Reporte Semestral Oficina del Economista Jefe Regional 73289 El Papel del Mercado Laboral en la Transformación de América Latina Octubre 2012 2 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Reporte Semestral Oficina del Economista Jefe Regional El Papel del Mercado Laboral en la Transformación de América Latina Octubre 2012 4 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Prefacio Este informe semestral, producido por la Oficina del Economista Jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, examina pormenorizadamente los cambios más significativos que se han producido en los mercados de trabajo de los países de América Latina y el Caribe (LAC) durante la década de 1990 y la década de 2000. Como es costumbre en esta serie, el informe también hace un repaso a la evolución económica reciente de la región de LAC y analiza el panorama de los próximos meses. Augusto de la Torre, Economista Jefe de la Región, ha liderado la elaboración de este informe, en colaboración cercana con Julián Messina, Economista Senior, y Samuel Pienknagura, Economista de Investigación. Laura Chioda, Tito Cordella, Tatiana Didier y Jamele Rigolini han hecho aportes sustanciales. Manuel Fernández Sierra, Camila Galindo, Magali Pinat, Andrés Schneider, Tanya Taveras y Cynthia Van Der Werf han prestado una excelente asistencia en la investigación. También querríamos dar las gracias a Paloma Anós Casero, Carlos Felipe Jaramillo, Sergio Jellinek y Marcela Sánchez-Bender por sus inestimables comentarios. Finalmente agradecemos a Anna Sanz de Galdeano por su excelente traducción al español. Octubre 2012 |5 6 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Resumen ejecutivo Después de la fuerte recuperación que siguió a la crisis global, América Latina y el Caribe (LAC, por sus siglas en inglés, Latin America and the Caribbean) han entrado en una dinámica de crecimiento más lento: se prevé que la actividad económica en la región crezca en torno al 3 por ciento en 2012, después de haberlo hecho al 4 por ciento en 2011 y al 6 por ciento en 2010. Esta desaceleración no afecta exclusivamente a LAC, sino que forma parte de una ralentización global. Así pues, el crecimiento mundial se está reduciendo considerablemente, del 4,5 por ciento en 2011 a, aproximadamente, el 2,3 por ciento en 2012. Cabe destacar que la ralentización en las regiones de ingreso mediano ha hecho gala de una gran sincronía: las tasas de crecimiento se han reducido en una magnitud muy similar (en torno a los 3 puntos porcentuales) en LAC, Europa del Este y el Sudeste Asiático entre 2010 y 2012. Si bien es cierto que esta sincronización se debe a factores exógenos o globales –los efectos colaterales sobre los mercados emergentes del debilitamiento de la actividad económica en los polos del crecimiento mundial, sobre todo Europa y China –, también refleja dinámicas endógenas o internas, especialmente el hecho de que muchos países de ingreso mediano (MIC, por sus siglas en inglés, middle-income countries) ya habían alcanzado el punto álgido de sus propios ciclos económicos en 2010-2011. A pesar de la mencionada sincronización, las predicciones de crecimiento de 2012 para los diferentes países de LAC son considerablemente heterogéneas, lo cual se deriva de las complejas interacciones existentes entre los factores exteriores y los factores específicos de cada país. La desaceleración más marcada del crecimiento está afectando a Argentina, Brasil y Paraguay, cuyas predicciones de expansión están claramente por debajo de la media regional del 3 por ciento. Entre los países que se espera que crezcan por encima del promedio regional destaca México donde la recuperación de la crisis global llegó con demora pero está ganando ímpetu, así como Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Chile, República Dominicana y Uruguay, cuyas tasas de crecimiento en torno al 4 por ciento han superado las expectativas de los analistas. Perú y Panamá, por su parte, siguen a la cabeza y se espera que sus tasas de crecimiento del 6 por ciento y el 8 por ciento, respectivamente sean semejantes a las asiáticas. En el futuro próximo, los principales riesgos para el crecimiento de LAC siguen viniendo del exterior. No obstante, los riesgos exteriores se han reequilibrado en los últimos meses en dos aspectos. En primer lugar, la amenaza de una inminente desintegración de la Unión Económica y Monetaria se ha disipado. En segundo lugar, las perspectivas de crecimiento de China se han debilitado y se han vuelto más inciertas, lo que ha avivado el debate sobre si la actual desaceleración china es puramente cíclica y podría, por tanto, curarse pronto si se implementan políticas de estímulo interno, o si su naturaleza es más estructural y refleja el comienzo de una transición hacia un modelo de crecimiento más orientado al consumo. Los riesgos a la baja para LAC y, sobre todo, para sus exportadores de materias primas, serían más grandes según la segunda interpretación, especialmente si el sendero de la transición es escarpado. Pese a hallarse inmersos en esta desaceleración, los mercados de trabajo de LAC han seguido funcionando sorprendentemente bien. La tasa de desempleo para la región en su conjunto fue de casi 6,5 por ciento en 2011, la más baja desde el punto álgido del 11 por ciento en 2002-2003. No se trata de un hecho aislado, sino del reflejo de cambios profundos en los mercados laborales de América Latina que tuvieron lugar en los años 2000 y que han sido, a su vez, parte de un conjunto más amplio de transformaciones fundamentales (como la reducción de la desigualdad en los ingresos de los hogares, la consolidación de un marco macro-financiero más estable y la restauración de la efectividad de las políticas contracíclicas a este asociada, la sensacional reducción de la pobreza, la expansión de la clase media y el estrechamiento de los lazos con China) que conforman lo que en el p asado hemos llamado la “nueva cara� de LAC. Este informe documenta y analiza las dimensiones laborales de esta nueva cara económica, hasta la fecha |7 insuficientemente estudiadas. Por lo tanto, también complementa las conclusiones de carácter más general del World Bank Development Report on Jobs de 2012 recientemente publicado. El empleo en LAC durante los años 2000, estimulado por el fuerte crecimiento económico, se expandió vigorosamente en comparación con la lenta década de 1990. Esta expansión fue tan fuerte que logró absorber la incesante incorporación laboral femenina, aun cuando la informalidad se redujo, y el desempleo disminuyó de manera estable. En concreto, se crearon más de 35 millones de empleos nuevos, mientras que la informalidad, uno de los rasgos distintivos de América Latina, disminuyó en siete de los nueve países donde es posible medirla de manera coherente a lo largo de la década. La fuerte creación de empleo en los años 2000 llegó de la mano de una marcada reducción de la desigualdad en los ingresos laborales, un segundo hecho estilizado que contrasta vivamente con las tendencias internacionales y con el estancamiento que caracterizó a la región en la década anterior. El coeficiente de Gini de los ingresos laborales para LAC en su conjunto se redujo en torno a cuatro (4) puntos, una disminución de magnitud similar a la experimentada por la desigualdad en los ingresos de los hogares. No se trata de una coincidencia, puesto que el factor explicativo fundamental de la reducción en los ingresos de los hogares fue la reducción de la desigualdad salarial. La deducción principal en este caso es que el crecimiento de la producción y del empleo tuvo un papel más importante que la política social en la reducción de la desigualdad de los ingresos durante los años 2000. Las políticas sociales mejoraron en la región a lo largo de la década (sobre todo gracias a la introducción de programas de transferencias condicionadas de efectivo bien diseñados) y contribuyeron a reducir la pobreza de manera significativa, pero en general siguieron siendo insuficientemente redistributivas e incluso regresivas. La reducción de la desigualdad en los ingresos en la región podría deberse a cambios en la composición de la fuerza laboral o a cambios en la remuneración de las habilidades. Hay dos cambios composicionales destacados relacionados con la educación y con la participación laboral femenina. Por una parte, el nivel educativo medio de la clase trabajadora aumentó en aproximadamente tres años, y por otra, la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral prosiguió durante los años 2000, si bien lo hizo a un ritmo más lento que durante las tres décadas anteriores. No obstante, y pese a que ambos factores suponen transformaciones fundamentales, no sirven para explicar la mencionada reducción de la desigualdad salarial. De hecho, la participación laboral femenina y el nivel educativo medio aumentaron de manera estable durante la década de 1990 y los años 2000, mientras que la desigualdad salarial creció en la década de 1990 (excepto en Brasil) pero se embarcó en una tendencia descendente durante los años 2000. La explicación de la reducción de la desigualdad salarial, por lo tanto, debe buscarse en los rendimientos de las habilidades. En este aspecto, destaca la disminución de la prima educativa en la región. En concreto, la diferencia entre los salarios de los trabajadores con educación terciaria y los de sus pares con educación secundaria, por un lado, y con educación primaria o menos, por el otro, inició una tendencia descendente en los años 2000 después de haber evolucionado al alza durante la década de 1990. La importancia relativa de los factores de oferta y de demanda que hay detrás de la mencionada disminución de los rendimientos de la educación es difícil de dilucidar. Sin embargo, los factores de demanda no pueden ser descartados, puesto que la oferta educativa aumentó durante la década de 1990 y los años 2000. Un factor de demanda que caracteriza a la región y que parece haber jugado un papel importante es el auge de las materias primas. Dicho auge ha promovido la expansión de los sectores no comercializables en relación a los sectores comercializables (ajenos a las materias primas) en los países exportadores de materias primas de LAC. Además, al menos a día de hoy, los sectores no comercializables en LAC (como los servicios y la construcción) tienden a hacer un uso menos intensivo de la mano de obra cualificada que los sectores comercializables ajenos a las materias primas (como las manufacturas). Por lo tanto, la reducción de la desigualdad en los ingresos de los hogares, que es esencialmente una tendencia positiva, podría enmascarar un fenómeno preocupante, esto es, la tendencia en los países exportadores de materias primas