.20 Movimientos intersectoriales de empleo han incrementado la pobreza en la República Dominicana (2000-2013) Agricultura y pesca Comercio y Hoteles No calificados Construcción Servicios domésticos Manufactura Minería, electricidad, gas y agua Poco calificados Otros servicios Transporte Efecto interactivo -80% -60% -40% -20% 0% 20% 40% Cambio en la población Fuente: Tabulaciones basadas en SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial). El gráfico reporta los resultados de la descomposición Huppi y Ravalion de pobreza de ingresos laborales para hogares en los que quien gana más no tiene competencias o de pocas competencias (ver Banco Mundial, 2015). La descomposición calcula el cambio en pobreza en estos hogares que se debe estrictamente a cambios en los ingresos del hogar. Este planteamiento hace un extracto de los efectos de cambios en ingreso no laboral, tales como transferencias públicas o pensiones. Para lograr esto, los cambios en la pobreza se calculan usando las tasas de ingresos de pobreza –proporción de hogares con ingresos laborales de menos de $4 por día per cápita. Los componentes intrasectoriales se refieren al sector de empleo de quien gana más en el hogar. Consecuentemente, los cambios en el sector de empleo de los no calificados y de aquellos con pocas competencias (grupos que representan la mayoría de individuos de bajos ingresos) han contribuido al incremento de la pobreza. La descomposición Ravallion y Huppi (1991) permite desglosar los cambios observados en pobreza en efectos intrasectorial (cambios en niveles de pobreza dentro de cada sector) y un efecto de ‘cambio en la población’ (cambio en los sectores de empleo de la población). Esta descomposición se hace para la series de encuestas de hogares 2003- 2013 de la República Dominicana usando pobreza por ingresos laborales.21 El sector de empleo considerado es el de quien gana más en el hogar. Este análisis muestra que los movimientos sectoriales (el efecto de ‘cambio en la población’) de los no calificados y de los que tienen pocas competencias han incrementado la pobreza –esto es, los movimientos en empleo se han dado a sectores con ingresos más bajos (Gráfico 3.20). Tanto para los trabajadores no calificados como para los de pocas competencias, el trabajo de la construcción es más asociado con la pobreza en 2013. De otra parte, los trabajadores no calificados en agricultura, servicio doméstico, manufactura y transporte vieron un declive en la pobreza; los sectores de mayor reducción de la pobreza para los menos capacitados fueron manufactura, comercio y alojamiento. Esto es consistente con un análisis regional que indica 21La pobreza laboral mide el porcentaje de hogares que reciben suficientes ingresos laborales para mantenerlos por encima de US$ 4/ día PPP de la línea de pobreza. 35 un movimiento de los trabajadores no calificados hacia un incremento de la pobreza (Banco Mundial, 2015). 3.4 Oferta laboral Hipótesis 5: La baja participación en la fuerza laboral limita la capacidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento económico. La baja participación en el mercado laboral está obstaculizando la habilidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento. Solamente dos tercios de los adultos participan en el mercado laboral en la República Dominicana; esto es aún más crítico en los segmentos pobres de la población –de los cuales solamente alrededor de la mitad (53 por ciento) estaban o trabajando o activamente buscando trabajo en 2013. Este incremento en capital humano en el país, que ha hecho el actual nivel de formación académica comparable con otros países de ALC no ha llevado a incrementos en la participación en la fuerza laboral. La oferta de trabajo no ofrece respuesta ante el crecimiento. Al paso que la fuerza laboral femenina se ha incrementado en alrededor de 10 por ciento desde 2000, sigue siendo baja en relación a otros países en la región. Dos posibles elementos que contribuyen a una participación baja y sin respuesta pueden ser una falta de oportunidades laborales que conduce a trabajadores desmotivados y el recibo de remesas, particularmente en el caso de mujeres y aquellos en el 40 por ciento más pobre. La fuerza laboral en la República Dominicana está creciendo y haciéndose cada vez más urbana. De acuerdo con información del último censo, la población total en el país llegó a 9.45 millones de personas en 2010, incluyendo 6.09 millones de personas entre los 15 y los 65 años, el resultado de una tasa de crecimiento anualizada de 1.23 desde el censo de 2002 y una tasa de fertilidad de 2.52 más alta que la tasa de reemplazo. El actual ritmo de crecimiento de la población es modesto a la luz de estándares regionales; de hecho, en comparación con el crecimiento de la población de países de tamaño similar en América Central y América del Sur (1.61 por ciento en Panamá, 2.52 en Guatemala, 1.65 en Bolivia; o 1.57 en Ecuador). Al mismo tiempo, una fracción creciente de los dominicanos está optando por residir en áreas metropolitanas, y el país se está volviendo cada vez más urbano. Actualmente, 75 por ciento de la población vive en centros urbanos comparado con 62 por ciento en 2002. Aunque todavía debajo de niveles óptimos, la República Dominicana ha visto un incremento significativo en su capital humano como resultado de un amplio incremento en acceso a formación escolar. El adulto en edad activa (25 a 65 años) en 2013 tiene 9.2 años de educación, alrededor de 1.2 años más que la formación escolar a principios de la primera década del siglo. Este mayor acceso ha ayudado a cerrar la brecha con el resto de la región. De hecho, a diferencia de la situación de hace dos décadas, en 2013, el nivel de formación escolar de la República Dominicana fue comparable a otros países de ALC (de hecho, 8.2 años en Colombia, 8.7 en Ecuador, 8.8 en Perú y 9.8 en Panamá). Estas ganancias han beneficiado a todos los grupos de ingresos, incluyendo el más bajo de la distribución. Aun así, en 2013, más de la mitad (53 por ciento) de adultos en edad activa (25 a 65 años de edad) en el 40 por ciento por más pobre (B40) no tenía formación escolar o apenas educación primaria incompleta, aunque esto se redujo de un 68% en 2000. De manera análoga, la proporción de B40 que ha terminado al menos la escuela secundaria casi se dobló de 10.4 a 20.6 por ciento. Como resultado de estas tendencias positivas, los años promedio de formación escolar de B40 se incrementaron de 5.6 a 7.1 años a lo largo del período. 36 A pesar de los incrementos en capital humano, su intensidad de uso sigue siendo baja: la participación en la fuerza laboral y las tasas de empleo siguen siendo unas de las más bajas en la región, limitando el porcentaje de la población que es directamente capaz de beneficiarse del crecimiento y de aportar al mismo. Una compilación regional de datos estandarizados de 2013 para un subconjunto de países en ALC, incluyendo la República Dominicana, permite comparar la participación en la fuerza laboral y de las tasas de empleo internacionalmente. Esta información muestra que solamente dos tercios de los adultos en edades entre 18 y 65 en la República Dominicana participan en el mercado laboral, trabajando o activamente buscando un empleo. La participación en la fuerza laboral en la República Dominicana es la más baja en la muestra regional y alrededor de siete puntos porcentuales más baja que la tasa vista para la región como un todo (74 por ciento) (Gráfico 3.21). Similarmente, la porción de adultos que reportan estar empleados es también menor en la República Dominicana que el promedio regional (61.7 por ciento versus 68.4 por ciento). Gráfico 3.21 Tasas de participación en la fuerza laboral y tasas de empleo en la República Dominicana se encuentran dentro de las más bajas en ALC (2013). (a) Tasa de participación en la fuerza laboral (b) Indice de empleo 80 80 70 Tasa de participación (%) 60 Tasa de empleo (%) 60 50 40 40 30 20 20 10 0 0 República… Argentina -… República… Colombia ALC Haití Mexico Costa Rica Guatemala Nicaragua Bolivia Brasil Uruguay - urbano Paraguay El Salvador Chile Perú Panamá Honduras Ecuador Argentina - urbano Costa Rica Guatemala Haití Colombia ALC Mexico Brasil Bolivia Nicaragua Uruguay - urbano Paraguay Chile El Salvador Perú Panamá Honduras Ecuador Fuente: SEDLAC (CEDLAS y el Banco Mundial). Nota: la participación en la fuerza laboral se calcula como la suma de empleo y desempleo abierto para adultos entre 18 y 65 años. Dado que las definiciones de desempleo varían a lo largo de los países, las tasas de participación en la fuerza laboral pueden no ser estrictamente comparables, aun usando información estandarizada. Bajos niveles de empleo y participación en la fuerza laboral son más agudos entre los segmentos pobres de la población, obstaculizando los efectos de reducción de la pobreza derivados del crecimiento económico. Alrededor de la mitad de adultos en edad de trabajar que viven debajo de la línea de pobreza se encuentra en la fuerza laboral. A 2013, 55 por ciento de esos individuos, en edades entre 18-65, o se encuentran trabajando o se encuentran buscando trabajo activamente. Este es un incremento del nivel registrado en 2000 (49 por ciento). Sin embargo, a alrededor de 18 puntos porcentuales (73 por ciento comparado con 55 por ciento), la brecha con respecto a adultos en edad de trabajar del segmento superior de distribución de ingreso (el 60 por ciento más rico) sigue siendo significativa. Una referencia contra otros países en ALC, basado en información estandarizada, confirma la baja vinculación de los segmentos pobres de población (basados en la línea de pobreza de $4 por día) en el mercado laboral en la República Dominicana. A 37 2013, hay una diferencia de 11 puntos porcentuales con respecto a la tasa promedio de participación en fuerza laboral de los segmentos pobres de población en ALC (53.3 por ciento y 64.4 por ciento, respectivamente) (Gráfico 3.22). Gráfico 3.22 Participación en la fuerza laboral entre los segmentos pobres de la población en la República Dominicana se encuentra también dentro de las más bajas en ALC (2012). (a) Tasa de participación en la fuerza laboral (b) Tasa de empleo 100 100 Tasa de participación (%) Tasa de participación (%) 80 80 60 60 40 40 20 20 0 0 República… Haití ALC México Guatemala Colombia Nicaragua Costa Rica Bolivia Brasil República Dominicana Uruguay - urbano Paraguay Honduras El Salvador Chile Panamá Ecuador Argentina - urbano Haití Colombia Guatemala Bolivia Costa Rica México Nicaragua ALC Brasil Uruguay - urbano Paraguay El Salvador Chile Perú Honduras Panamá Ecuador Argentina - urbano Fuente: SEDLAC (CEDLAS y Banco Mundial). Nota: Ver notas a Gráfico 3.21 para mayor detalle sobre la muestra. Cuadro 3.2 Los "ninis" Treinta por ciento de mujeres jóvenes dominicanas y 15 por ciento de hombres jóvenes ni trabajan ni van a la escuela (Gráfico 3.23). Un fenómeno que es común en otros países de la región es que hay un gran número de jóvenes (entre 15 y 24 años) en la República Dominicana que no están matriculados en la escuela ni trabajan, los llamados "ninis" (individuos que ni estudian ni trabajan). Altas tasas de no participación de los jóvenes representan una significativa oportunidad perdida de construir el capital humano del país –en la medida en que la experiencia laboral y la escolaridad formal aportan a los ingresos y a la productividad. Gráfico 3.23 Alrededor de 30 por ciento de jóvenes mujeres dominicanas ni trabajan ni están matriculadas en la escuela, junto con 15 por ciento de hombres jóvenes (2013) 2000 2013 58% 60% 57% 54% 29% 28% 31% 31% 13% 12% 12% 15% Ni estudia ni Estudia Trabaja y no Ni estudia ni Estudia Trabaja y no trabaja estudia trabaja estudia Mujer Hombre Fuente: tabulaciones del "LAC Equity Lab" de SEDLAC (CEDLAS y Banco Mundial) basados en la metodología de "Out of School and Out of Work: A Diagnostic of Ninis in Latin America", trabajo en curso por De Hoyos, Popova y Rogers (Banco Mundial). La población objeto de análisis se encuentra entre los 15 y 24 años. 38 La oferta de trabajo no ha respondido a las fluctuaciones en el crecimiento, incluyendo altos y prolongados períodos de expansión económica. Esto es claro cuando se miran las tendencias de participación en la fuerza laboral sin mayores variaciones a lo largo de la última década. Con base en la información oficial, la porción de dominicanos en la fuerza laboral (personas que trabajan o que buscan trabajo) promediaron 57.3 por ciento entre 2000 y 2013. Durante todo este período, la proporción permaneció más o menos fija, con una tendencia ligeramente al alza luego de 2010 para alcanzar el 59 por ciento en 2013. Entre 2004 y 2008, cuando la economía creció a un ritmo más rápido, la participación en la fuerza laboral permaneció mayormente sin cambios a alrededor de 57 por ciento. Mientras que la medición "amplia" de la participación en la fuerza laboral (incluyendo trabajadores "desmotivados" y aquellos listos para trabajar, pero que no están buscando activamente un trabajo) es más alta y se ha incrementado de alguna forma en los años recientes, no varió mucho entre los inicios de la primera década del siglo y 2013, promediando 64 por ciento. Gráfico 3.24 La brecha en la participación en fuerza laboral en edad activa entre el 40 por ciento más pobre y el 60 por ciento más rico se ha estrechado en la República Dominicana (2003-2013). 15 40% más pobre 60% más rico 10 5 Porcentaje 0 -5 -10 -15 Brasil Guatemala Colombia Bolivia ALC México Uruguay (urbano) Chile República Dominicana Paraguay El Salvador Ecuador Perú Honduras Argentina (urbano) Fuente: Banco Mundial (2015). Nota: la cifra se basa en información recogida en encuestas de hogares regionalmente estandarizada de la base de datos de SEDLAC (CEDLAS y Banco Mundial). Esta cifra se limita a adultos en edades entre 25 a 65. Al mismo tiempo, hay noticias alentadoras en la medida en que la República Dominicana está revirtiendo las tendencias regionales estrechando la brecha entre las tasas de participación en la fuerza laboral de adultos en edad activa del 40 por ciento más pobre y el 60 por ciento más rico. De 15 países en la región ALC con suficiente información para este análisis, a un incremento de 9.5 por ciento, la República Dominicana observó las mayores ganancias en la tasa de participación en la fuerza laboral del 40 por ciento más pobre entre 2003 y 2013 (Gráfico 3.24). Hacia 2013, 62.4 por ciento de aquellos entre 25 y 65 años de edad en el 40 por ciento más pobre estaban vinculados activamente a la fuerza laboral. Durante este período, el 60 por ciento más rico también incrementó sus tasas de participación, aun cuando a una tasa menor de 5.8 por ciento. Esto resultó en una tasa de participación de 77.5 por ciento. Al paso que esto es una buena noticia, la República Dominicana todavía está detrás de la participación en la fuerza laboral en ALC para el 40 39 por ciento más pobre (la tasa en ALC es 70.2 por ciento) y el 60 por ciento más rico (80.8 por ciento). Actualmente, las tasas de la República Dominicana son aproximadamente las mismas que algunos de sus vecinos en América Central, particularmente Guatemala, Honduras y México. Gráfico 3.25 Tasas de participación en la fuerza laboral en la República Dominicana (2000 y 2013) 84.4 83.3 69.1 73.1 63.1 64.6 72.9 70.2 59.0 64.1 49.3 55.1 44.5 50.2 Pobre No pobre Mujeres Hombres No calificados Poco Medio y calificados altamente calificados 2000 2013 Fuente: estimaciones propias basadas en ENFT. Nota: esta cifra se limita a adultos entre 18 y 65 años. Más mujeres participan en el mercado laboral, lo que explica mucho del modesto crecimiento en la oferta de trabajo de los últimos años. Desagregar la oferta laboral abierta por género, esto es –los empleados y aquellos que activamente buscan un trabajo- para el período 2000 y 2013, revela dos patrones opuestos (Gráfico 3.25). De una parte, las tasas de participación en la fuerza laboral masculina para aquellos entre 18 y 65 se redujeron de 84.4 a 83.3 por ciento. De otra parte, es más probable que las mujeres se vinculen al mercado laboral hoy que en 2000. De hecho, la fuerza laboral femenina se incrementó en 9.7 por ciento durante este período, de 44.5 a casi 50.2 por ciento. Esto se da en asocio con la tendencia para ALC como un todo, en donde la participación femenina creció 15 por ciento entre 2000 y 2010 (Banco Mundial, 2012). Una característica importante de este desarrollo es la oportunidad del incremento en la fuerza laboral femenina. Mientras que la fuerza laboral femenina siguió constante entre 2000 y 2009, empezó a crecer al momento de la crisis financiera global, contribuyendo a incrementar –o al menos escudar- los ingresos de los hogares durante las crisis. De hecho, hay evidencia de que el crecimiento en los ingresos del mercado laboral femenino y las más altas tasas de participación han impulsado parcialmente la reducción de la pobreza en ALC (Cuadro 3.3). Cuadro 3.3 Un incremento en empleos ocupados por mujeres y en sus ingresos han ayudado a reducir la pobreza en la República Dominicana Una descomposición de los cambios de pobreza muestra que un incremento en empleos ocupados por mujeres y en sus ingresos han sido claves para ayudar a reducir la pobreza en la República Dominicana desde 2008. Entre 2008 y 2013, 41.1 por ciento de la reducción en pobreza se atribuyó a factores fuera del mercado laboral (11.1 por ciento debido al crecimiento de ingresos no laborales, incluyendo remesas y transferencias de efectivo, y 30 por ciento debido a cambios demográficos en la composición de los hogares). El incremento de empleos ocupados por mujeres y de sus ingresos representó 58 por ciento de la reducción de pobreza observada. Como referencia, a nivel regional, los incrementos en empleos ocupados por mujeres e sus ingresos solamente representaron 20 por ciento de la reducción en pobreza. 40 El ingreso de la fuerza laboral masculina ha disminuido en términos reales y esta reducción de hecho ha contribuido a un incremento en la pobreza. La caída en los ingresos laborales de los trabajadores hombres reduce los efectos positivos (reducción de pobreza) de una mayor tasa de empleos ocupados por hombres. Gráfico 3.26 Ingresos laborales jugaron un papel modesto en la reducción de la pobreza en la República Dominicana comparado con la región ALC RD (2008-2013) ALC (2008-2013) 10 10.3 1.7 -10 -10.7 Puntos de porcentaje -30.1 -30 -30.5 -5.8 -14.4 -50 -27.9 -10.9 -70 -30.0 -40.6 -90 -110 -11.1 Trabajo (Hombres) - Empleo Trabajo (Hombres) - Ingreso Trabajo (Mujeres) - Empleo Trabajo (Mujeres) - Ingreso No laboral Composición de edad No laboral Ingreso Fuente: Tabulaciones de "LAC Equity Lab" de SEDLAC (CEDLAS y Banco Mundial). Pobreza basada en $4PPP. La composición de edad refleja el cambio en pobreza que es atribuible a cambios en la participación de miembros del hogar que están en edad de trabajar (15-65). ¿Qué puede explicar la baja tasa de participación en la fuerza laboral en el país? La participación de las mujeres en la fuerza laboral es sensible a condiciones laborales locales, sugiriendo la existencia de un efecto de “trabajador desmotivado.”22 Las tasas locales de desempleo no tienen correlación con las tasas de participación en la fuerza laboral de los hombres, ni para hombres en el 60 por ciento superior ni para aquellos en el 40 por ciento más pobre. Sin embargo, el análisis de regresión revela que las mujeres, particularmente aquellas en el 60 por ciento más rico, tienen menor probabilidad de entrar en la fuerza laboral en áreas de alto desempleo que en áreas de bajo desempleo. La regresión sugiere que un incremento de un punto porcentual en la tasa local de desempleo en 2012 estuvo asociado con una reducción de medio punto porcentual (0.48) en la tasa de participación en la fuerza laboral por las mujeres en el 60 por ciento más rico. Esto sugiere que las mujeres que no viven en hogares pobres tienen mayor probabilidad de suspender la búsqueda de trabajo y salir de la fuerza laboral cuando hay mayor escasez laboral. Otra posible explicación para una menor participación femenina en la fuerza laboral es el recibo de ingresos no laborales, particularmente remesas. A 2012, alrededor de 960.000 dominicanos vivían en Estados Unidos, incluyendo una migración neta de alrededor de un cuarto de millón desde 2000.23 Esta diáspora le ha dado al país y a muchos de sus residentes acceso a una fuente significativa de ingresos – remesas internacionales, que en 2013, representaron 7.3 por ciento de PIB. 22 Estimaciones propias basadas en ENFT. El modelo de regresión mide la probabilidad que cada individuo esté en la fuerza laboral considerando las siguientes características individuales y locales: la experiencia laboral potencial del individuo y su valor cuadrático, actual matrícula escolar, estatus de jefe/jefa de hogar, estado civil, indicador urbano, coeficiente de dependencia del hogar, recibo de remesas por el hogar, recibo por el hogar de otros traspasos, tasa de desempleo regional para grupo según género y competencias del individuo, y efectos regionales fijos. 23 La tabulación de información del Migration Policy Institute usando datos del ACS 2008-2012 del U.S. Census Bureau. 41 Fuentes alternativas de ingresos tales como remesas pueden incrementar los salarios de reserva y así reducir la participación en la fuerza laboral. Esto es, un trabajador que de otra forma aceptaría un salario menor puede no seguir dispuesto a trabajar al mismo nivel salarial si él o ella tiene otras fuentes de ingreso. A través de este canal, las fuentes de ingreso no laboral pueden tener la consecuencia de reducir la participación en la fuerza laboral entre los beneficiarios. Al mismo tiempo, los hogares que reciben remesas son diferentes de otros hogares; en particular, miembros del hogar en edad de trabajar han migrado. Este cambio en la composición de los hogares puede haber sido planeado alrededor de las decisiones de oferta de trabajo de miembros del hogar no migrantes –por ejemplo, puede ser que la emigración tuvo lugar con el fin de compensar a otros miembros del hogar que no pueden trabajar. Por otro lado, la diferencia en composición del hogar (por ejemplo, la presencia de niños) puede tener un efecto directo sobre la decisión de los otros miembros de trabajar. De ahí, el efecto del recibo de remesas sobre la oferta de trabajo no es algo sencillo de medir. Gráfico 3.27 Recibo de remesas y otras transferencias están asociadas con menor participación en la fuerza laboral en la República Dominicana (40 por ciento más pobre por género, 2012). a) Hombres que recibieron remesas b) Mujeres que recibieron remesas 0.01 0.01 -0.04 -0.04 -0.09 -0.09 -0.14 -0.14 -0.19 -0.19 -0.24 -0.24 2001 2004 2008 2012 2001 2004 2008 2012 c) Hombres que recibieron otras transferencias d) Mujeres que recibieron otras transferencias 0.01 0.01 -0.04 -0.04 -0.09 -0.09 -0.14 -0.14 -0.19 -0.19 -0.24 -0.24 2001 2004 2008 2012 2001 2004 2008 2012 Fuente: Cálculos propios basados en ENFT. Nota: Las líneas sólidas reportan los efectos marginales estimados del recibo de remesas y el recibo de otras transferencias sobre la participación en la fuerza laboral de hombres y mujeres en el 40 por ciento más pobre. Los efectos marginales son estimados asumiendo las mismas características promedio individuales para las diferentes especificaciones y años, solo variando el género. Las líneas con puntos representan el 95 por ciento del intervalo de confianza. Las regresiones logit usadas para estas estimaciones incluyen las siguientes características individuales y locales: la experiencia laboral potencial del individuo y su valor cuadrático, actual matrícula escolar, estatus de jefe/jefa de hogar, estado civil, indicador urbano, coeficiente de dependencia del hogar, recibo de remesas por el hogar, recibo por el hogar de otros traspasos, tasa de desempleo regional para grupo según género y competencias del individuo, y efectos regionales fijos. 