de la región a 8 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina especializarse en sectores cuyo uso de la mano de obra cualificada es menos intensivo. Por supuesto, este fenómeno subraya la importancia de las reformas destinadas a incrementar la productividad en todos los sectores, incluyendo los no comercializables. Asimismo, existe evidencia de que los factores de oferta también podrían haber jugado un papel en la reducción de la desigualdad salarial en LAC. En concreto, la calidad media de la educación terciaria podría no haber respondido debidamente a la rápida expansión de su demanda. De hecho, el aumento de la desigualdad salarial para los trabajadores con educación terciaria durante la última década parece corroborar esta hipótesis. No debemos concluir, sin embargo, que los incentivos a invertir en educación terciaria se han reducido. Después de todo, y pese a las tendencias a la igualdad previamente descritas, los trabajadores con educación terciaria siguen ganando mucho más que los que tienen educación secundaria; incluso los titulados universitarios peor pagados ganan mucho más que el promedio de los trabajadores con educación secundaria. El aumento de la dispersión salarial para los trabajadores con educación terciaria apunta, no obstante, a la necesidad de hacer hincapié en políticas que promuevan la calidad de la educación. Otras transformaciones memorables en el ámbito laboral son los cambios en las pautas de los ajustes cíclicos del mercado de trabajo que se produjeron conforme LAC se adentró en los años 2000, es decir, en un entorno de inflación baja y estable que por fin rompió con su tradicional dinámica de inestabilidades macroeconómicas gestadas internamente. La dramática reducción de la inflación en la región indujo crecientes rigideces salariales a la baja, que a su vez dieron lugar a fluctuaciones más suaves de los ingresos, sobre todo durante las recesiones. La reducción de la dispersión en los salarios reales no se vio acompañada de oscilaciones más bruscas en el empleo y el desempleo, lo cual puede resultar sorprendente e indica que los mercados laborales de LAC ganaron en eficiencia y entraron en una fase menos volátil durante los años 2000. Ciertamente, el contexto exterior ampliamente favorable para LAC que caracterizó la década habría podido contribuir a atenuar las fluctuaciones. Sin embargo, las mejoras en las políticas, como el aumento de la credibilidad de la política monetaria, también parecen haber ayudado a mitigar las fluctuaciones del mercado laboral. Al lograr coordinar las expectativas de inflación, la introducción de un régimen de metas de inflación parece haber desviado el foco de la determinación salarial del tipo de cambio nominal y el salario mínimo, hacia el objetivo de inflación anunciado por el banco central. |9 10 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Introducción América América Latina y el Caribe (LAC, por sus siglas en inglés, Latin America and the Caribbean) comenzaron los años 2000 con muy buen pie: la estabilidad macro-financiera mejoró, el crecimiento fue relativamente alto, la pobreza se redujo drásticamente, la clase media se expandió y la desigualdad de la renta disminuyó, si bien se mantuvo en niveles todavía elevados. Este extraordinario progreso económico y social, documentado en informes previos de esta misma serie, se debe a que muchos países de LAC se beneficiaron, gracias a la mejora de las políticas, de los fuertes vientos favorables que acompañaron a un contexto exterior excepcionalmente propicio. Estos vientos favorables lo fueron especialmente para los países ricos en materias primas, pues llegaron de la mano de un fortísimo ciclo alcista de los precios de las mismas y de la creciente importancia de China como importador principal de los productos agrícolas y minerales de LAC. Sin embargo, hubo otros vientos que también soplaron favorablemente en LAC, como el incremento en la disponibilidad de importaciones baratas de China, la abundante y estable afluencia de remesas y una superabundancia de ahorro global que abasteció de capitales a la región. Los enormes cambios socioeconómicos que vivió la región durante los años 2000 hubieran sido imposibles sin un mercado de trabajo que evolucionase rápidamente. La reducción de la desigualdad en los ingresos de los hogares durante este periodo estuvo estrechamente ligada a la disminución de la desigualdad en los ingresos laborales, un proceso que se desarrolló en un contexto de gran creación de empleo. El crecimiento del empleo fue lo suficientemente fuerte para absorber el crecimiento estable de la participación femenina en la fuerza laboral al tiempo que reducía el desempleo. Además, la creación de empleo estuvo acompañada de una reducción de la informalidad, lo que supuso una ruptura con el pasado. Simultáneamente, el éxito latinoamericano en la estabilización de la inflación y la mejora de otros aspectos del entorno macroeconómico favoreció el surgimiento de un mercado de trabajo con fluctuaciones más suaves, tanto en términos de salarios como en términos de empleo. Estos son algunos de los temas que tratamos en este informe, que se concentra en las transformaciones más relevantes que han experimentado los mercados laborales de LAC entre la década de 1990 y los años 2000. Así pues, al analizar algunos de los cambios más destacables de los mercados de trabajo de LAC, este informe contribuye al esfuerzo iniciado en previos reportes de pintar la “nueva cara� de la economía de la región.1. Además, el informe también complementa oportunamente los mensajes 1Otras dimensiones destacadas de la “nueva cara� que dio forma a LAC en los años 2000 incluyen: i) un sistema inmune macro-financiero muy mejorado (véase el informe de octubre de 2010 de esta serie, “ Globalized, Resilient, Dynamic: The New Face of LAC�); ii) las crecientes conexiones entre LAC y China (véase el el informe de septiembre de 2011 de esta serie, “LAC’s Long-Term Growth: Made in China?�); iii) la extraordinaria reducción de la pobreza (véase el Informe Regional del Banco Mundial “On the Edge of Uncertainty: Poverty Reduction in Latin America and the Caribbean during the Great Recession and Beyond�); iv) la disminución de la desigualdad en los ingresos (véase el Informe Regional del Banco Mundial “A Break with History: Fifteen Years of Inequality Reduction in Latin America�); y v) la expansión de la clase media (véase el Informe Insignia de 2012, “Economic Mobility and the Raise of the Middle Class in LAC �, que se publicará próximamente). Algunos aspectos relacionados con las transformaciones del mercado laboral se analizan en el informe de abril de 2010 de esta serie (“From Global Collapse to Recovery: Economic Adjustments and Growth Prospects for LAC�) y en el Estudio Regional de LAC “The Fall of Wage Flexibility: Labor Markets and Business Cycles in Latin America and the Caribbean since the 1990s�. | 11 más generales y globales del World Bank Development Report on Jobs de 2012 recientemente publicado. Sin embargo, antes de adentrarnos en los asuntos laborales mencionados, que constituyen el tema principal del informe, y como es costumbre en esta serie, vamos a caracterizar las perspectivas de crecimiento a corto plazo de la región y los riesgos globales a los que dichas perspectivas se verán expuestas. Así, el informe se divide en dos capítulos. El primer capítulo, más breve, analiza la coyuntura económica y las perspectivas de crecimiento. El segundo capítulo, que es más largo y tiene mayor peso, trata varios temas escogidos relacionados con el mercado laboral y lo hace tanto desde el punto de vista estructural como desde el punto de vista cíclico. 12 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Capítulo 1: El ciclo económico de LAC y la dinámica global Después del fuerte crecimiento de los últimos años, América Latina y el Caribe (LAC, por sus siglas en inglés, Latin America and the Caribbean) han entrado en una dinámica de crecimiento más lento. Según los pronósticos más recientes de consensus forecast, el crecimiento de la región será aproximadamente del 3 por ciento en 2012, después de haber crecido en torno al 6 por ciento y al 4 por ciento durante 2010 y 2011, respectivamente (Figura 1.1, Panel A). Esta desaceleración, no obstante, no es un fenómeno exclusivo de LAC, sino que se produce en el contexto de una recesión global. El comercio mundial lleva en tendencia bajista desde el primer trimestre de 2011 y se prevé que el crecimiento global en 2012 sea del 2,25 por ciento, lo cual supone una reducción con respecto al 4,5 por ciento de 2011 (Figura 1.1., Paneles B y C). Los países de ingreso mediano (MIC, por sus siglas en inglés, middle-income countries), que lideraron la recuperación después de la crisis financiera global de 2008-2009, participan también ahora en la desaceleración mundial, y lo hacen además con una destacable sincronía. De hecho, se prevé una desaceleración del crecimiento entre 2010 y 2012 de magnitud muy similar (en torno a los 3 puntos porcentuales) para China y para las regiones de ingreso mediano de Europa del Este, Sudeste Asiático y LAC, si bien el punto álgido de 2010 varía de una región a otra (Figura 1.1, Panel A).2 Este capítulo analiza el crecimiento de LAC y sus perspectivas en el corto plazo en el contexto de la coyuntura global. En primer lugar, el capítulo examina los principales cambios en la constelación de riesgos globales que han surgido desde nuestro último informe de esta serie (abril de 2012) y se concentra en las tres fuentes fundamentales de riesgos exteriores para LAC: la Unión Europea, China y Estados Unidos. A continuación, se caracterizan las perspectivas de crecimiento de LAC a corto plazo y se comparan con las de otras regiones emergentes, concretamente con Europa del Este y el Sudeste Asiático. Finalmente, nuestro primer capítulo proporciona una breve visión general de las heterogeneidades más relevantes que se dan dentro de LAC. El marco global: el crecimiento flaquea, los riesgos a la baja proliferan y el riesgo de una catástrofe se atenúa Desde nuestro Informe Semestral de abril de 2012, la economía mundial, que partía ya de una situación inestable, ha mostrado síntomas adicionales de debilidad. El crecimiento global para 2012 se ha revisado a la baja, del 2,44 por ciento al 2,25 por ciento, lo cual responde fundamentalmente a las reducciones que las predicciones para China han sufrido desde mayo de este año. En cambio, la predicción de crecimiento de 2012 para Estados Unidos se ha mantenido estable durante los últimos doce meses, al igual que la de Europa, que se redujo significativamente durante la segunda mitad del año pasado (Figura 1.1, Panel D). 