42 En promedio, los adultos en los hogares que recibieron remesas en 2012 tuvieron 6 puntos porcentuales menos probabilidad de encontrarse en la fuerza laboral que adultos similares sin remesas.24 La relación entre remesas y participación es alrededor de la misma en los hogares en el 40 por ciento más pobre como para aquellos en el 60 por ciento más rico. Sin embargo, es significativamente mayor para mujeres que para hombres (7.5 puntos porcentuales para mujeres y 1.3 para hombres) y particularmente fuerte para adultos con menor formación escolar. Entre adultos que no terminaron la primaria, la participación es 7.3 puntos porcentuales menor si recibieron remesas, 2.5 puntos porcentuales para los que terminaron la escuela secundaria y para aquellos con educación superior, y 2 puntos porcentuales para los que tienen educación superior. Entre el 40 por ciento más pobre, la oferta de trabajo femenino está más correlacionada con el recibo de remesas y transferencias que de la de los hombres (Gráfico 3.27). Mientras que el recibo de otras transferencias (incluyendo transferencias públicas) también está asociado con menor participación, este efecto es menor que aquel asociado con las remesas. Esta diferencia puede deberse a cómo el recibo de remesas y transferencias públicas se asignan a lo largo de los hogares: al tiempo que las transferencias públicas tienen como objetivo los hogares de los segmentos pobres de la población, típicamente con hijos o retirados, las remesas frecuentemente son el resultado de decisiones conjuntas en el hogar en donde un miembro del hogar migra específicamente para aumentar el ingreso del hogar, y a veces, para reducir la necesidad de que otros miembros trabajen. Junta, esta evidencia sugiere que las remesas, más que otros tipos de transferencias, pueden estar elevando los salarios de reserva, especialmente de adultos poco calificados y de mujeres. Hipótesis 6: La evidencia disponible sugiere que la inmigración proveniente de Haití tiene poco o ningún efecto sobre los salarios recibidos por la mano de obra local.25 La evidencia no sugiere que la inmigración proveniente de Haití a la República Dominicana haya tenido un efecto que provoque un desplazamiento de la mano de obra local o que haya disminuido los salarios. Con su poca formación académica, los trabajadores nacidos en Haití no son un buen sustituto de la mano de obra local. En cambio, la mayoría de hombres haitianos en edad de trabajar que han migrado a la República Dominicana están empleados solamente en dos sectores –agricultura y construcción. No hay tampoco evidencia acerca de que la inmigración esté llevando a dominicanos no calificados a otras partes de la República Dominicana. Basado en patrones de inmigración, un análisis no encuentra una correlación negativa entre los salarios de la mano de obra local y la participación de los trabajadores nacidos en Haití en la fuerza laboral local. Incluso, no se encuentra que hombres dominicanos no calificados –que afrontarían más directamente la competencia originada en la mano de obra haitiana- se vean negativamente afectados a través de salarios. Se cree que la inmigración a República Dominicana en la última década posiblemente redujo las oportunidades laborales para los nacionales– y como consecuencia, ha contribuido al 24 Estos resultados no lidian con la posible endogeneidad del recibo de remesas y la oferta laboral de los hogares, pero se dan en consonancia con otras investigaciones en esta área. Amuedo-Dorantes y Pozo (2006) usan información sobre la ubicación de los Western Unions para lidiar con la endogeneidad del recibo de remesas y de la oferta laboral en México, encontrando diferentes efectos para los hombres y las mujeres rurales y urbanos. Ellos encuentran que las remesas no reducen la oferta laboral de los hombres (aunque las remesas están relacionadas con un cambio al empleo informal para los hombres urbanos), pero reducen la oferta laboral femenina, particularmente a través de una participación reducida en trabajo informal. 25 Esta hipótesis se explora con mayor detalle en Sousa, Sánchez y Baez (2017). 43 estancamiento salarial y la baja reducción en la pobreza.26 La República Dominicana ha experimentado inmigración significativa a lo largo de la primera década del siglo; La mayoría de estos inmigrantes provienen del vecino Haití, que representa 64 por ciento de los inmigrantes en 2002 y 80 por ciento en 2010.27 Los estimados basados en una encuesta de inmigrantes llevada a cabo en 2012 muestran que alrededor de medio millón de inmigrantes viven en la República Dominicana, 87 por ciento de los cuales vienen de Haití (Cuadro 3.4). Históricamente la migración proveniente de Haití se compuso mayormente de trabajadores rurales que migraban para trabajar en agricultura en la República Dominicana, particularmente en caña de azúcar. Duarte y Hasburn (2008) documentan un cambio significativo en el flujo de migración haitiano luego del año 2000: como la República Dominicana ha cambiado en la última década y media, es más probable que los migrantes provengan de áreas urbanas en Haití con el fin de trabajar en el sector de la construcción. Cuadro 3.4 Medición de la población de inmigrantes en la República Dominicana En 2012, la República Dominicana llevó a cabo la Encuesta Nacional de Inmigrantes de la República Dominicana (ENI), una encuesta nacional centrada exclusivamente en la población inmigrante del país. Esta encuesta estimó una población total de inmigrantes de cerca de 525,000, implicando que 5.4 por ciento de la población del país es nacida en el extranjero. De estos, el 87 por ciento proviene de Haití. La encuesta también identificó a 240,000 individuos (2.5 por ciento de la población total) con al menos un padre nacido en el extranjero. La mayoría de inmigrantes provenientes de Haití son indocumentados: solamente 7 por ciento tienen una cédula de identificación dominicana y aún entre dominicanos de ascendencia haitiana, solamente el 53 por ciento posee una cédula de identificación dominicana.28 Debido sobre todo al estatus de indocumentados, se cree que la población de inmigrantes provenientes de Haití en la República Dominicana no está adecuadamente medida en las estadísticas oficiales, incluyendo el censo de 2010. Se cree que la ENI, llevada a cabo dos años después del censo, mide de mejor manera a la población nacida en Haití. El censo de 2010 contó alrededor de 312.000 nacidos en Haití en el país mientras que ENI contó aproximadamente 460.000 en 2012. Sin embargo, la encuesta también encontró que una cuarta parte de estos inmigrantes, alrededor de 116.000, habían únicamente llegado a la República Dominicana en los pasados dos años, esto es, después del censo. A pesar de la relativa facilidad en cruzar la frontera de los dos países, 76 por ciento de los migrantes haitianos encuestados habían únicamente migrado a la República Dominicana una sola vez sugiriendo que la migración circular pueda no ser muy común. Esto implica que una porción significativa de la población nacida en Haití en la República Dominicana en 2012 son migrantes que han llegado recientemente. Aun cuando el censo no cuenta completamente a los inmigrantes, sigue siendo una valiosa fuente de información ya que es la única que permite tener información desagregada por municipios y 26 Debido a las limitaciones del censo de 2010, solamente los individuos nacidos fuera de la República Dominicana son considerados inmigrantes para efectos de este informe. 27 Basados en las tabulaciones de los Censos 2002 y 2010 IPUMS. Se cree que el censo no contó adecuadamente a la población extranjera. 28 En 2014, la República Dominicana empezó a implementar su Plan Nacional de Regularización incluyendo la sanción de la Ley 169-14 con el objeto de registrar a los individuos sin documentación. 44 provincias sobre inmigración en la República Dominicana. La ENI solamente da información para los cinco grupos de provincias29. La población nacida en Haití está compuesta principalmente de personas en edad de trabajar y de hombres, y las mujeres que provienen de Haití tienen altos niveles de desempleo y menores niveles de participación en la fuerza laboral. La encuesta ENI de 2012 muestra que los inmigrantes haitianos en su mayoría están en edad de trabajar (80 por ciento) y que son hombres (65 por ciento). Alrededor de la mitad (53 por ciento) de los inmigrantes haitianos se encuentra en las edades entre 25 y 44, mientras que otro 29 por ciento se encuentra en edades entre 15 y 24 años. El sesgo por género es más pronunciado en partes del país que reciben menos inmigrantes: los hombres representan más del 70 por ciento de los nacidos en Haití en el grupo de provincias conocido por la producción de arroz y plátano y el grupo de provincias con menor inmigración.30 Al mismo tiempo, hay menor demanda de trabajo de inmigrantes mujeres provenientes de Haití que de inmigrantes hombres, según se sugiere por sus altas tasas de desempleo y bajas tasas de participación en la fuerza laboral. Solamente la mitad de estas mujeres por encima de los 15 años se encuentra en la fuerza laboral y 26.3 por ciento están desempleadas. De otra parte, 89 por ciento de los migrantes hombres provenientes de Haití se encuentran en la fuerza laboral y ellos tienen una tasa de desempleo de 8.3 por ciento. Los inmigrantes provenientes de Haití están altamente agrupados en la República Dominicana. De acuerdo con la ENI 2012, cerca de la mitad de los inmigrantes provenientes de Haití se concentran en los centros urbanos más grandes de Santo Domingo y el Distrito Federal, y Santiago (47 por ciento), mientras que el 15 por ciento vive en provincias en donde se cultiva la caña de azúcar y 14 por ciento en provincias cercanas a la frontera con Haití. El censo de 2010 muestra una imagen ligeramente diferente de la distribución geográfica de la población nacida en Haití, encontrando que los dos centros urbanos más grandes albergan a solamente un tercio de todos los migrantes haitianos. También se reporta que los nacidos en Haití representan una porción más alta de la población local en partes menos densamente pobladas del país (Gráfico 3.28). En particular, en provincias a lo largo de la frontera con Haití y en el extremo este de la República Dominicana, las provincias que albergan sectores significativos de turismo (Altagracia) y agricultura (El Seibo) así como en zonas en donde hay cultivos de caña de azúcar, los nacidos en Haití representan más del 7 por ciento de la población.31 29 Específicamente, la ENI incluye a los siguientes cinco grupos de provincias: 1) los grandes centros urbanos incluyen al distrito federal, Santiago y Santo Domingo; 2) provincias cerca de la frontera incluyen a Baoruco, Barahona, Dejabón, Elías Piña, Independencia, Monte Cristi, Pedernales y San Juan; 3) provincias en las cuales se cultiva la caña de azúcar incluyen a El Seibo, La Altagracia, La Romana, Puerto Plata y San Pedro de Macoris; 4) provincias en donde se produce arroz y plátano incluyen Azua, Duarte, María Trinidad Sánchez, Sánchez Ramírez, Valverde y Monseñor Nouel; 5) provincias con baja inmigración incluyen a Espaillat, La Vega, Peravia, Hermanas Mirabal, Samaná, San Cristóbal, Santiago Rodríguez, Monte Plata, Hato Mayor y San José. 30 Ver pié de página 26 para la lista de provincias por grupo. 