2A lo largo de este informe utilizamos dos regiones de ingreso mediano para realizar comparaciones con LAC, Europa del Este y el Sudeste Asiático. En Europa del Este incluimos Croacia, Estonia, Hungría, Lituania, Turquía, República Eslovaca, Polonia y Rumanía. En el Sudeste Asiático incluimos Indonesia, República de Corea, Malasia, Filipinas y Tailandia. | 13 FIGURA 1.1. Desaceleración Global PANEL A. Diferencias en las Tasas de PANEL B. Volumen de Exportaciones Crecimiento entre Regiones Tasas de Crecimiento Anual del PBI Real, Promedios Ponderados �ndice base 100 = enero-2006 12% 50,000 150 Lehman 45,000 10% Economías Avanzadas 140 40,000 Economías Emergentes 8% PBI Per Cápita PPP (2010) 35,000 130 Tasa de Crecimiento 30,000 6% 25,000 120 4% 20,000 15,000 110 2% 10,000 0% 100 5,000 -2% 0 90 MICs Europa América MICs Sudeste China Estados EU15 ene-06 ene-07 ene-08 ene-09 ene-10 ene-11 ene-12 may-06 may-07 may-08 may-09 may-10 may-11 may-12 sep-06 sep-07 sep-08 sep-09 sep-10 sep-11 del Este Latina y el Asiático Unidos Caribe 2010 2011 2012p 2013p PBI Per Cápita PPP (eje dcho.) PANEL C. Tasa de Crecimiento Anual del PANEL D. Evolución de Pronósticos de Mundo Crecimiento Para 2012 Promedio Ponderado 6% 10% 10% 10% ― China ― EE.UU. ― Eurozona 5% 8% 8% 8% 4% 6% 6% 6% 3% 4% 4% 4% 2% 2% 2% 2% 1% 0%0% 0% 0% -2% -2% -2% nov-11 may-12 mar-12 ago-12 sep-11 sep-12 oct-11 abr-12 jun-12 ene-12 dic-11 feb-12 jul-12 2010 2011 2012p 2013p Nov-11 Oct-11 Nov-11 Feb-12 Aug-12 Jun-12 Oct-11 Feb-12 Apr-12 Jul-12 May-12 Jan-12 Sep-11 Apr-12 Sep-12 Mar-12 Jan-12 Sep-11 Sep-12 Dec-11 Mar-12 Dec-11 Notas: Para el Panel D, los puntos representan el valor de la media de estimaciones para 2012 de Consensus Forecast; las barras representan la amplitud de las estimaciones con el nivel superior representando el valor máximo y el nivel inferior el valor mínimo. Fuentes: Haver Analytics, Consensus Forecast (septiembre 2012), EPB, WEO (abril 2012) y WDI. Las predicciones de referencia para el crecimiento global están sujetas a riesgos a la baja significativos ; es decir, la probabilidad de que la economía mundial crezca menos de lo inicialmente previsto no es en absoluto desdeñable. Detrás de estos riesgos a la baja se encuentran el actual drama de Europa, la incertidumbre que rodea al proceso fiscal y la senda de recuperación de Estados Unidos y la posibilidad de que se produzca una ralentización prolongada en la dinámica de crecimiento de China. A la vista de estos riesgos, la mayoría de los analistas consideran poco probable que se crezca más de lo pronosticado. En otras palabras, al mundo no le espera un escenario de crecimiento superior al previsto (de acuerdo con las predicciones de partida), sino una serie de escenarios en los que se crecerá menos de lo previsto y cuya probabilidad de materializarse, por desgracia, no es pequeña. Por supuesto, la posibilidad de que el crecimiento global se deteriore más se traduce en mayores riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento a corto plazo de LAC. Por ejemplo, los exportadores de materias primas de la región son especialmente vulnerables a una potencial ralentización de la actividad económica en China y a la moderación en los precios de las materias primas que esta llevaría aparejada. Además, como ya se argumentó en nuestro informe de abril del 2012 de esta serie, la incertidumbre sobre las perspectivas globales puede alterar los sentimientos de 14 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina los mercados financieros internacionales e incrementar así la volatilidad de los flujos de capitales en particular y, más en general, de los mercados financieros de la región. Pese a que hay amplias perspectivas de que el crecimiento global sea menor de lo pronosticado inicialmente, el riesgo de cola en Europa, es decir, el riesgo de que se produzca un cataclismo colosal que fuerce el abandono del Euro como moneda única, se ha atenuado. Esta atenuación está relacionada con las señales cada vez más claras (si bien todavía envueltas en ambigüedad) de compromiso por parte del Banco Central Euopeo (BCE) para actuar contundentemente como prestamista de última instancia (LOLR, por sus siglas en inglés, lender of last resort) de la Eurozona y para destinar (sobre todo a través de los bancos) abundante liquidez a la deuda soberana de España e Italia (Figura 1.2, Panel A).3 Aunque algunos de los mecanismos adoptados tienen fecha de caducidad, el BCE ha FIGURA 1.2. Acciones del Banco Central Europeo (BCE) y Respuesta del Mercado PANEL A. Préstamos del BCE a los Bancos PANEL B. Diferenciales Soberanos Centrales Nacionales En Billones de Euros Diferencial sobre Bono de 10 años del Gobierno Alemán 1200 16 Francia Italia Operación Principal de Financiación 14 España Portugal 1000 12 Operaciones de 800 Financiación a Plazo más Largo. Promedio Móvil 18- 10 Puntos Porcentuales días 600 8 6 400 4 200 2 0 0 dic-11 sep-11 sep-12 jul-11 jul-12 may-11 may-12 ene-11 oct-11 ene-12 jun-11 nov-11 jun-12 abr-11 abr-12 mar-11 mar-12 feb-11 feb-12 feb-99 feb-02 feb-05 feb-08 feb-11 may-01 may-04 may-07 may-10 ago-11 ago-12 nov-99 nov-02 nov-05 nov-08 nov-11 ago-00 ago-03 ago-06 ago-09 ago-12 PANEL C. �ndices VIX y VIX “Europeo� 60 �ndice VIX �ndice VIX "Europeo" 50 40 30 20 10 0 jul-10 jul-11 jul-12 may-10 may-11 may-12 ene-10 ene-11 ene-12 nov-10 nov-11 mar-10 mar-11 mar-12 sep-10 sep-11 sep-12 Notas: En el Panel C, el índice VIX “Europeo� está basado en la volatilidad implícita de opciones de diferentes vencimientos del índice EURO STOXX 50. Fuentes: Bloomberg, Consensus Forecast (Septiembre 2012), BCE, y WEO. 3 Sin duda, como argumentamos en nuestro informe de esta serie de abril de 2012, el temor a una ruptura inminente de la moneda única comenzó a remitir antes, cuando el BCE introdujo y empezó a usar intensamente las operaciones repo a largo plazo (LTRO) con los bancos. Las LTRO apoyan indirectamente la colocación de deuda soberana, pues los bancos usan la deuda soberana como garantía para accede a la liquidez de las LTRO. | 15 señalado que, en caso de que la situación se deteriorase, intervendría como fuese necesario para defender la integridad de la moneda única. Esta postura política se ha visto reforzada por las importantes decisiones tomadas en septiembre de 2012, que incluyeron la confirmación de la constitucionalidad del próximo Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), así como de los pasos iniciales necesarios para establecer una unión bancaria en la Eurozona. Como consecuencia, y pese a que los mercados continúan agitados, ha habido una notable reducción del estrés en los mercados financieros y una disminución en la aversión global al riesgo, medida a través de VIX, lo cual ha moderado los costes de financiación (en relación con el tipo de interés que se paga por los bonos alemanes) para los países de la periferia Europea (Figura 1.2, Paneles B y C).4 Por supuesto, el riesgo de un suceso extremo en Europa no se ha disipado por completo. Aunque las intervenciones recientes de las autoridades monetarias y financieras han contribuido a reprimir la amenaza de la desintegración de la unión monetaria, los problemas estructurales subyacentes siguen sin resolverse. Estos problemas suponen unos retos enormes que exigen reformas ambiciosas: recuperar la viabilidad fiscal, profundizar y completar la unión y cerrar la brecha en productividad y competitividad. No obstante, las medidas políticas necesarias continúan posponiéndose o caracterizándose por la tendencia al cambio gradual. A falta de reformas estructurales decisivas y exhaustivas, y aunque la moneda única sobreviva gracias a las fuertes y continuas intervenciones del LOLR, la sombra de una década económica perdida en Europa que hundiría el crecimiento global sigue siendo alargada. Mientras los anuncios de intervenciones sigan produciéndose al borde del abismo político, es probable que la dinámica financiera de la Eurozona continúe siendo frágil y que la amenaza de corridas bancarias inducidas por profecías autocumplidas siga viva. De hecho, el comportamiento defensivo de los mercados no ha cesado, como reflejan por ejemplo la volatilidad en los precios de los activos y la continua huida hacia la calidad, pues flujos masivos de capitales están trasladándose de la periferia al centro de la Eurozona, en concreto a Alemania (Figura 1.3, Paneles A y B). En circunstancias tan delicadas, la ambigüedad de las medidas políticas y los anuncios oficiales bien puede resultar contraproducente (véase el Recuadro 1). FIGURA 1.3. Movimiento Hacia Inversiones De Alta Calidad Dentro de la Zona Euro PANEL A. Posiciones Netas vis-à-vis el PANEL B. Balances de Cuenta Corriente Sistema Euro En Billones de Euros Series Desestacionalizadas, En Millones de Euros 750 45000 650 Francia Acreedor Neto Francia 550 Alemania 35000 Alemania Grecia Grecia 450 Italia Italia 25000 Países Bajos 350 Portugal Portugal España España 250 15000 150 5000 50 -50 -5000 Deudor Neto -150 -15000 -250 -25000 -350 -450 -35000 1998t1 1998t3 1999t1 1999t3 2000t1 2000t3 2001t1 2001t3 2002t1 2002t3 2003t1 2003t3 2004t1 2004t3 2005t1 2005t3 2006t1 2006t3 2007t1 2007t3 2008t1 2008t3 2009t1 2009t3 2010t1 2010t3 2011t1 2011t3 2012t1 oct-07 oct-08 oct-09 oct-10 oct-11 abr-07 abr-08 abr-09 abr-10 abr-12 ene-07 ene-08 ene-09 ene-10 ene-11 abr-11 ene-12 jul-07 jul-08 jul-09 jul-10 jul-11 jul-12 Nota: Para el Panel A, todas las series muestran el valor a fin de mes. Las posiciones netas representan las obligaciones de los bancos centrales nacionales contra el BCE. Fuentes: Institute of Empirical Economic Research (IEER) y OECD. 4 El VIX refleja las expectativas que los agentes económicos tienen sobre la volatilidad de los mercados financieros en los 30 días siguientes. Concretamente, el índice captura la volatilidad implícita de las opciones asociadas al S&P 500. 16 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Recuadro 1. Tensiones políticas y reacciones ambiguas ante las crisis financieras Si algo hemos aprendido de las crisis financieras de las dos últimas décadas es que las reacciones políticas ambiguas rara vez ayudan. En lugar de optar por la ambigüedad, cuando se produce un cambio repentino en los precios de los activos financieros (por ejemplo, créditos hipotecarios “subprime� o de alto riesgo, o deuda soberana de los países del sur de Europa) que introduce una prima de riesgo considerable, los responsables políticos deberían: i) decidir si dicha prima refleja consideraciones de liquidez o de solvencia, ii) anunciar claramente cuál es su postura y iii) actuar en consecuencia y con decisión. Por supuesto, esto no implica que sea sencillo identificar las razones primordiales de los cambios en los precios, de manera que se pueda ejecutar una cuidadosa “criba� o distinguir entre las instituciones/países que son fundamentalmente solventes pero sufren una repentina escasez de liquidez de aquellos que son insolventes. Dada la incertidumbre, los criterios viables para llevar a cabo dicha criba están sujetos a las tensiones entre los errores de tipo I y de tipo II. Si los criterios para la criba son demasiado estrictos, se corre el riesgo de impedir que países solventes accedan a los fondos del prestamista de última instancia, lo que constituye un error de tipo I (si asumimos que la hipótesis nula es que los países son solventes). Si los criterios son demasiado laxos, se corre el riesgo de conceder acceso a los países insolventes (un error de tipo II). Este es un dilema complejo para el prestamista de última instancia, pero se debe afrontar adecuadamente para que el LOLR logre ahuyentar las corridas bancarias autocumplidas. Una lección crucial a la hora de gestionar crisis es que es más probable que se tenga éxito si los criterios de criba, aunque sean imperfectos, se eligen ex-ante (en vez de aplicarlos ex-post) y se respetan escrupulosamente en lo sucesivo. Efectivamente, los remedios para las crisis de solvencia y de liquidez son muy diferentes. Las primeras requieren un claro compromiso con la provisión de ayudas de liquidez; las segundas no requieren liquidez, sino un proceso de resolución ordenado. Una respuesta híbrida definida sobre la marcha (esto es, ex-post) puede resultar contraproducente. Esto se debe a que, por una parte, la provisión de ayudas de liquidez a instituciones insolventes puede en sí misma agravar sus problemas de solvencia (a causa del riesgo moral y de la posibilidad de apuestas innecesarias para evitar la bancarrota). Por otra parte, la provisión limitada de ayudas de liquidez a instituciones/países solventes pero con una carencia total de liquidez (o condicionar las ayudas de liquidez a la realización de ajustes y reformas debido a consideraciones de riesgo moral) podría alimentar y validar las corridas bancarias, convirtiéndolas en profecías autocumplidas. Para lidiar con esta encrucijada, la identificación ex-ante de los solventes (mediante la utilización de ciertos criterios previamente definidos) puede contribuir a desarrollar estrategias más efectivas, de manera que los “solventes� estén protegidos gracias a las ayudas ilimitadas de liquidez, mientras que los “insolventes� no tengan acceso a la liquidez sino que estén sujetos a un programa de reestructuración y resolución. Si tanto la teoría económica como las experiencias pasadas desaconsejan vehementemente la “ambigüedad constructiva� cuando hay crisis sistémicas de liquidez, ¿por qué resulta tan difícil plantarse y diseñar políticas que sean claras y efectivas? Los organismos que se ocupan de los problemas de liquidez y de solvencia son distintos, lo que podría explicar los mensajes confusos. Además, la ambigüedad podría reflejar las restricciones políticas y es un modo de posponer | 17 decisiones complejas y difíciles de defender políticamente. Sin embargo, estar a la expectativa es una postura problemática porque aumenta los costes que la sociedad terminará pagando tanto en términos del desajuste de los precios como en el proceso de resolución final. Dado que, en nuestra opinión, la reducción del riesgo de cataclismo en Europa todavía coexiste con importantes riesgos exteriores que afectan al crecimiento de LAC, en lo que queda de esta sub- sección consideraremos más detalladamente las tres fuentes principales de dichos riesgos: Europa, Estados Unidos y China. La actividad económica en Estados Unidos es, naturalmente, otra fuente potencial de problemas para LAC. Estados Unidos sigue en una senda de recuperación modesta, aunque continua, desde 2010, pues las mejoras en la demanda de los consumidores y la producción industrial han sido tímidas. A Estados Unidos, de hecho, le ha ido mejor que a otras economías avanzadas en los últimos meses (Figura 1.4, Paneles A y B). Ha habido mejoras en los balances corporativos y financieros, así como un fortalecimiento de la confianza de los consumidores. No obstante, Estados Unidos ha tenido que batallar con el desapalancamiento de los hogares, el desempleo relativamente alto y la escasez de síntomas de recuperación suficientemente fuertes en el mercado inmobiliario. Además, riesgos significativos acechan en el horizonte, pues a la incertidumbre relacionada con el debilitamiento del crecimiento se unirán los problemas fiscales, mientras que tanto la solución al llamado “abismo fiscal� como la búsqueda del equilibrio adecuado entre las reformas y los estímulos fiscales quedarán relegadas hasta después de las elecciones presidenciales de final de año. Por ahora, los agentes económicos siguen confiando en que, independientemente del resultado de las elecciones, los incentivos relacionados con los diversos componentes del “abismo fiscal� son tales que la probabilidad de que los partidos políticos lleguen a un acuerdo es alta. Y, si bien es improbable que dicho acuerdo sea perfecto, el peor escenario posible (esto es, una gran contracción fiscal que podría empujar a Estados Unidos a una recesión de doble caída) seguramente se evitará. Esta mantendrá fuertes estímulos mientras sea necesario, hace que nos decantemos por un escenario en el que Estados Unidos aportará un potencial alcista al crecimiento global. Es China, no obstante, la economia que más ha hecho cambiar la configuración de los riesgos globales desde nuestro último informe de esta serie. Los datos recientes apuntan a una ralentización FIGURA 1.4. Economía de Estados Unidos PANEL A. Producción Industrial PANEL B. Indicadores de Demanda Tasa de Crecimiento Interanual �ndices Desestacionalizados 10% 25 450 400 5% 20 350 Valor en Miles de Milliones 0% 300 Volumen en Millones 15 250 -5% 200 10 -10% 150 5 Venta de Automóbiles en EE.UU. 100 -15% Economías Avanzadas Ventas Minoristas y de Servicios de 50 EE.UU. Alimentos (eje dcho.) -20% 0 0 may-93 nov-95 may-98 nov-00 may-03 nov-05 may-08 nov-10 ago-94 ago-99 ago-04 ago-09 feb-92 feb-97 feb-02 feb-07 feb-12 may-07 may-08 may-09 may-10 may-11 may-12 sep-07 sep-08 sep-09 sep-10 sep-11 ene-07 ene-08 ene-09 ene-10 ene-11 ene-12 Nota: Para el Panel A, la data para producción industrial está desestacionalizada y ajustada por días laborables. Fuentes: Bloomberg y EPB. 18 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina del crecimiento en China, cuya tasa interanual ha pasado del 8,1 por ciento en el primer trimestre de 2012 al 7,6 por ciento en el segundo trimestre de 2012. En consonancia con estos datos, la predicción de crecimiento de 2012 para China se ha revisado a la baja y ha pasado del 8,4 por ciento en abril de este año al 7,7 por ciento en septiembre (Figura 1.1, Panel D). Las causas de esta ralentización, no obstante, no están claros y han dividido a los analistas económicos en dos grupos con sus respectivas posturas. De acuerdo con la primera postura, la desaceleración del crecimiento en China es sobre todo un fenómeno cíclico, mientras que la segunda postura defiende que es, fundamentalmente, un reflejo de factores estructurales. Ninguna de las dos posturas, sin embargo, puede descartar totalmente la posibilidad de un aterrizaje forzoso. Según la primera postura, la desaceleración es consecuencia de un debilitamiento de la demanda de exportaciones chinas que todavía no ha sido compensado por políticas que estimulen la demanda interna. De hecho, pese a que las exportaciones chinas básicamente han parado de crecer este año (Figura 1.5, Panel A), la política nacional ha estado centrada en controlar la inflación alrededor de unos 18 meses.5 Por lo tanto, la política china no ha hecho sino magnificar la desaceleración cíclica. Además, los defensores de esta postura sostienen que la adopción de políticas contracíclicas se ha retrasado debido a la transición política que se está viviendo en el Partido Comunista, pese a que devolver el crecimiento a su nivel potencial sigue estando entre las máximas prioridades políticas y, en cuanto la transición política lo permita, el gobierno chino virará hacia una política macroeconómica expansiva. 6 La segunda postura, que cada vez gana mayor terreno, alega que la actual desaceleración no es meramente cíclica, sino un síntoma temprano de un cambio estructural. Según esta postura, la tasa de crecimiento sostenible (no inflacionista) de China está destinada a converger a un nivel más bajo conforme su actual modelo orientado a las exportaciones se agote y la economía se vuelva más dependiente de las fuentes internas de crecimiento. Desde luego, es evidente que la economía China ya se está alejando de las actividades que usan intensivamente el trabajo poco cualificado para acercarse a las actividades más intensivas en tecnología y trabajo cualificado. Además, aunque los anuncios recientes sugieran que las políticas apoyarán el crecimiento, las autoridades también han manifestado su intención de concentrarse en las fuentes internas de crecimiento, en concreto en el sector servicios, por el lado de la oferta, y en el papel del consumo, por el lado de la demanda. más en las políticas sociales (por ejemplo, vivienda accesible y redes de protección social). La subida de los salarios en algunos servicios (comercio al por menor, finanzas) en relación a los salarios de las manufacturas es un indicador más de que el modelo de crecimiento chino ya está mutando (Figura 1.5, Panel B). Una idea similar se deriva del hecho de que los salarios en el sector de las manufacturas están creciendo más rápido en China que en otras economías emergentes (Figura 1.5, Panel C). 5 Las laxas condiciones crediticias que acompañaron a las medidas de estímulo en 2008-2010 indujeron un repunte de la inflación durante la primera mitad de 2011 que probablemente se vio agravado por las subidas de los precios internacionales de los alimentos y otras materias primas cruciales. Sin embargo, la inflación del IPC alcanzó su punto álgido a mediados de 2011, y, desde entonces, se ha moderado como respuesta a un ciclo de endurecimiento de la política monetaria que comenzó en octubre de 2010 y que también parece haber mitigado la exuberancia de los precios inmobiliarios. 