31 Entre 2002 y 2010, las regiones que presenciaron el más alto crecimiento en la población local haitiana fueron aquellas situadas al lado de la frontera con Haití. 45 Gráfico 3.28 Inmigrantes haitianos en la República Dominicana están agrupados geográficamente Fuente: Estimaciones propias basadas en el Censo de 2010. Nota: inmigrantes haitianos como porcentaje de la población total. . La teoría económica proporciona algunas explicaciones acerca de por qué la inmigración podría conducir a un crecimiento menos inclusivo, pero la mayoría de análisis empíricos no han hallado soportes para esta hipótesis en la República Dominicana. Basado en un modelo clásico de una economía cerrada, un incremento en la oferta laboral, debido a la inmigración por ejemplo, podría conducir a una reducción en los salarios si los inmigrantes son sustitutos de la oferta laboral local. Bajo el supuesto de que la fuerza laboral local y de inmigrantes son sustitutos imperfectos, la migración incrementada puede causar una reducción en los salarios de inmigrantes. Esto puede resultar en dos efectos opuestos: de una parte, en la medida en que los salarios de inmigrantes se disminuyen, las empresas sustituirán la mano de obra nativa con el trabajo de los inmigrantes (el efecto de sustitución); de otra parte, para un nivel salarial dado, las empresas emplearán más trabajadores nativos en la medida en que crezca la producción (el efecto de escala). ¿Cómo juegan estos dos efectos en la economía dominicana? Tal y como se muestra abajo, hay evidencia acerca de que los inmigrantes haitianos no representan un buen sustituto de la mano de obra local en la medida en que estos trabajadores tienen significativamente menor educación que sus contrapartes dominicanas y enfrentan barreras lingüísticas. De conformidad con la ENI, solamente 9.8 por ciento de los inmigrantes provenientes de Haití reportaron hablar español muy bien y un 25.3% reportó hablar español bien. No obstante, la inmigración podría resultar en mayor competencia por trabajos que requieren pocas competencias, reduciendo el crecimiento laboral para los menos capacitados al paso que se incrementan simultáneamente los retornos de capital (al grado en que el capital es complementado por la mano de obra no calificada). La investigación internacional sobre migración y mercados laborales locales ha encontrado efectos limitados de la inmigración sobre los salarios, aún para la mano de obra menos calificada (Cuadro 3.5). 46 Cuadro 3.5 La mayoría de estudios internacionales hallan efectos limitados de la inmigración sobre los salarios locales. La mayoría de estudios internacionales han encontrado pocos efectos o ninguno de la inmigración en los salarios locales, según es referido por Peri (2014). Card (2009) encuentra que los trabajadores inmigrantes y los trabajadores nativos en Estados Unidos de nivel de competencias similar son sustitutos imperfectos y en cambio, flujos adicionales de inmigración tienen efectos más fuertes en flujos de inmigrantes previos que en trabajadores nativos. Ottavio y Peri (2011) también encuentran evidencia de sustituibilidad imperfecta entre los trabajadores nativos y los inmigrantes en Estados Unidos. Ellos estiman que, en el período comprendido entre 1990 y 2006, la inmigración tuvo un pequeño efecto sobre los salarios de trabajadores nativos sin haber terminado educación secundaria, resultando en un incremento de entre 0.6 por ciento y +1.7 por ciento. Esto es, los inmigrantes fueron complementos para la fuerza laboral local de pocas competencias. De otra parte, la inmigración tuvo un efecto amplio negativo (-6.7 por ciento) sobre los salarios de los inmigrantes previos. Algunos estudios, de otra parte, han encontrado efectos salariales negativos sobre la fuerza laboral de pocas competencias resultando de un incremento en la oferta laboral de mano de obra de pocas competencias. Por ejemplo, Borjas (2006) estima que un incremento de un 10 por ciento en la oferta laboral del grupo de calificación (resultando de la inmigración) reduce los ingresos en un 4 por ciento. Sin embargo, la mayoría de estos estudios vienen de economías de ingreso alto y por tanto pueden no capturar bien los impactos de la migración en países de ingreso mediano. Mirando el flujo migratorio sur-sur entre Nicaragua y Costa Rica, Ginding (2009) concluye que, en promedio, no hay relación estadística significativa entre los ingresos y la porción de inmigrantes nicaragüenses. El estudio hace un desglose por nivel de competencias y de género, y no encuentra una relación estadística significativa entre los inmigrantes y los ingresos de hombres locales, incluyendo trabajadores no calificados que es más probable que compitan con la fuerza laboral inmigrante. Encuentra un efecto negativo en los salarios de mujeres de pocas competencias y un efecto positivo para mujeres con mayor formación escolar, sugiriendo que los inmigrantes nicaragüenses son sustitutos de mujeres costarricenses con pocas competencias y complementan a mujeres con mayor nivel de educación. Una potencial interpretación ofrecida en el estudio es que ambos efectos vienen impulsados por trabajadores domésticos, el sector laboral para una porción significativa de inmigrantes mujeres nicaragüenses. A medida que los trabajadores domésticos inmigrantes reemplazan a los trabajadores locales no calificados, los costos más bajos de los trabajadores domésticos permiten que más mujeres trabajen fuera del hogar. Usando información acerca de cambios de población en los países de origen para predecir cambios en los flujos de inmigración, Del Carpio y otros (2013) encuentran que la inmigración de extranjeros engendra migración interna de nativos a los mismos núcleos de población y produce mejores resultados laborales para la fuerza laboral local. Su análisis sugiere que el efecto de escala –el incremento en la demanda de trabajo local en la medida en que la producción se incrementa- domina el efecto de sustitución de fuerza laboral inmigrante en el mercado laboral malayo. El impacto de la migración sobre los salarios locales depende de la medida en que la fuerza laboral de inmigrantes y la fuerza laboral local sean sustitutas o complementarias. Los nacidos en Haití están sobrerrepresentados entre los que tienen menos competencias: los años promedio de formación escolar de un inmigrante proveniente de Haití en edad de trabajar fue de 4.1 años 47 comparado con alrededor de 9 años para aquellos nacidos en la República Dominicana (Gráfico 3.29).32 En algunas provincias con altos índices de inmigración, el censo de 2010 sugiere que los inmigrantes provenientes de Haití representan alrededor de 20 por ciento de los adultos que no terminaron la escuela primaria. Dado el menor nivel de formación académica de los inmigrantes de Haití en comparación con la mayoría de trabajadores nacidos en la República Dominicana, el grupo que se esperaría estar más adversamente afectado por la corriente migratoria a través de la competencia de mano de obra sería el que tiene menos competencias de los trabajadores locales. En la medida en que estos trabajadores pueden ser sustituidos por trabajo migrante menos costoso, esto podría bajar los salarios y el empleo entre los que menos competencias tienen. Al mismo tiempo, si los trabajadores no calificados y los calificados son complementos, un incremento en trabajo no calificado podría conducir a resultados mejorados en materia de empleos calificados y a un incremento en los ingresos de capital. Gráfico 3.29 Los inmigrantes provenientes de Haití tienen un nivel de escolaridad significativamente menor 20% 15% Porcentaje 10% 5% 0% 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 + Años de escolaridad Nacido en Haití Todos Fuente: Estimaciones propias basadas en ENI 2012 (para inmigrantes provenientes de Haití) y ENFT 2012 para todos los adultos. Investigaciones previas han encontrado cierta evidencia que soporta la hipótesis consistente en que la migración de trabajadores no calificados de Haití a la República Dominicana tiene un efecto negativo, pero pequeño sobre los resultados del mercado laboral de los trabajadores dominicanos y propietarios de capital. Notablemente, Aristy-Escuder (2008) encuentra evidencia acerca de que la fuerza laboral migrante proveniente de Haití recibe menos salario que la fuerza laboral dominicana con similares competencias, sustituyendo la fuerza laboral con pocas competencias y complementando el capital y la fuerza laboral nativa calificada. El autor estima una elasticidad negativa, pero relativamente modesta de -0.37 en el sector de la construcción: esto es, un incremento de 10 por ciento en la población resultante de la inmigración reduce los salarios promedio dominicanos en el sector de construcción en 3.7 por ciento. El Banco Mundial (2012) encuentra que la brecha en ingresos entre la fuerza laboral nacida en la República Dominicana y en Haití está plenamente explicada por diferencias en el nivel de educación y otras características. 32 Laformación académica se toma de ENI para la población nacida en Haití y del Censo de 2010 para la población nacida en la República Dominicana. 48 Los trabajadores nacidos en Haití están altamente concentrados en la fuerza laboral: dos sectores –agricultura y construcción- representan la mayoría de la fuerza laboral migrante haitiana en la República Dominicana. Mientras que 55 por ciento de los migrantes haitianos trabajan en agricultura y construcción, estos dos sectores emplean solamente 7 por ciento de los trabajadores nacidos en la República Dominicana.33 A la inversa, a pesar de representar solamente 7.5 por ciento de la fuerza laboral total de 15 años y más, los nacidos en Haití componen 21 por ciento de todos los trabajadores agrícolas y 16 por ciento de todos los trabajadores en el sector de la construcción en la República Dominicana. Estas porciones varían significativamente a lo largo del país –por ejemplo, los trabajadores nacidos en Haití componen la mitad de la fuerza laboral agrícola en Valverde y alrededor de un tercio en El Seibo, San Pedro de Macoris y La Romana. En La Altagracia y Puerto Plata, 40 y 30 por ciento, respectivamente, de trabajadores de la construcción eran de origen haitiano en 2010. Mientras que la construcción y la agricultura son importantes para la fuerza laboral no calificada y menos calificada en la República Dominicana, juntas representan 29 por ciento de la fuerza laboral no calificada y 13 por ciento de la menos calificada, venta al por mayor y venta al por menor (comercio) es su principal sector de empleo, representando la mitad de los puestos de trabajo ocupados por estos trabajadores. Tanto en agricultura como en construcción, los inmigrantes haitianos ganan significativamente menos que sus contrapartes nacidas en la República Dominicana. La brecha de ingresos entre los nacidos en Haití y los nacidos en la República Dominicana en trabajos de construcción se explica plenamente por las diferencias en habilidades y competencias, sugiriendo complementariedad del