6La reciente promesa del Primer Ministro Wen Jinbao de estimular las políticas públicas y apostar por un ciclo de política monetaria expansiva concuerda con esta idea. | 19 FIGURA 1.5. Economía China PANEL A. Exportaciones Chinas PANEL B. Salarios en China por Sectores Tasa de Crecimiento Interanual �ndice base 100 = 2000 60% 600 Intermediación Financiera 50% 550 Comercio y Ventas Minoristas Manufactura 40% 500 Construcción 30% 450 20% 400 10% 350 0% 300 -10% 250 -20% 200 -30% 150 -40% 100 nov-00 may-02 nov-03 may-05 nov-06 may-08 nov-09 may-11 ago-01 ago-04 ago-07 ago-10 feb-00 feb-03 feb-06 feb-09 feb-12 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 PANEL C. Diferencias en Salarios del Sector Manufacturero Entre Regiones Promedio Simple por Regiones, �ndice base 100 =2000 300 China MICs Europa del Este Sudeste Asiático América Central + México 280 260 240 220 200 180 160 140 120 100 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Notas: América Central comprende El Salvador y Guatemala. Fuentes: ILO, Bloomberg y Haver Analytics Las perspectivas de crecimiento a corto plazo de América Latina en comparación con otros países de ingreso mediano Las predicciones más recientes de las tasas de crecimiento anuales de consensus forecast para LAC, los países del Sudeste Asiático, y los países de Europa del Este se mueven dentro de un margen bastante estrecho: en torno al 3 por ciento en LAC, al 4 por ciento en el Sudeste Asiático y al 2 por ciento en Europa del Este. Además, según la predicción actual para 2013, sus tasas de crecimiento se van a seguir acercando entre sí. Este acercamiento se debe a que la aceleración prevista del crecimiento está en torno a 1 punto porcentual en LAC y Europa del Este (cuyas tasas anuales llegarán al 4 por ciento y al 3 por ciento, respectivamente) pero asciende sólo a 0,5 puntos porcentuales en el Sudeste Asiático (cuya tasa de crecimiento ascenderá al 4,5 por ciento). Cabe destacar también que la desaceleración del crecimiento ha sido de similares magnitudes en el mundo en desarrollo. Se prevé que la tasa de crecimiento de LAC caiga en 3 puntos porcentuales entre 2010 y 2012: del 6 por ciento al 3 por ciento. La magnitud de la caída de las tasas de crecimiento es similar en otras economías emergentes, como China (2,7 puntos porcentuales de 20 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 1.6. Desaceleración de Crecimiento Entre MICs y Exportaciones de LAC PANEL A. Colapso Tasas de Crecimiento PANEL B. Exportaciones de LAC-7 Cambio en el Crecimiento del PBI Real de 2010 a 2012 Valores de Exportaciones, �ndice base 100 = 2008t1 Promedio Ponderado por Regiones 0 140 -0.5 130 -1 120 110 Puntos Porcentuales -1.5 100 -2 90 -2.5 -2.6 80 -3 -2.7 Promedio= -2.8 -2.9 -3.1 70 -3.5 60 -4 50 América Latina y MICs Europa del China MICs Sudeste 2008t1 2008t2 2008t3 2008t4 2009t1 2009t2 2009t3 2009t4 2010t1 2010t2 2010t3 2010t4 2011t1 2011t2 2011t3 2011t4 2012t1 2012t2 el Caribe Este Asiático PANEL C. Brecha del Producto en Economías Emergentes Como Porcentaje del Nivel del PIB Tendencial 30% 25% MICs Europa del Este LAC 20% MICs Sudeste Asiático 15% 10% 5% 0% -5% -10% -15% -20% 2008 2009 2010 2011 2012 Nota: Para el Panel C, la brecha del producto se computa utilizando el filtro HP con un parámetro de suavización de 6.25 (Ravn y Uhlig, 2002), considerando data anual desde 1980 hasta 2012 (pronóstico). Fuentes: Haver Analytics, Consensus Forecast (septiembre 2012), WDI y WEO (abril 2012). desaceleración del crecimiento), los MIC de Europa del Este (2,9 puntos porcentuales) y los MIC del Sudeste Asiático (2,6 puntos porcentuales), como muestra el Panel A del Figura 1.6. Esta sorprendente semejanza en el tamaño absoluto de la desaceleración del crecimiento en los MIC se debe a factores globales y también específicos de cada país. Si bien es complejo distinguir entre estos dos tipos de factores, no cabe duda de que el papel de los factores globales ha sido importante. Entre estos factores globales se encuentran los efectos colaterales negativos que la ralentización de los polos mundiales del crecimiento, especialmente Europa y China, ha tenido sobre los MIC. En el caso de LAC, esta ralentización se ha hecho patente en la tendencia descendente de la demanda global de las exportaciones de la región (Figura 1.6, Panel B). Sin embargo, parece que los factores específicos de los otros MIC (China excluida) también han intervenido. En concreto, los datos indican que, después de una vigorosa recuperación tras la crisis global, la actividad económica en estas regiones, LAC incluida, había alcanzado, o quizás incluso superado, su potencial en 2010-2011 (Figura 1.6, Panel C). Por lo tanto, la desaceleración del | 21 crecimiento de los MIC que se ha producido desde entonces puede interpretarse como un proceso endógeno a través del cual las economías se acercaron al punto álgido de sus ciclos económicos de manera sincronizada. Otra pauta digna de mención es que, en varios países de estas tres regiones de ingreso mediano (sobre todo en los receptores de oleadas de capitales a corto plazo), la actual desaceleración supone un cierto alivio. Así, al moderar las presiones inflacionistas, la desaceleración del crecimiento permite a los bancos centrales relajar (o ser más propensos a relajar) la política monetaria de manera que sea simultáneamente compatible con sus tres principales objetivos: mantener la inflación bajo control, estimular la demanda interna para que el crecimiento se acerque a su potencial y mitigar las presiones de apreciación de la moneda local. En el caso concreto de LAC, como la inflación se ha mantenido estable en general, los bancos centrales han mantenido intactas sus tasas de política monetaria o, como en Brasil y Colombia, las han bajado (Figura 1.7, Paneles A y B). Heterogeneidad en las perspectivas de crecimiento a corto plazo dentro de LAC La interacción entre la reciente ralentización global y los factores internos ha afectado a los países de LAC de modo diverso, lo que ha suscitado una heterogeneidad significativa en las perspectivas de crecimiento dentro de la región. Una manera de visualizar esta heterogeneidad es comparar las predicciones de crecimiento de 2012 de los distintos países con la media regional (que está en torno al 3 por ciento). Hay unos pocos países que se prevé que crezcan por debajo de la media regional, pero las perspectivas superan la media regional en la mayoría. Esta distribución tan ladeada de las tasas de crecimiento dentro de la región refleja el hecho de que se prevé que los dos países que más peso tienen en el PIB de LAC, esto es, Argentina y Brasil, crezcan al 2 por ciento o menos en 2012 (Figura 1.8, Panel A). Entre los países que se espera que crezcan por encima del promedio regional destaca México donde la recuperación de la crisis global llegó con demora pero está ganando ímpetu, así como Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Chile, República Dominicana y Uruguay, cuyas FIGURA 1.7. Cambios en la Inflación y Posición de Política Monetaria en LAC PANEL A. Cambios en la Inflación de Países PANEL B. Tasas de Política Monetaria en Selectos de LAC Países con Programas Maduros de Metas de Inflación 30% 20 Brasil Chile Colombia 18 25% Perú México 16 2011 20% Promedio 12 meses (Sep. 2011-Ag. 2012) 14 12 15% 10 8 10% 6 5% 4 2 0% 0 Guatemala Bahamas Ecuador Panamá Venezuela Colombia Brasil TTO Uruguay Paraguay México Perú Honduras Bolivia Argentina El Salvador Rep. Dom. Haití Costa Rica Jamaica Chile ene-06 ene-07 ene-08 ene-09 ene-10 ene-11 ene-12 may-06 may-07 may-08 may-09 may-10 may-11 may-12 sep-06 sep-07 sep-08 sep-09 sep-10 sep-11 Notas: Para Argentina en el Panel A, la altura total de las barras representa la inflación promedio para las provincias de San Luis y Santa Fé. Fuentes: GEM y Bloomberg. 22 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina tasas de crecimiento en torno al 4 por ciento han superado las expectativas de los analistas. Perú y Panamá, por su parte, siguen a la cabeza y se espera que sus tasas de crecimiento del 6 por ciento y el 8 por ciento, respectivamente sean semejantes a las asiáticas. A diferencia de las predicciones de 2012, las actuales predicciones consensuadas de 2013 apuntan a un desplazamiento de la distribución de las tasas de crecimiento individuales de los países, con más países creciendo por encima de la media regional del 3,7 por ciento. Se prevé que crezcan por debajo de la media regional México, las economías de Centroamérica y el Caribe (como El Salvador, Guatemala, Jamaica, Nicaragua, Trinidad y Tobago) y algunos países sudamericanos como Argentina, Ecuador y Venezuela. Esta remodelación del panorama del crecimiento de 2013 se debe sobre todo al incremento significativo de las predicciones de Brasil. Así, se espera que Brasil y Paraguay constituyan los dos casos más destacados de aceleración del crecimiento en la región y que sus tasas pasen de menos del 2 por ciento al 4 por ciento y del -0.1 por ciento al 4 por ciento, respectivamente. Se prevé que Panamá y Perú sean, de nuevo, los líderes del grupo en 2013, con tasas del 7 por ciento y del 6 por ciento, respectivamente. La heterogeneidad entre los países de la región también salta a la vista cuando comparamos los cambios en la brecha productiva, es decir, los cambios en las distancias entre los niveles reales y potenciales de la actividad económica durante el periodo 2011-2012 (Figura 1.8, Panel C). En un extremo hay países (Chile, México, Nicaragua y Venezuela) cuya actividad económica parece estar acercándose todavía a su potencial. En el extremo opuesto hay países (Argentina, Brasil, República Dominicana, Paraguay y Uruguay) cuya actividad económica se aleja de su potencial. Dentro de este último grupo, destacan Argentina, Brasil y Paraguay, cuyas tasas de crecimiento de 2010 fueron de las más altas de la región, pero desde entonces han sufrido un dramático colapso, con caídas de 7,5, 6 y más de 16 puntos porcentuales, respectivamente. En una situación intermedia se hallan los países cuya actividad económica se ha mantenido relativamente constante con respecto a su potencial, como Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá y Perú. Hay unos pocos casos concretos que merecen un análisis más pormenorizado. Chile, Colombia, Panamá y Perú no han dejado de superar las expectativas así como al resto de países, lo que sugiere que su tasa de crecimiento tendencial (potencial) podría estar aumentando. Su reciente evolución en términos de crecimiento también pone de manifiesto el sorprendente vigor de su demanda interna, pues ha sido suficiente para compensar sobradamente la reducción en la demanda mundial de sus exportaciones. México es otro ejemplo de éxito económico reciente y mejora de las perspectivas. Después de una lenta recuperación tras la crisis financiera global, México ha aprovechado las mejoras de la economía estadounidense para estimular su crecimiento. Hay dos factores que han facilitado este proceso y han contribuido a que los bienes mexicanos recuperen terreno en el mercado estadounidense: el competitivo tipo de cambio mexicano y el veloz aumento de los costes laborales unitarios chinos. Además, dados los problemas de las economías europeas, la deuda soberana mexicana se ha convertido en una alternativa atractiva para los inversores que buscan activos “seguros� para proteger sus carteras. Un caso distinto es el de Brasil, donde las oportunidades de estimular el crecimiento a través del consumo interno se están reduciendo (sobre todo por el creciente endeudamiento de sus hogares y su apreciada moneda), lo que ha animado a las autoridades a poner cada vez más énfasis en las políticas que estimulan la inversión y el ahorro. Argentina es otro país donde las perspectivas de medio plazo han empeorado, ya que el modelo que ha generado tasas de crecimiento extraordinarias durante aproximadamente una década muestra síntomas de agotamiento y la actividad económica parece estar cada vez más limitada por la | 23 FIGURA 1.8. Heterogeneidad de la Actividad Económica en LAC PANEL A. Tasas de Crecimiento PANEL B. Pronósticos de Crecimiento Para 2013 10% 8% 2011 7% 8% 2012f 6% 6% 5% 4% 4% 3% 2% 2% 0% 1% -2% 0% Guatemala Ecuador Panamá Colombia Nicaragua Venezuela México Brasil Argentina Uruguay El Salvador LAC Paraguay Perú Bolivia Dom. Rep. Guatemala Chile Nicaragua Ecuador Venezuela Panamá Costa Rica Colombia Paraguay Brasil LAC México Uruguay Bolivia Perú Argentina El Salvador Dom. Rep. Costa Rica Chile PANEL C. Brechas del Producto Percentage of Trend Level GDP 40% 30% 2011 2012 20% 10% 0% -10% -20% -30% -40% El Salvador Paraguay Bolivia Guatemala Venezuela Ecuador Brazil Chile Peru Mexico Panama Uruguay Costa Rica Nicaragua Colombia Argentina Honduras Dom. Rep. Nota: Para el Panel C, la brecha del producto se computa utilizando el filtro HP con un parámetro de suavización de 6.25 (Ravn y Uhlig, 2002), considerando data anual desde 1980 hasta 2012 (pronóstico). Fuentes: Haver Analytics, Consensus Forecast (septiembre 2012), WDI y WEO (abril 2012). proliferación y el endurecimiento del tipo de cambio y los controles de las importaciones. No obstante, se espera que el aumento de los precios de las materias primas agrícolas, en las que Argentina está especializada, siga favoreciendo el crecimiento de la actividad económica. Si bien el análisis se ha centrado hasta ahora en las predicciones basadas en el escenario de referencia para el crecimiento global, el estrechamiento de los lazos entre China y LAC hace que los riesgos a la baja asociados a la ralentización de la actividad económica china cobren mayor importancia. Durante la última década, China ha ido ganando influencia en las perspectivas económicas de LAC, sobre todo en las de Sudamérica. Esta influencia ha sido directa, a través del comercio y la inversión directa extranjera, así como indirecta, a través de los precios internacionales de las materias primas y los efectos de terceros mercados. El mecanismo de los precios de las materias primas es especialmente importante para la evaluación de los riesgos a la baja de LAC. Una prolongada ralentización en China que presionase los precios de las materias primas a la baja tendría un impacto enorme, si bien asimétrico, en los países de LAC. Por supuesto, los deterioros de los términos de intercambio, que en décadas anteriores se han relacionado generalmente con la escasez de crecimiento económico, se harían sentir en los grandes exportadores de materias primas agrícolas y 24 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina no agrícolas (por ejemplo, Argentina, Brasil y Chile). Otros países de la región (por ejemplo, Ecuador, Jamaica y Perú) que son importadores netos de cereales pero exportadores importantes de minerales podrían salir perdiendo también en términos netos. El efecto contrario se daría para los pequeños y numerosos países de Centroamérica y el Caribe, que son importadores netos de alimentos y minerales. | 25 26 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Capítulo 2: La nueva cara de los mercados de trabajo en América Latina Introducción América Latina experimentó un formidable progreso social durante la última década. La desigualdad en los ingresos (laborales y no laborales) se redujo mucho, 5 puntos del índice de Gini en promedio para 15 países de LAC,7 y el robusto crecimiento que tuvo la región favoreció extraordinariamente a los pobres, de manera que 70 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza moderada entre 2003 y 2010. América Latina también se globalizó más, pues reforzó sus lazos comerciales con China y los tigres de Asia oriental, y se hizo más resistente; el colapso de Lehman Brothers y la subsiguiente crisis global se hicieron sentir en la región y dejaron algunas cicatrices, pero la recuperación fue de una rapidez sin precedentes. Como era de esperar, esta nueva cara de LAC también se vio reflejada en los principales agregados del mercado de trabajo. Los siguientes hechos estilizados caracterizan los últimos 10 años de la historia económica de LAC y contribuyen a ilustrar este proceso:8  La tasa de desempleo se redujo en 3,5 puntos porcentuales y lo hizo de manera estable en la mayoría de los países para los cuales tenemos datos comparables.  El conjunto de habilidades aportadas al mercado laboral por los trabajadores latinoamericanos mejoro rápidamente. Mientras que el porcentaje de trabajadores con educación primaria o menos perdió muchísimo peso, más de 10 puntos porcentuales, el porcentaje de trabajadores con educación secundaria fue el que más peso ganó, 7 puntos porcentuales.  La desigualdad en los ingresos laborales se redujo velozmente, unos 4 puntos del coeficiente de Gini.  El número de trabajadores del sector servicios siguió aumentando y su peso relativo en el empleo total se incrementó en 2 puntos porcentuales.  Los salarios reales no se redujeron significativamente durante 2007-2009, pese a estar atravesando la peor crisis desde la Gran Depresión. Empujados por las reducciones en Colombia, Ecuador y México, los salarios reales cayeron menos de un punto porcentual en promedio, e incluso aumentaron en Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay. 7 El coeficiente de Gini es una medida estadística de la dispersión que puede tomar valores entre 0 y 1. Un punto del coeficiente de Gini se corresponde con 0.01. Cuando se aplica a la distribución de los ingresos de los hogares, el valor cero del coeficiente de Gini implica que la igualdad en los ingresos es máxima, mientras que el valor uno implica que la desigualdad es máxima. 8 Los países incluidos en la muestra así como los años analizados varían dependiendo del indicador. En casi todos los casos el periodo examinado es 2000-2010. | 27 Este segundo capítulo se concentra en dos cambios fundamentales en LAC que contribuyen a explicar los hechos previamente enumerados:  La primera sección documenta la progresiva reducción en la desigualdad de los ingresos laborales en la región de la última década y examina algunos de los factores económicos que podrían explicarla, como los cambios en la estructura educacional de la población, los cambios en estructura sectorial del empleo y el incremento en la participación laboral femenina.  La segunda sección repasa los cambios seculares del entorno macroeconómico en el que los mercados laborales de LAC funcionan y analiza sus consecuencias sobre los ajustes cíclicos del mercado de trabajo en términos de empleo, desempleo y salarios. Se presta una atención especial al impacto de la reducción secular de la inflación sobre las rigideces salariales y al efecto de la creciente apertura comercial (con una mención específica al caso de México durante la recesión de 2009) sobre la velocidad de los ajustes del mercado de trabajo ante las perturbaciones externas. Las conclusiones que se derivan del análisis son las siguientes:  Los cambios en la desigualdad en los ingresos son el origen fundamental de los cambios en la desigualdad en la renta de los hogares que tuvo lugar durante los años 2000, lo cual indica que el crecimiento de la producción y el empleo jugó un papel más importante que las políticas sociales, o, dicho de otro modo, que las políticas sociales en LAC, pese a haber tenido un gran efecto sobre la reducción de la pobreza, siguen sin ser lo suficientemente redistributivas.  En casi todos los países, la composición de la fuerza laboral cambió rápidamente durante las últimas dos décadas. El nivel educativo de los trabajadores, y, en especial, la proporción de trabajadores con educación secundaria, creció de manera regular. La tendencia alcista de la participación laboral femenina que arrancó con vigor en los años sesenta se mantuvo, si bien ralentizó su ritmo durante los años 2000.  Pese a que estos cambios en las características de la fuerza laboral impresionan, no parecen ser un factor crucial a la hora de explicar los cambios de la desigualdad en los ingresos del trabajo. En cambio, el lado de la demanda es el que está jugando un papel fundamental.  Parece que los favorables términos de intercambio, impulsados por el auge de las materias primas que benefició a los países exportadores de la región, han contribuido a aumentar la demanda relativa de trabajadores poco cualificados, lo cual ha influido en la reducción de los rendimientos de la educación secundaria y terciaria.  Esta reducción en los rendimientos de la educación, a su vez, parece haber sido un importante determinante de la disminución de la desigualdad en los ingresos laborales, si bien no ha sido el único, puesto que los rendimientos de las habilidades que no se miden a través del nivel educativo también cayeron.  La reducción secular de la inflación ha introducido rigideces a la baja en los salarios reales. Sin embargo, la disminución de la flexibilidad salarial no parece haberse visto acompañada por fluctuaciones más fuertes en el empleo o el desempleo, lo cual puede ser un síntoma de que la eficiencia del mercado de trabajo ha aumentado.  La reducción de la desigualdad durante los años 2000 también parece estar relacionada con la expansión de las empresas grandes en la región, que pone de manifiesto la importancia que el crecimiento y la mejora de la productividad tienen para la formalización de la economía. 28 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Sección 1: La desigualdad en los ingresos y los salarios en LAC Como se ha apuntado en informes previos de esta serie, muchos países de LAC experimentaron durante los años 2000 una reducción estable de la desigualdad en los ingresos que contrasta vivamente con el incremento de la desigualdad que se produjo prácticamente en todos los demás lugares.9El coeficiente de Gini de la distribución de los ingresos per cápita de los hogares, que es una de las medidas de desigualdad más utilizadas, cayó en doce de los quince países considerados en el Figura 2.1. Todas estas reducciones fueron estadísticamente significativas y su magnitud no fue desdeñable: la disminución promedio entre 2000 y 2010 para los doce países fue de 5 puntos del coeficiente de Gini. Pese a esta extraordinaria tendencia, es evidente que todavía queda mucho para que la desigualdad en la región se acerque a los estándares internacionales. No en vano, Uruguay, el país menos desigual de LAC, tiene unos niveles de desigualdad que superan los de Portugal, el país más desigual de la OCDE no perteneciente a LAC. Hay varios factores detrás de la reducción en la desigualdad en los ingresos de los hogares. 