trabajo entre los dos grupos. El análisis, basado en el ENFT 2012, indica que los trabajadores haitianos ganan 25 por ciento menos que los trabajadores nativos en el sector de la construcción, cuando se hacen los ajustes solamente para el estatus de la región y el urbano. Sin embargo, la brecha salarial se explica plenamente por las diferencias en formación académica entre los dos tipos de trabajadores. Esto sugiere que las diferencias en salarios entre trabajadores nacidos en la República Dominicana y Haití en el sector de la construcción puede estar relacionado con diferencias en ocupaciones y tareas siendo los dominicanos con mayores competencias y habilidades quienes llevan a cabo tareas de más alta productividad. Esto se da en consonancia con análisis del sector que usan información de 2002, que encuentran que los haitianos ganan significativamente menos salario y llevan a cabo trabajos que requieren muy poca formación y competencias (Cuello y Santos, 2008). De manera interesante, el análisis encuentra que a la experiencia en el sector no incrementa el salario, sugiriendo una falta de acumulación de capital humano según sectores específicos, esto es, trabajo de construcción en la República Dominicana no premia la experiencia como sí lo hacen las competencias y la educación. En agricultura de otra parte, la brecha salarial entre nativos e inmigrantes de 28 por ciento (que se ajusta solamente por estatus de región y estatus urbano) no se explica plenamente por características del trabajador (tales como educación) o por tipo de empleo (asalariados versus trabajo independiente). Entre los trabajadores asalariados, la brecha salarial es 23 por ciento mientras que entre los trabajadores independientes es de 20 por ciento. En la medida en que la brecha permanece para los trabajadores independientes, esto puede sugerir que el trabajo agrícola haitiano es de baja productividad, quizás debido a un menor acceso a capital y tierra. Los sectores en que los inmigrantes nacidos en Haití tienen mayor probabilidad de trabajar no han mostrado diferentes tendencias salariales en relación con otros sectores de pocas competencias o habilidades. Contrario al caso de la construcción y la agricultura, los haitianos 33 Estosestimados se basan en el censo de 2010. El ENI de 2012 encuentra que 62 por ciento de los puestos de trabajo de la mano de obra haitiana en la República Dominicana se encuentran en estos dos sectores. 49 representan una pequeña porción de todos los trabajadores en comercio y transporte. Mientras que los salarios de construcción fueron más altos en 2000 que los salarios en comercio y transporte, luego de la crisis de 2003-2004, ellos han estado en consonancia con estos otros sectores que emplean trabajadores poco calificados a pesar del incremento en la fuerza laboral inmigrante durante este período (Gráfico 3.30). Los efectos salariales potenciales de la fuerza laboral inmigrante no estarían necesariamente limitados a los sectores en donde están empleados los inmigrantes. Específicamente, se esperaría que, en la medida en que se desarrolla la competencia en construcción y agricultura, los trabajadores nacidos en la República Dominicana que pueden tener mayor movilidad laboral, se trasladarían a otros sectores. Este movimiento, en efecto, incrementaría la competencia a lo largo de otros sectores, resultando en menores salarios a lo largo de sectores no calificados. Al tiempo que esto es una posibilidad, los salarios reales en estos sectores de pocas competencias han permanecido fijos luego de 2004, a pesar de un incremento en la migración proveniente de Haití. Gráfico 3.30 Tendencias salariales para trabajos no calificados son similares a lo largo de sectores que emplean a trabajadores poco calificados 120 Salario real por hora - medio 100 80 60 40 20 0 2000 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 2013 Agricultura Comercio Construcción Transporte Fuente: estimaciones propias basadas en ENFT. Nota: los salarios reportados son para trabajadores que no terminaron la primaria. La evidencia no sugiere que la competencia con la fuerza laboral haitiana está llevando a trabajadores dominicanos no calificados a otras partes del país a través de ajustes indirectos del mercado laboral. Aun cuando la fuerza laboral no calificada haitiana está agrupada en partes específicas del país, el efecto sobre los salarios locales y el empleo podría dispersarse a lo largo de otras regiones debido a una migración interna y ajustes de los mercados laborales. De hecho, si la fuerza laboral haitiana desplaza a la fuerza laboral no calificada local más cerca de la frontera, podría empujarla a otras partes del país, reduciendo entonces los salarios a lo largo de la República Dominicana. Sin embargo, información de 2002 y 2010, sugiere una correlación positiva entre la migración haitiana y la porción de población local que no está calificada. Las provincias con más trabajadores no calificados dominicanos tuvieron una proporción más alta de población haitiana. Esto puede sugerir mayor competencia por trabajos no calificados en estas áreas –o inversamente, mayor demanda de fuerza laboral no calificada en estas áreas. La correlación ha crecido de 0.30 en 2002 a 0.39 en 2010 en la medida en que las tasas de inmigración se han incrementado, sugiriendo una mayor concentración de inmigrantes haitianos en provincias con menor capital humano. Al grado en que los inmigrantes haitianos están concentrados en pocos tipos de empleo y su relativa baja formación escolar sugieren que ellos tienen un potencial limitado de sustituir la mano de obra local. Al explotar los patrones de dispersión geográfica de los inmigrantes haitianos a 50 lo largo del país, un análisis de regresión salarial no encuentra correlación negativa entre los salarios de los nacionales y la porción de la fuerza laboral local que ha nacido en Haití.34 Tal y como se discutió anteriormente, aún si la fuerza laboral haitiana está agrupada en dos sectores, podría ella potencialmente conducir a caídas salariales a lo largo de otros sectores en mercados laborales con mayor competencia suscitada por la inmigración. Sin embargo, el análisis no encuentra evidencia acerca de que los hombres dominicanos no calificados, es decir, aquellos con mayor probabilidad de competir directamente con la fuerza laboral haitiana, estén afectados adversamente por vía de salarios. El análisis empírico no encuentra evidencia que soporte la hipótesis acerca de que la fuerza laboral haitiana en la República Dominicana haya llevado a un estancamiento salarial de los trabajadores locales. Mientras que las limitaciones en lo atinente a la calidad de la información reducen la medida en que esta pregunta puede ser plenamente explorada, la información disponible sugiere relativamente pocas oportunidades laborales para la fuerza laboral haitiana en la República Dominicana. Esto también es apoyado por el hallazgo consistente en que una mayoría significativa de los trabajadores haitianos en la República Dominicana está empleada en labores no calificadas e informales en agricultura, comercio y construcción, sugiriendo un rol limitado de la fuerza laboral inmigrante en el empleo dominicano. Esto sugiere que la competencia con la fuerza laboral haitiana no puede explicar por qué los salarios cayeron para los no calificados, así como para los trabajadores calificados en la República Dominicana en márgenes similares. 34 Ver Apéndice I para efectos de detalles acerca de la metodología y los resultados de regresión. 51 4. ¿Qué significa esto para las agendas de empleo y equidad en la República Dominicana? Si bien el crecimiento no genera automáticamente empleos, el modesto desempeño del mercado laboral en la República Dominicana en un largo período de rápido y sostenido progreso económico entre 2005 y 2013, ejemplificado por su relativa baja elasticidad de empleo en relación con el crecimiento, indica la necesidad de un debate acerca de las reformas de las políticas necesarias para permitir la generación de empleos y de participación en la fuerza laboral. Como la mayoría de los análisis tradicionales, este estudio se centra ampliamente en la oferta laboral y en los factores de demanda de trabajo para explicar por qué no hubo suficiente empleo para apoyar en forma consecuente la reducción de la pobreza en la República Dominicana. Sin embargo, distinguir los obstáculos para crear más y mejores trabajos no es tarea sencilla. Muchas veces, los obstáculos más relevantes para la participación en la fuerza laboral y la generación de empleos recaen más allá del mercado laboral y las políticas laborales –de hecho, las imperfecciones del mercado de productos, el estado de derecho, la adopción de tecnologías y la innovación. Teniendo esto en cuenta, esta sección presenta un conjunto de principios para establecer las políticas prioritarias de creación de empleo con un énfasis en equidad en la República Dominicana. Los resultados del análisis definen cuatro amplias áreas para que las políticas remuevan o mitiguen los obstáculos que impiden la generación de empleos y que desincentivan que más personas busquen trabajo: i) en el frente de la oferta laboral, incrementar tanto la oferta como la intensidad de uso de capital humano; ii) en el frente de la demanda laboral, establecer políticas laborales que incentiven la creación de más empleos de calidad al paso que se reducen las ineficiencias; iii) incrementar la productividad en todos los sectores y mejorar el clima empresarial, y iv) hacer avanzar aún más la capacidad estadística y la agenda de conocimiento del mercado laboral. Es importante reconocer que la República Dominicana ha estado haciendo reformas alineadas con estos principios. i) Incrementar la oferta, calidad e intensidad del uso del capital humano. Los resultados positivos en educación, salud y nutrición brindan a las personas el conjunto de competencias y habilidades para asumir las oportunidades económicas y vincularse a un empleo productivo. Al tiempo que la República Dominicana se está moviendo en la dirección correcta en términos de incrementar la formación académica mejorando moderadamente los indicadores de salud y nutrición, los trabajadores calificados enfrentan tasas más altas de desempleo, aun cuando las empresas reportan una falta de mano de obra calificada. La participación en la fuerza laboral femenina es relativamente baja y las mujeres también enfrentan más altas tasas de desempleo. Las políticas diseñadas para reducir las barreras que obstaculizan la vinculación a la fuerza laboral y el acceso a empleos de más alta productividad deben ser fortalecidas. • Incrementar la relevancia y calidad de la educación escolar: la calidad escolar sigue siendo relativamente baja en la República Dominicana, particularmente entre individuos de bajos ingresos, lo cual contribuye a altas tasas de deserción, menor empleabilidad y trabajadores que carecen de las competencias y habilidades necesarias para un mejor desempeño en el mercado laboral. Un tercio de las empresas en la República Dominicana reportó que el principal obstáculo para ellas fue la inadecuada formación de la fuerza laboral. Lidiar con esta falta de competencias relevantes requerirá mejoras en la calidad de la educación básica, lo cual tiene importantes implicaciones para la adquisición de futuras habilidades y competencias. Adicionalmente, conectar directamente a los empleadores con las escuelas de tal manera que las competencias 52 relevantes estén incluidas en el currículo y los estudiantes reciban mejor información sobre qué habilidades son demandadas y qué puestos están abiertos puede ser una herramienta valiosa para generar una fuerza laboral mejor preparada. • El entrenamiento de los jóvenes y los programas de empleo: la República Dominicana y la región ALC enfrentan el reto de "ociosidad o inactividad en la juventud". Incrementar el acceso a entrenamiento laboral, pasantías y ferias laborales puede facilitar la transición de la escuela a la fuerza laboral y mejorar la calidad de la correspondencia laboral para muchos jóvenes. Tales programas también pueden lidiar con la brecha en habilidades y competencias causada por una subinversión en educación formal y entrenamiento. En la medida en que las mujeres jóvenes tienen particularmente bajos niveles de matriculación en la escuela y de encontrarse desempleadas, un énfasis en la integración de las mujeres jóvenes en la fuerza laboral resulta justificado. • Guarderías y acceso preescolar: incrementar el acceso a cuidado infantil costeable y preescolar puede ayudar a incrementar la participación de la mujer en la fuerza laboral reduciendo las “barreras de entrada” enfrentadas por las madres, quienes normalmente son las principales responsables del cuidado infantil. • Las políticas para reducir el embarazo adolescente: La República Dominicana tiene altas tasas de embarazo adolescente lo cual lleva a que las mujeres jóvenes se retiren de la escuela y limita su habilidad de vincularse a la fuerza laboral. Las opciones de políticas incluyen incrementar el acceso a los servicios de salud, enseñar a los adolescentes acerca de los costos de oportunidad relacionados con el embarazo adolescente, e incrementar el acceso a los métodos anticonceptivos. ii) Establecer políticas laborales que incentiven la creación de empleos al mismo tiempo que se reducen las ineficiencias. La República Dominicana tiene un desempeño reducido en términos de generación de empleos comparado con países en ALC con similares e incluso menores niveles de crecimiento. Las siguientes políticas laborales deben ser consideradas en la República Dominicana para mitigar al menos parcialmente las imperfecciones del mercado laboral sin incrementar las ineficiencias: • Simplificar y mejorar el cumplimiento de la legislación laboral: el código del trabajo en la República Dominicana es complejo, lo cual hace que el cumplimiento y aplicación de las normas sea difícil y costoso. Esto puede tener la consecuencia no querida de incentivar la informalidad. Una mejora de la aplicación y la aplicación de manera uniforme del código del trabajo podría ser clave para reducir la informalidad. El cumplimiento de las normas laborales a lo largo de todos los sectores podría también reducir la diferencia en costos laborales entre trabajadores locales e inmigrantes. Un código de trabajo simplificado que incluya la protección de los derechos laborales y que incremente la protección social puede proteger a los trabajadores al tiempo que reduce las barreras que enfrentan los empleadores potenciales al crear empleos formales. iii) Incrementar la productividad en todos los sectores y mejorar el clima empresarial. Las bases fuertes económicas tales como estabilidad macroeconómica, política fiscal eficiente y equitativa, un ambiente empresarial conducente y de competencia, y el estado de derecho, son factores que conducen al crecimiento, y por consiguiente son un prerrequisito de generación de empleos. Con el 53 tiempo, la República Dominicana ha logrado progresos sustanciales para asegurar la estabilidad macroeconómica, especialmente luego de la crisis financiera local de 2003-2004. El país ha empleado exitosamente políticas previsivas y paquetes de estímulo para contener las fuentes externas e internas de volatilidad que de otra forma desmotivarían la participación en la fuerza laboral. La República Dominicana también ha podido asegurar la estabilidad de la moneda y evitar grandes desalineaciones de los precios relativos. Sin embargo, los trabajadores dominicanos continúan basándose ampliamente en el trabajo independiente y en las microempresas para efectos de empleo, dos tipos de empleo que rinden corrientes menos confiables de ingresos que el empleo formal en empresas grandes. Al mismo tiempo, el empleo se ha alejado de la manufactura y se ha ido a los servicios y al comercio –sectores de menor productividad laboral, y por ende, menores salarios. Hay una necesidad de mejorar las áreas clave asociadas con el crecimiento empresarial y las ganancias en productividad: • Invertir en crecimiento de productividad en sectores de alta concentración de trabajadores no calificados: sectores como agricultura, construcción, comercio y servicios domésticos han quedado rezagados en materia de crecimiento de productividad. Invertir en tecnologías que aumenten la productividad y soporte logístico mejorado y acceso financiero a pequeñas fincas y microempresas podría incrementar la producción y conducir a salarios más altos en estos sectores esenciales para los trabajadores de bajos ingresos. • Mejorar la prestación de los servicios y su calidad: la calidad de los servicios públicos es baja, y a pesar de una mejora significativa, siguen las inequidades en cuanto al acceso a algunos de los servicios públicos básicos, particularmente para los segmentos pobres de la población. En forma adicional a incrementar el gasto en los sectores sociales, es necesario continuar fortaleciendo los mecanismos para monitorear la calidad y provisión de bienes y servicios públicos con la meta de incrementar la responsabilidad por su prestación. Aunque mejorados con el tiempo, el acceso a otros servicios básicos como los de salud siguen siendo desiguales y la mitad de los pobres permanecen sin seguro de salud, obstaculizando su oferta laboral y productividad. Servicios públicos de baja calidad, tales como el suministro público de electricidad y agua, también implican mayores costos comerciales con implicaciones directas para la creación de puestos de trabajo tanto mediante barreras de entrada incrementadas para nuevas empresas como de barreras para la expansión en empresas existentes debido a costos operativos relativamente altos. El sector energético del país continúa siendo un cuello de botella para el crecimiento de las empresas y la creación de empleos, en la medida en que los costos permanecen altos y los servicios poco confiables. De hecho, la República Dominicana ocupó el puesto 149 de 189 países en materia de barreras impuestas sobre empresas que tratan de acceder a electricidad.35 • Mejorar el clima empresarial: un clima empresarial competitivo es un ingrediente clave para la agenda laboral considerando que la mayoría de empleos son generados por el sector privado. De conformidad con los indicadores de Doing Business de 2016, a pesar del progreso en años recientes en la República Dominicana, el ambiente de negocios permanece debilitado, especialmente en cuanto a la dificultad de constituir una empresa, exigir el cumplimiento de los contratos y resolver la insolvencia. • Mejorar la infraestructura para disminuir los costos de transacción y mejorar la conectividad: infraestructura de calidad accesible y costeable es un prerrequisito para que las empresas operen de manera 35 Doing Business 2016, Banco Mundial. 54 competitiva y para que los individuos estén vinculados a los mercados. Al tiempo que el país ha invertido en nuevas vías, la parte occidental del país, que es más pobre, permanece menos conectada al resto del país. El transporte terrestre sigue siendo costoso y las políticas de precios tienen la probabilidad de amplificar la brecha en infraestructura y la conectividad de algunos grupos. Reducir los costos de transporte y el tiempo entre vecindarios o barrios pobres y los centros de las ciudades o entre áreas rurales y poblados cercanos puede incrementar la oferta laboral acercando a la gente a los centros de trabajo y también por medio de una reducción de los costos de llevar los productos y bienes a los centros de población (por ejemplo, para vender productos agrícolas). iv) Avanzar la capacidad estadística y la agenda de conocimiento del mercado laboral. Como este informe lo hace evidente, para el futuro es necesaria una agenda ambiciosa en términos de información e investigación con el fin de identificar de mejor manera los obstáculos a la participación en la fuerza laboral y la generación de empleos en la República Dominicana y para establecer políticas prioritarias de empleos de manera correcta. Por el lado estadístico, las cuentas nacionales recientemente ajustadas revelan que la información inicial estaba sobreestimando la productividad laboral y subestimando la contribución del factor trabajo en el ingreso total. Adicionalmente, la República Dominicana recientemente tomó una encuesta bien reputada de migrantes en el país, revelando importantes detalles sobre la población inmigrante en el país. Aun así, algunas áreas que requieren mayor desarrollo permanecen y es necesaria la investigación adicional para un mejor entendimiento de los débiles vínculos entre crecimiento y empleo. • Obtener estimados detallados en materia de productividad: los estimados de productividad podrían ser ampliamente mejorados con mayor información empresarial, incluyendo información sobre cambios técnicos. El país recoge información a nivel empresarial, pero solo recientemente, lo cual ha limitado la habilidad de estudiar los avances en productividad a lo largo del tiempo. Adicionalmente, los estimados de la producción por trabajador y otros indicadores clave de empresas y crecimiento laboral y de productividad son aproximados ya que las encuestas existentes todavía carecen de información más detallada. De hecho, las encuestas empresariales reportan el tamaño empresarial en intervalos más que por número real de trabajadores, restringiendo el cálculo de mediciones precisas de demanda laboral, costos y productividad. • Mejorar la información acerca de inmigrantes: los estimados de la población inmigrante en la República Dominicana varían significativamente a lo largo de las fuentes debido a las altas tasas de migración haitiana no documentada. La reciente encuesta sobre migración reveló una población inmigrante mayor que la sugerida por el censo de 2010 y que una amplia proporción de inmigrantes son de ascendencia haitiana que en el Censo. Sin embargo, algunos estimados sugieren que la encuesta de inmigración puede también estar haciendo subestimaciones. • Mejorar los estimados de los costos laborales no salariales: mayor información por el lado del empleador e información administrativa podrían ser desarrolladas para revelar los verdaderos costos de las regulaciones laborales del país y los costos parafiscales. Esto tiene implicaciones importantes tanto para las empresas como para los trabajadores ya que estos costos pueden traspasarse a los trabajadores a través de salarios reducidos. 55 • Generar nueva información y avanzar en investigación adicional: muchas preguntas que son centrales para la agenda laboral y de equidad en la República Dominicana siguen sin respuesta. Por ejemplo, ¿qué factores decrecen la participación en la fuerza laboral entre los dominicanos que viven en la pobreza? ¿Cuál es la relación entre el empleo y el tipo de trabajos con movimientos hacia y fuera de la pobreza? ¿Qué otros factores impiden que los salarios crezcan? ¿Qué tipos de empresas crean más puestos de trabajo? ¿Qué obstáculos hay para el crecimiento empresarial y la formalización? ¿Qué factores limitan la reasignación de trabajo que aumente la productividad entre los trabajadores no calificados y los poco calificados? 