10 Los ingresos no laborales asociados a las transferencias privadas (especialmente remesas procedentes del extranjero) y públicas (sobre todo transferencias condicionadas de efectivo) contribuyeron de manera importante a elevar los ingresos de la población con ingresos situados en el extremo inferior de la distribución con respecto a la media. Los programas de transferencias condicionadas de efectivo, concretamente, se convirtieron en una política de asistencia social decisiva para aliviar la pobreza extrema y moderada en la región. Asimismo, la creación y el desarrollo de sistemas de pensiones no contributivas ayudaron a reducir la pobreza para la tercera edad. Otros factores que hicieron aumentar los ingresos relativos en la parte inferior de la distribución fueron la transición demográfica (debida, fundamentalmente, a la caída de la fertilidad) y la mayor expansión de la educación entre los más desfavorecidos. Dicho esto, como veremos más adelante, es incuestionable que el principal motor de la reducción de la desigualdad en los ingresos totales de los hogares, FIGURA 2.1. Cambios en la Desigualdad de Ingresos Per Cápita de los Hogares Cambio Entre 2000 y 2010 6 4 2 0 Puntos Gini -2 -4 -6 -8 -10 El Salvador Paraguay Bolivia Ecuador Perú Chile Costa Rica Panama Uruguay México Brasil Colombia Promedio Simple Honduras Argentina Promedio Ponderado Rep. Dom. Nota: El promedio aplica a todos los países en el Panel. Por disponibilidad de datos, el cambio en Bolivia es entre 2000 y 2008; en Brasil entre 2001 y 2009; en Chile, Costa Rica y El Salvador es entre 2000 y 2009; en Honduras entre 2001 y 2009; en Panamá entre 2001 y 2010; y en Paraguay entre 2001 y 2010. Fuente: SEDLAC. 9 Véase López-Calva y Lustig (2010) para una descripción de las tendencias de la desigualdad y un análisis de los determinantes principales de su estable caída. 10 Para un análisis pormenorizado, véanse World Bank (2011b) y López-Calva y Lustig (2010). | 29 incluyendo el acortamiento de la distancia entre el extremo superior de la distribución de ingresos y la mediana, fue la disminución de la desigualdad en los ingresos laborales. La reducción de la desigualdad en los ingresos laborales (o salariales) durante los años 2000 se hace patente en la evolución del coeficiente de Gini de los ingresos laborales (Figura 2.2). Esta medida, que se centra en los salarios individuales y no en los ingresos totales (incluidas las transferencias) de los hogares, la aplicamos a todos los latinoamericanos mayores de 16 años y menores de 65 años que estaban trabajando en 2000 y 2010. Para proporcionar una visión más completa, presentamos dos medidas alternativas de la desigualdad salarial: una medida restrictiva, que incluye únicamente a los trabajadores por cuenta ajena, y una medida extendida, que incorpora a lo autoempleados y a los empleadores. El trabajo por cuenta propia es bastante importante en América Latina, donde la informalidad en el mercado laboral es alta. No obstante, a la hora de analizar los ingresos laborales de los trabajadores independientes y los pequeños empleadores surge una gran dificultad, la de distinguir entre sus verdaderos rendimientos del trabajo de los rendimientos del capital en el que han invertido. Por este motivo, más adelante realizaremos un detallado análisis de los determinantes de la desigualdad salarial únicamente para los empleados por cuenta ajena. La desigualdad en los ingresos laborales se redujo sustancialmente entre 2000 y 2010. En promedio, disminuyó en 4,2 puntos del coeficiente de Gini (3,6 si restringimos el análisis a los empleados por cuenta ajena), y se redujo en 12 o 13 países (este resultado varía en función de la medida utilizada) de los 15 para los cuales hay datos disponibles. Ecuador es el país donde la reducción de la desigualdad en los ingresos laborales fue mayor: 11 puntos del coeficiente de Gini si sólo consideramos a los empleados por cuenta ajena y 8 puntos del coeficiente de Gini cuando incluimos a los autoempleados. En el extremo opuesto se encuentra Costa Rica, que experimentó el mayor aumento en las dos medidas de la desigualdad en los ingresos laborales. Es importante destacar que las tendencias globales de la desigualdad en LAC durante los años 2000 son básicamente las mismas si usamos el coeficiente de Gini de los ingresos de los hogares (que incluye los ingresos no laborales) o el de los ingresos laborales. Esta estrecha relación es evidente en el Figura 2.3, que usa la medida más inclusiva de desigualdad de los ingresos, aunque los resultados son muy similares con la medida que excluye a los empleados por cuenta propia. Un hecho FIGURA 2.2. Cambios en el Coeficiente Gini de Ingresos Monetarios Laborales 6 Cambio Entre 2000 y 2010 4 2 0 Puntos Gini -2 -4 -6 -8 Empleados -10 Empleados, Empleadores y Trabajadores por Cuenta Propia -12 El Salvador Paraguay Bolivia Ecuador Perú Chile México Costa Rica Panamá Brasil Promedio Simple Uruguay Promedio Ponderado Honduras Colombia Argentina Rep.Dom. Nota: El promedio aplica a todos los países en el Panel. Por disponibilidad de datos, el cambio en Bolivia es entre 2000 y 2008; en Brasil entre 2001 y 2009; en Chile, Costa Rica y El Salvador es entre 2000 y 2009; en Honduras entre 2001 y 2009; en Panamá entre 2001 y 2010; y en Paraguay entre 2001 y 2010. Fuente: SEDLAC. 30 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.3. Desigualdad de Ingresos del Hogar y Desigualdad de Ingresos Individuales PANEL A. Empleadores, Empleados por Cuenta PANEL B. Diferencias con Respecto a la Ajena y Asalariados Media del País 0.7 0.1 0.65 Gini de Ingreso Per Cápita de Hogares Gini de Ingreso Per Cápita de Hogares 0.6 0.05 Diferencias con la media de cada país 0.55 0 0.5 -0.05 0.45 Peru Uruguay 0.4 -0.1 Ajuste Lineal 1990 -2010 0.35 -0.15 0.3 -0.1 -0.05 0 0.05 0.1 0.3 0.35 0.4 0.45 0.5 0.55 0.6 0.65 0.7 Gini de Ingresos Laborales Gini de Ingresos Laborales Diferencias con la media de cada país Notas: Cada punto representa un coeficiente Gini para un país-año dado, abarcando el período 1990-2010. La cobertura de países incluye Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. Fuentes: LCRCE con datos de SEDLAC. destacable es que en la mayor parte de los países la desigualdad del ingreso per cápita del hogar es mayor que la desigualdad de los salarios (Figura 2.3, Panel A). Este hecho habla por sí solo sobre la limitada capacidad de los sistemas de redistribución del ingreso en América Latina. Perú y Uruguay son dos economías que se diferencian de esta norma, presentando menos desigualdad en el ingreso de los hogares que en los salarios individuales. Por tanto, no es sorprendente que una vez que las medias en cada país de las medidas de desigualdad se eliminan, la relación entre desigualdad en el ingreso y en los salarios se acentúa, acercándose a una línea de 45 grados (Figura 2.3, Panel B). Consideremos ahora más detalladamente la evolución de los ingresos laborales en cuatro grandes países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile y México) para los que los datos disponibles abarcan un periodo de tiempo suficientemente largo. En lugar de centrarnos en el coeficiente de Gini, ahora vamos a hacerlo en la dispersión entre los salarios más altos y los más bajos. Usaremos como medida de la dispersión el ratio entre el percentil 90 y el percentil 10 de la distribución salarial. La ventaja de esta medida es que es menos sensible a la presencia de errores e inexactitudes en los salarios que están en los extremos de la distribución. Como nuestro objetivo es analizar cómo funcionan los mercados de trabajo, y dada la dificultad que entraña distinguir los rendimientos del trabajo y del capital para los autoempleados, nos concentramos en los empleados por cuenta ajena. Las tendencias a la baja de la desigualdad en los ingresos laborales son coherentes con las que se obtienen al utilizar la medida de dispersión previamente descrita, pero la heterogeneidad que emerge entre los países de LAC es relevante. El Figura 2.4 muestra las tendencias del ratio 90/10 para Argentina, Brasil, Chile, México y Estados Unidos para hombres (en el panel de la izquierda) y mujeres (en el panel de la derecha). La pauta temporal que se observa es marcadamente diferente a la que se espera cuando los Estados Unidos se usan, como es a menudo el caso, a modo de referencia. Si nos concentramos primero en los hombres, vemos claramente que, en tres de los cuatro países, una fuerte reducción de la dispersión salarial comenzó ya a mediados o finales de los años noventa: en torno a 1996 en Chile, 1998 en México y como tarde en 1992 en Brasil. En Argentina, en cambio, esta reducción no comenzó hasta 2002, después del colapso del plan de convertibilidad. Estas | 31 FIGURA 2.4. Desigualdad de Ingresos de Mujeres y Hombres PANEL A. Argentina PANEL B. Brasil 2.0 2.7 1.9 2.5 Log p90/p10 Razón Salarial Log p90/p10 Razón Salarial 1.8 2.3 1.7 2.1 1.6 1.9 1.5 1.7 Mujer Hombre Mujer Hombre 1.4 1.5 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 PANEL C. Chile PANEL D. México 2.1 2.3 2.1 2.2 2.0 Log p90/p10 Razón Salarial Log p90/p10 Razón Salarial 2.0 2.1 1.9 1.9 2.0 1.8 1.9 1.8 1.7 1.8 Mujer Hombre 1.7 Mujer Hombre 1.6 1.7 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 PANEL E. EE.UU. 1.8 1.7 1.6 Log p90/p10 Razón Salarial 1.5 1.4 1.3 1.2 1.1 1 Mujer Hombre 0.9 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 Notas: “Log p90/p10 Razón Salarial� equivale a la razón entre el percentil 90 de salarios más altos sobre el percentil 10 de salarios más bajos, en logaritmo. En el caso de México, los datos están disponibles cada dos años. Fuentes: LCRCE con datos de SEDLAC para el caso de LAC, y Autor, Katz y Kearney (2008) para los EE.UU. tendencias contrastan marcadamente con las que se observan para Estados Unidos, donde la desigualdad en los ingresos laborales aumentó de manera estable durante las dos últimas décadas, un hecho que se ha interpretado a menudo como el resultado de un proceso de progreso técnico 32 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina sesgado a favor de empleo cualificado, si bien este tema todavía suscita encendidos debates en la