5. Conclusiones El fuerte crecimiento disfrutado por la República Dominicana luego de la crisis de 2003 no tuvo una correspondencia con un progreso sustancial similar en materia de reducción de la pobreza. El crecimiento en el país ha sido alto a la luz de estándares regionales –promediando 5.1 por ciento por año entre 2000 y 2013. Sin embargo, todavía la pobreza en 2013 fue más alta que en 2000 –parcialmente como resultado de su alza a lo largo de la crisis local de 2003. Al tiempo que el crecimiento se reanudó luego de la crisis, la reducción en pobreza siguió siendo modesta a lo largo de 2013. No fue sino hasta 2014 que las ganancias mayores en reducción de pobreza empezaron a materializarse. Este informe presenta una evaluación de los factores relacionados con el funcionamiento del mercado laboral que obstaculizaron el crecimiento inclusivo en la República Dominicana. ¿Qué impidió un crecimiento más inclusivo? La pregunta reside en gran medida en el mercado laboral. La participación en la fuerza laboral siguió siendo baja, particularmente para los pobres, y sin reacción aún en la medida en que despegó la actividad económica. De otra parte, mientras que el fuerte crecimiento en el país estuvo acompañado por un incremento en la productividad laboral, entre 2005 y 2013 los salarios siguieron estancados. Estos dos factores afectan el rol crítico que el mercado laboral puede jugar para canalizar los beneficios del crecimiento a favor de la población. Este informe explora varias hipótesis relacionadas con los factores de oferta laboral, generación de empleos, y tendencias globales en rendimientos derivados del trabajo, así como asuntos con mediciones estadísticas que ayudan a explicar la débil relación observada entre crecimiento y reducción de la pobreza. La rápidamente creciente productividad laboral en la República Dominicana, que soporta el robusto crecimiento, no tuvo una correspondencia con un incremento de los salarios. Mientras que la productividad laboral creció en un 39 por ciento estimado entre 2000 y 2013, los salarios reales se disminuyeron con la crisis de 2003-2004 y se han estancado significativamente desde entonces. En 2013, permanecieron por debajo del nivel anterior a la crisis. Todos los grupos de trabajadores, sin considerar su nivel de habilidad o años de educación, experimentaron un empeoramiento de la remuneración laboral, debilitando o socavando el efecto positivo esperado de otro avance, tales como escolaridad adicional y servicios de salud mejorados, sobre la economía. La medición estadística mejorada confirma que la brecha entre productividad del trabajo y salarios es real y sustancial. Un enigma clave de este período de alto crecimiento es la brecha creciente entre los salarios reales y la productividad. Al paso que en efecto la productividad se encontraba en alza, la información del recientemente actualizado sistema de cuentas nacionales muestra que su crecimiento fue considerablemente menor que aquel hallado en el sistema anterior. 56 Este crecimiento sobreestimado de productividad amplificó la desconexión entre la productividad y los salarios. La brecha también se estrecha cuando se consideran los costos laborales totales, no solo salarios. Aun luego de estos ajustes, la brecha permanece siendo significativa. Los sectores que más contribuyeron al crecimiento en la República Dominicana fueron aquellos en los que la contribución del factor trabajo en el ingreso total descendía, apuntando a una reducción en la parte de producción total asignada para compensar el trabajo versus el capital. Investigaciones recientes muestran que la contribución del factor trabajo ha declinado de manera constante a lo largo de las pasadas décadas en muchos países e industrias. La información de cuentas nacionales sugiere que la contribución del factor trabajo en la República Dominicana no sigue este patrón; en cambio, se redujo en la primera mitad de la primera década del siglo debido a la crisis 2003-2004, pero nuevos datos sugieren que se ha recuperado a niveles anteriores a la crisis en 2010. De manera importante, los sectores que más impulsan el crecimiento en el país experimentaron reducciones importantes en la contribución del factor trabajo. Una asociación negativa se encuentra con el valor agregado, lo cual significa que los sectores con más fuerte crecimiento vieron una reducción en la porción de producción que se asignaba para compensar el trabajo, posiblemente debido a mayores inversiones en capital, lo cual puede haber conducido a más alta productividad y crecimiento sin incrementos en el trabajo. El crecimiento robusto y sostenido en la República Dominicana no condujo a una demanda mayor de trabajo. El número de empleos generados entre 2000 y 2013 (alrededor de un millón) es menor que el esperado de una de las economías de más rápido crecimiento en la región. Las tasas de empleo siguieron estando fijas en la mayoría de años después de la crisis, aun durante picos de ciclos empresariales y son bajos comparados con otras economías de ALC. Debajo de la modesta generación de empleos, hubo una relativa baja elasticidad de empleo en relación con el crecimiento, entre los más bajos de la región. De hecho, tal y como lo sugieren el análisis de participación en la fuerza laboral a nivel sectorial e investigaciones previas, la productividad incrementada ha sido el principal impulsor del crecimiento comparado con un rol mucho menor jugado por determinantes de producción. En una perspectiva a largo plazo, el desempleo siguió mayormente sin cambios y sin respuesta en períodos de crecimiento. Esto apunta a la inhabilidad de una economía en crecimiento para vincular la fuerza laboral a más y mejores trabajos. El desempleo elevado entre los más calificados sugiere una falta de correspondencia en materia de habilidades y competencias –noción soportada por las empresas que reportan un entrenamiento inadecuado de la fuerza laboral como principal obstáculo para las empresas. Una tendencia clave detrás del débil vínculo entre crecimiento y reducción de pobreza en la República Dominicana es el hecho de que los trabajadores poco calificados estaban concentrados en empleos de baja calidad y en sectores con baja productividad. Mientras que una porción más alta de trabajadores ocupó trabajos formales en 2013 que en años previos, los segmentos pobres de la población todavía tenían mayor probabilidad de trabajar en empleos informales en donde los salarios reales son menores. El trabajo independiente y el empleo en microempresas representó la mayoría de empleos entre el 40 por ciento más pobre. Al mismo tiempo, hubo un movimiento en los sectores que emplean a los segmentos pobres de la población, alejándose de la manufactura hacia los servicios, comercio y construcción. De manera preocupante, estos sectores y la agricultura (sector todavía con una alta participación de los segmentos pobres), han tenido un crecimiento de productividad más lento o incluso estancado. La concentración de trabajadores pobres en actividades de bajo crecimiento de productividad redujo la reducción en la pobreza. 57 De otra parte, la baja participación en la fuerza laboral obstaculizó la capacidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento. Solamente dos tercios de los adultos participaron en el mercado laboral en 2013, aunque esto es aún más crítico para los segmentos pobres de la población –de los cuales solamente alrededor de la mitad se encontraban trabajando o estaban activamente buscando un trabajo. Una mejora importante durante este período fue el incremento en la participación en la fuerza laboral entre las mujeres y el 40 por ciento más pobre. El crecimiento en empleo de mujeres contribuyó a más de la mitad de la reducción observada de pobreza entre 2008 y 2013. Dos de las razones detrás de la participación en la fuerza laboral baja y sin respuesta en el país pueden ser: por un lado, las altas tasas de trabajadores desmotivados debido a una falta de oportunidades laborales, y por otro lado, el recibo de remesas por parte de la diáspora dominicana, particularmente en el caso de mujeres y aquellos en el 40 más pobre. La evidencia disponible sugiere que una inmigración proveniente de Haití no explica las tendencias salariales en la República Dominicana. Si bien la información sobre migrantes provenientes de Haití es incompleta, hubo inmigración significativa de Haití desde principios de la primera década de este siglo. La información del censo y de las encuestas muestra que la mayoría de hombres migrantes de Haití en edad de trabajar está laborando en agricultura y construcción, al tiempo que las inmigrantes mujeres haitianas muchas veces no tienen trabajo o no se encuentran en la fuerza laboral. Con su bajo nivel de formación y sus limitadas capacidades para hablar español, los trabajadores haitianos no parecen estar sustituyendo la mano de obra local, y alguna evidencia sugiere que la mano de obra nacida en Haití que trabaja en construcción puede estar complementado la mano de obra nacida en la República Dominicana. Basado en los patrones geográficos de inmigración, un análisis de regresión no encuentra evidencia acerca de que una proporción mayor de mano de obra haitiana conduzca a reducciones salariales para los trabajadores dominicanos. Aún trabajadores no calificados dominicanos –quienes enfrentarían la más directa competencia de la mano de obra haitiana- no parecen recibir menores salarios en áreas en las cuales ellos enfrentan mayor competencia por parte de los trabajadores haitianos. Aunque de manera general, el crecimiento no resulta automáticamente en generación de empleos, este informe argumenta que el funcionamiento del mercado laboral en la República Dominicana limitó la habilidad de los hogares para beneficiarse del crecimiento y contribuir a él en dos dimensiones. De una parte, los determinantes de producción parecen haber sido subutilizados en la economía. La baja participación en la fuerza laboral, particularmente entre mujeres e individuos de pocas competencias, debilita la conexión de los hogares con el crecimiento. De otra parte, la productividad y los salarios parecen estar significativamente desconectados, inhibiendo los vínculos entre empleos y movilidad económica. El estudio también observó algunos asuntos de medición tanto en productividad como en salarios, lo cual sugiere que, al paso que la brecha fue magnificada, fue sustancial y creció a lo largo de la pasada década. 58 Referencias Abdullaev, U. and M. Estevão (2013). “Growth and Employment in the Dominican Republic: Options for a Job-Rich Growth.” International Monetary Fund Working Paper WP/1340. Washington D.C. Altonji, J. G. and D. Card (1991). “The Effects of Immigration on the Labor Market Outcomes of Less-Skilled Natives.” Immigration, Trade and Labor, ed. J. M. Abowd and R. B. Freedman. Chicago, University of Chicago Press. Amuedo-Dorantes, C. and S. Pozo (2006). “Migration, Remittances, and Male and Female Employment Patterns.” AEA Papers and Proceedings, 96(2). 222-226. Aristy-Escuder, J. 2008. “Impacto de la inmigración haitiana sobre el mercado laboral y las finanzas públicas de la República Dominicana.” Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra Working Paper Series. Baez, J., A Garcia-Suaza, and L Sousa. 2017. “Labor Income Share and Biased Technical Change: the case of the Dominican Republic.” In When Growth is Not Enough: Explaining the Rigidity of Poverty and Inequality in the Dominican Republic. World Bank, Washington, DC. Banco Central de la Republica Dominicana. 2007. La Informaludad en el Mercado Laboral Urbano de la Republica Dominicana. Secretaria de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo, Banco Central de la República Dominicana y Banco Mundial. Borjas, G. 2006. “Native Internal Migration and the Labor Market Impact of Immigration.” The Journal of Human Resources, 41(2). 221-258. Card, D. 2009. “Immigration and Inequality.” American Economic Review: Papers & Proceedings, 99(2). 1- 21. Carneiro, F. G., A. Iwulska, J.D. Reyes, and M.E. Sanchez-Martin. 2015. “Resilient Growth, Persisting Inequality: Identifying Potential Factors Limiting Shared Prosperity in the Dominican Republic.” Caribbean Knowledge Series, CARO1/15. CEDLAS and the World Bank. 2010. “A Guide to the SEDLAC Socio-Economic Database for Latin America and the Caribbean.” http://sedlac.econo.unlp.edu.ar/eng/methodology.php Cuello, M. and F. Santos. 2008. “Costos y Beneficios de la Mano de Obra Haitiana en el Sector Construcción.” Santo Domingo: Report prepared for Servicio Jesuita a Refugiados/as y Migrantes. Del Carpio, X., C. Ozden, M. Testaverde, and M. Wagner. 2013. “Local Labor Supply Responses to Immigration.” The Scandinavian Journal of Economics, 117(2). 493-521. Duarte T., I. and J. Hasbún. 2008. “La Mano de Obra Haitiana en la Construcción: Caracteristicas, Valoraciones y Prácticas” Santo Domingo: Report prepared for the Fondo Para el Fomento de la Investigacion Economica y Social (FIES). 59 Elsby M., B. Hobijn and A. Sahin. 2013. “The Decline of the U.S. Labor Share”, Brookings Papers on Economic Activity, Fall 2013, Washington D.C. Gidding, T. H. 2009. “South-South Migration: The Impact of Nicaraguan Immigrants on Earnings, Inequality and Poverty in Costa Rica.” World Development, 37(1). 116-126. Guzman, R. and C. Cruz. 2010. Estudio, Salario y Seguridad Social. En el Transito de la Crisis a la Recuperacion. Observatorio del Mercado Laboral Dominicano. Karabarbounis, L., and Neiman B. 2013. The Global Decline of the Labor Share. NBER Working Paper No. 19136. Loayza N., P. Fajnzylber and C. Calderon (2004). “Economic Growth in Latin America and the Caribbean: Stylized Facts, Explanations, and Forecasts”, Central Bank of Chile, Working Papers, N. 265. MEPyD (2015). “Actualización de las Estimaciones Oficiales de Pobreza Monetaria en la República Dominicana.” Ministerio de Economía, Planificación Y Desarrollo. February 2015. http://economia.gob.do/mepyd/wp-content/uploads/archivos/uaaes/evolucion-pobreza- monetaria/informe-evolucion-pobreza-2014-final-rev2.pdf OECD (2014). OECD Employment Outlook 2014, OECD Publishing, Paris. DOI: http://dx.doi.org/10.1787/empl_outlook-2014-en Ottaviano, G. I., and G. Peri. 2011. “Rethinking the Effect of Immigration on Wages.” Journal of the European Economic Association, 10(1). 152-197. Peri, G. 2014. “Do immigrant workers depress the wages of native workers?” IZA World of Labor; DOI: 10.15185/izawol.42 Sousa, L., D. Sanchez and J. Baez. 2017. “Wage effects of Haitian migration in the Dominican Republic.” In When Growth is Not Enough: Explaining the Rigidity of Poverty and Inequality in the Dominican Republic. World Bank, Washington, DC. World Bank. 2012. “Opportunities for growth and poverty reduction in Haiti and the Dominican Republic.” Washington, DC. World Bank. 2015. “Working to end poverty in Latin America and the Caribbean: Workers, Jobs, and Wages.” Washington, DC: Poverty and Labor Brief, No. 7. World Bank 2014. When Prosperity is not Shared. The Weak Links between Growth and Equity in the Dominican Republic. World Bank Latin American and Caribbean Region, Washington, DC. World Bank 2013. Economic Mobility and the Rise of the Latin American Middle Class. World Bank Latin American and Caribbean Studies. Washington D.C. World Bank. 2012. World Development Report 2013 Overview: Jobs. Washington, DC: World Bank 60 Zuleta, H., Garcia-Suaza, A., Young, A. 2009. “Factor Shares at the Sector Level, Colombia 1990- 2005.” Documento de Trabajo 76. Universidad del Rosario. 61 Apéndice I: Resultados de regresión de salarios e inmigración Para estimar los efectos del mercado laboral local de los flujos migratorios, investigaciones previas en materia de economía laboral han explotado las diferencias en la distribución geográfica de los migrantes para evaluar su impacto sobre los resultados laborales, incluyendo salarios, de la población local. Uno de los retos asociados con esta estrategia es la posibilidad de que las diferencias entre las condiciones económicas locales afectarán los salarios de los trabajadores locales y afectarán el flujo de mano de obra migrante. Empezando con Altonji y Card (1991), una aproximación empírica normalmente llevada a cabo en la literatura es usar información acerca de la distribución inicial de inmigrantes como un “instrumento” para predecir futuros flujos de inmigrantes. La teoría detrás de este instrumento es doble: 1) debido a la importancia de las redes sociales, los inmigrantes tienden a migrar a áreas en donde inmigrantes del mismo país han migrado antes; de ahí que la distribución más temprana de inmigrantes sea un pronosticador para futuros flujos independiente de las condiciones laborales locales; y 2) los mercados laborales locales se ajustan a influjos laborales luego de algunos años; de ahí que flujos iniciales de inmigrantes no afectarían directamente las condiciones actuales del mercado laboral. Aplicando la misma aproximación al caso de la República Dominicana, este estudio usa información del censo que se unió con la encuesta de fuerza laboral ENFT de 2010. Se dio una regresión del logaritmo de salarios de trabajadores dominicanos en el logaritmo de la porción de adultos a nivel municipal que nacieron en Haití, con variables de control estándares asociadas con los ingresos (formación académica, género, experiencia potencial y su cuadrático, de sector de empleo, tipo de empleo, región y urbano). Las especificaciones operaron para todos los asalariados dominicanos y separadamente por grupo de habilidades (Tabla A1). El conjunto completo de especificaciones también operó midiendo la competencia potencial de la fuerza laboral haitiana como porción de todos los adultos locales nacidos en Haití en la misma celda habilidad-género (Tabla A2). Esto es, los salarios de un hombre que no terminó la primaria fueron objeto de regresión en la proporción de trabajadores locales similares (hombres sin terminar la primaria) que nacieron en Haití. Estas regresiones consideraron la posibilidad de que es la competencia con trabajadores inmigrantes con un nivel de competencias similares la que afecta los salarios de un tipo específico de trabajador, antes que la proporción de inmigrantes en la fuerza laboral local. Debido a la potencial endogeneidad entre las condiciones del mercado laboral local y la escogencia de ubicación de los migrantes (por ejemplo, un área de más altos salarios puede atraer también mayor migración), todas las regresiones operaron usando un variable instrumental (IV) que predice las tasas de migración en 2010 basado en la distribución de migrantes en la República Dominicana en 2002. Los resultados se dieron en consonancia con aquellos de la especificación base usando mínimos cuadrados ordinarios (MCO) y están reportados como la especificación IV en las Tablas A1 y A2. Las regresiones IV encontraron correlación estadística positiva de salarios sugiriendo que la presencia de más migrantes provenientes de Haití está asociada con más altos salarios para los trabajadores nacidos en la República Dominicana que no terminaron la primaria. Nota de advertencia: al interpretar estos resultados, es importante notar que es posible que la información del censo no cuente apropiadamente la población inmigrante. Si la subestimación no está distribuida de manera uniforme en todo el país, esto puede reducir el valor estadístico de este análisis. . 62 Tabla A1 Porcentaje de la población local en edad de trabajar que nació en Haití MCO Variable instrumental Trabajadores nacidos en Primaria Primaria Primaria Primaria la RD, por nivel educativo Todos incompleta completa Todos incompleta completa Proporción nacido en 0.0234 0.0231 0.0150 0.0188 0.0487* -0.00140 Haití (municipio) (0.0157) (0.0212) (0.0346) (0.0204) (0.0272) (0.0453) Hombre 0.173*** 0.113*** 0.278*** 0.173*** 0.113*** 0.278*** (0.0202) (0.0366) (0.0425) (0.0202) (0.0364) (0.0422) Experiencia 0.0256*** 0.0230*** 0.0219*** 0.0257*** 0.0231*** 0.0219*** (0.00155) (0.00266) (0.00394) (0.00155) (0.00266) (0.00391) Trabajadores asalariados -0.809*** -0.981*** -0.569*** -0.809*** -0.984*** -0.570*** (0.0454) (0.0951) (0.0997) (0.0453) (0.0947) (0.0990) Trabajadores independientes -0.751*** -0.902*** -0.456*** -0.751*** -0.903*** -0.457*** (0.0454) (0.0918) (0.0987) (0.0453) (0.0914) (0.0980) Urbano -0.115*** -0.149*** -0.230*** -0.115*** -0.150*** -0.231*** (0.0191) (0.0269) (0.0373) (0.0191) (0.0268) (0.0371) Controles de nivel educativo X X Controles de región X X X X X X Controles de Sector X X X X X X Constante 0.669*** 0.794*** 0.500*** 0.673*** 0.760*** 0.525*** (0.0663) (0.124) (0.139) (0.0685) (0.125) (0.145) Primera etapa, prueba F 727.41 355.95 206.69 Primera etapa, prueba t 102.01 70.09 49.34 Observaciones 7,367 3,257 1,820 7,363 3,256 1,818 R² 0.285 0.182 0.159 0.285 0.182 0.159 Errores estándar en paréntesis. *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Estimaciones propias basadas en ENFT 2010. La porción de la población local que ha nacido en Haití está reportada en logaritmos y está estimada a nivel municipal usando las tablas del censo de 2010 y se instrumenta usando las tablas del censo de 2002. La variable dependiente es el logaritmo de salario por hora de trabajadores nacidos en RD. 63 Tabla A2 Porcentaje de la población local en edad de trabajar y en el mismo grupo genero-calificacion que nació en Haití MCO Variable instrumental Trabajadores nacidos en la RD, Primaria Primaria Primaria Primaria por nivel educativo Todos incompleta completa Todos incompleta completa Proporción nacido en Haití 0.0469*** 0.0155 0.00442 0.0586** 0.0752** -0.0286 (municipio) (0.0133) (0.0231) (0.0335) (0.0230) (0.0315) (0.0575) Hombre 0.145*** 0.105*** 0.276*** 0.141*** 0.0783** 0.292*** (0.0218) (0.0382) (0.0458) (0.0244) (0.0392) (0.0518) Experiencia 0.0256*** 0.0230*** 0.0219*** 0.0252*** 0.0233*** 0.0210*** (0.00156) (0.00266) (0.00394) (0.00161) (0.00266) (0.00400) Trabajadores asalariados -0.806*** -0.980*** -0.570*** -0.828*** -0.983*** -0.571*** (0.0454) (0.0951) (0.0998) (0.0469) (0.0946) (0.0999) Trabajadores independientes -0.745*** -0.901*** -0.457*** -0.758*** -0.899*** -0.456*** (0.0455) (0.0918) (0.0988) (0.0469) (0.0913) (0.0989) Urbano -0.118*** -0.150*** -0.231*** -0.124*** -0.157*** -0.229*** (0.0192) (0.0269) (0.0373) (0.0200) (0.0268) (0.0378) Controles de nivel educativo X X Controles de región X X X X X X Controles de Sector X X X X X X Constante 0.598*** 0.794*** 0.517*** 0.585*** 0.680*** 0.564*** (0.0693) (0.128) (0.135) (0.0814) (0.134) (0.144) Primera etapa, prueba F 1285.94 349.99 132.96 Primera etapa, prueba t 67.64 62.61 31.82 Observaciones 7,341 3,257 1,820 6,831 3,246 1,756 R² 0.286 0.182 0.159 0.287 0.183 0.155 Los errores estándar aparecen entre paréntesis. *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Fuente: Elaboración propia en base a 2010 ENFT y censos. Porcentaje de la población local que nació en Haití se estima a nivel municipal mediante tabulaciones del Censo 2010 y se instrumenta mediante tabulaciones del Censo 2002. La variable dependiente es el logaritmo de salario por hora de los trabajadores nacidos en la RD. 64