literatura académica (Autor, Katz y Kearney, 2008). No obstante, y pese a la rápida reducción de la desigualdad salarial observada durante los últimos tiempos en la región, el nivel de desigualdad salarial en los cuatro países de LAC mencionados sigue estando muy por encima del nivel de Estados Unidos. La dispersión salarial femenina, con la excepción de Argentina, siguió una tendencia similar a la masculina, si bien sus reducciones fueron en general menores. La disminución de la dispersión salarial de las mujeres en Brasil es tan excepcional como la de los hombres y está en torno a los 70 puntos logarítmicos. En 1992, el salario de las mujeres mejor pagadas en Brasil equivalía a 2,6 veces el salario de las mujeres situadas en el percentil 10. En 2010, esta diferencia se había reducido a 1,8. Pese a que las reducciones de la dispersión salarial femenina son menos impactantes en México y Chile, siguen siendo considerables. El caso contrastante es el de Argentina, donde la evolución de las mujeres trabajadoras fue opuesta a la de los hombres, ya que su dispersión salarial creció de manera estable y su ratio de los percentiles 90/10, situado en 1,5 en 1995, escaló hasta la cima de 1,9 en 2006. Los factores potencialmente explicativos de la evolución de la desigualdad salarial se pueden agrupar en tres grandes categorías. La primera incluye factores relacionados con la oferta de trabajo, como los cambios en la composición demográfica de la fuerza laboral o los cambios en los niveles educativos y las habilidades de las nuevas incorporaciones al mercado de trabajo.11 La segunda categoría comprende factores relacionados con la demanda de trabajo. Algunos de estos factores están relacionados con el cambio técnico sesgado a favor del empleo cualificado. Un factor de demanda que se cita a menudo son los cambios en la tecnología. La introducción de los ordenadores en el lugar de trabajo, por ejemplo, puede hacer que ciertas habilidades se tornen obsoletas (sobre todo aquellas relacionadas con tareas repetitivas y rutinarias que se pueden informatizar) al tiempo que estimula la demanda de otras habilidades que se complementan con las nuevas tecnologías. Este proceso podría incrementar la demanda de trabajadores que pueden ejecutar tareas abstractas y complejas. Hay, sin embargo, otros factores de demanda que juegan un papel relevante. Uno que es crucial para LAC tiene que ver con los cambios acontecidos en la estructura sectorial de la economía y que posiblemente han sido motivados por un fenómeno del estilo del mal holandés, que en este caso se desencadenó con la bonanza de los precios de las materias primas e hizo que se desviasen recursos de la producción de bienes elaborados comercializables al sector de los bienes no comercializables. En la medida en que distintos sectores tienen una demanda distinta de cualificaciones, los cambios sectoriales pueden afectar la evolución de la desigualdad salarial. La tercera categoría incorpora los factores institucionales, como son los cambios en las legislaciones del salario mínimo o de las contribuciones de la seguridad social, que tienen un impacto directo sobre los precios pagados en el mercado laboral y podrían tener importantes efectos redistributivos sobre los ingresos del trabajo. 11En Estados Unidos, los cambios en el lado de la oferta han jugado un papel importante en las dinámicas de la desigualdad salarial durante las últimas décadas (Katz y Murphy, 1992). | 33 Con respecto al lado de la oferta, en este informe enfatizamos la función desempeñada por los cambios en el nivel educativo de las generaciones jóvenes que se incorporan al mercado laboral en LAC y por el creciente compromiso de las mujeres con el trabajo remunerado. En cuanto al lado de la demanda, analizamos el papel de los cambios que experimentaron los términos de intercambio con el boom de los precios de las materias primas de los años 2000, un proceso en el cual la región sigue inmersa. El análisis no examina otros factores que también podrían estar interviniendo. En concreto, no estudiamos las relaciones entre la reducción del desempleo a lo largo de la década (o la fuerte y veloz recuperación cíclica que el mercado laboral experimentó después de la crisis global) y la demanda de trabajadores menos cualificados. En las próximas tres subsecciones de este capítulo repasamos las principales tendencias en la educación, la participación laboral femenina y la distribución sectorial del empleo, y comparamos, en la medida de lo posible, los cambios surgidos entre la década de 1990 y la del 2000. En la subsección final, tratamos de combinar estos tres factores y evaluar la contribución relativa que ha tenido cada uno en la reducción de la desigualdad salarial. El acceso a la educación es cada vez más igualitario, pero su calidad sigue siendo la asignatura pendiente Ningún atributo contribuye a explicar la determinación salarial como el capital humano. Durante las dos últimas décadas, el nivel educativo (medido a través de los años de escolarización) de la fuerza laboral de América Latina ha experimentado una gran transformación que todavía continúa. En paralelo con el aumento de la oferta de trabajadores más cualificados, la desigualdad en el nivel educativo de ricos y pobres ha disminuido. Las complejas conexiones entre estos fenómenos y la reducción de la desigualdad en los ingresos de los años 2000 se analizan más adelante en este informe. Por el momento, esta sección analiza varias dimensiones del continuo y excepcional aumento de los años de escolarización de los trabajadores de LAC durante las últimas décadas. Al menos desde la década de 1990, la proporción de trabajadores con educación superior a la primaria ha aumentado enormemente en casi todos los países de LAC (Figura 2.5). El promedio no ponderado del porcentaje de la población en edad trabajar con la educación secundaria completa aumentó del 21 por ciento al 29 por ciento entre 1990 y 2010 en 15 de los países para los que hay datos disponibles. Este incremento es todavía más extraordinario si consideramos el promedio ponderado (por la población), que subió del 18 por ciento al 30 por ciento a lo largo del mismo periodo. La gran diferencia que hay entre el promedio ponderado y el no ponderado se debe sobre todo al espectacular desempeño de Brasil, el país más grande de la región, donde la proporción de la población en edad de trabajar con la educación secundaria completa más que se duplicó, pues pasó del 13 por ciento en 1990 al 31 por ciento en 2009. Esta expansión educativa fue igualmente relevante en el nivel terciario. El promedio ponderado de la proporción de trabajadores con estudios universitarios terminados casi se duplicó al pasar del 6 por ciento al 11 por ciento a lo largo del periodo (del 6 por ciento al 9 por ciento si consideramos el promedio sin ponderar). Además de Brasil, El Salvador también destaca por la mejora educativa de su fuerza laboral. En ambos países, la proporción de la población en edad de trabajar con educación secundaria y terciaria más que se duplicó. Como es lógico, los países que partieron de una mayor proporción de la población con la educación secundaria terminada (o en proceso de terminarla) fueron los que experimentaron una expansión más rápida de la educación terciaria. Este es el caso de Argentina, Chile, República Dominicana y Uruguay, donde el porcentaje de titulados universitarios se duplicó. 34 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.5. Nivel Educativo en LAC PANEL A. LAC-6 PANEL B. Otros Países en LAC Primaria Secundaria Incompleta Secundaria Completa Terciaria Primaria Secundaria Incompleta Secundaria Completa Terciaria 100% 100% 90% 90% 80% 80% 70% 70% 60% 60% 50% 50% 40% 40% 30% 30% 20% 20% 10% 10% 0% 0% 1997 2000 2008 1990 2000 2009 1996 2000 2010 1994 2000 2010 1991 2000 2009 1991 2001 2009 1991 2001 2010 1990 2001 2010 1989 2000 2010 1991 2000 2010 1990 2001 2009 1990 2000 2009 1992 2000 2010 1989 2000 2010 1997 2000 2010 Argentina Brasil Chile Colombia México Perú Bolivia Costa Rica Rep. Dom. Ecuador El Salvador Honduras Panamá Paraguay Uruguay Fuente: LCRCE con datos de SEDLAC. Hay un tercer grupo de países (Bolivia, Colombia, Costa Rica, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú) cuyas mejoras en los niveles educativos fueron también significativas, si bien más discretas. Estas pautas generales esconden diferencias sustanciales entres los países de LAC en términos de la evolución temporal del nivel educativo de sus fuerzas laborales durante la década de 1990 y la década de 2000 (Figura 2.5). Algunos países (Colombia, Costa Rica y Paraguay) sólo lograron incrementos en los años de escolarización durante los años 2000, después de una década de estancamiento o (en el caso de Paraguay) después de un severo deterioro del nivel educativo. Otros países (Brasil y Ecuador) experimentaron una rápida expansión de la educación secundaria en la década de 1990, a la que siguió una expansión más intensa de la educación terciaria en la década de 2000. Sin embargo, a diferencia de las mejoras observadas en la desigualdad, que se concentraron sobre todo durante los años 2000, la expansión educativa fue más rápida en los noventa que en la última década en varios países de LAC (entre los que destacan Uruguay y El Salvador). La mejora educativa fue bastante general y benefició a jóvenes de todos los grupos socieconómicos. Un sencillo coeficiente de Gini de la distribución educativa indica que hubo una clara reducción de la desigualdad educativa en las dos décadas y que la magnitud de dicha reducción (en torno a los 2 puntos del coeficiente de Gini) fue similar en ambas (véanse los promedios ponderados presentados en el Figura 2.6, Panel A). Las mejoras más grandes tuvieron lugar en México, donde la desigualdad educativa se redujo en 4 puntos del coeficiente de Gini en los años noventa y en 3,5 puntos del coeficiente de Gini en los años 2000. No obstante, al interpretar estos resultados, hay que tener en cuenta que el nivel educativo que una persona puede alcanzar es finito, por lo que la desigualdad educativa no puede sino reducirse de manera mecánica conforme los países se desarrollan y su nivel educativo aumenta. En particular, el nivel educativo de los pobres aumentó en casi todos los países durante los años 2000, lo cual contrasta vivamente con la evolución observada en los años noventa.12 Para mostrar dicho contraste, utilizamos una medida que resume la desigualdad educativa en función del ingreso: 12Véase Cruces, García-Domenech y Gasparini (2012) para un análisis pormenorizado de la evolución del nivel educativo durante las dos últimas décadas en LAC. | 35 FIGURA 2.6. Desigualdad en el Nivel Educativo: Los 2000 vs. los 1990 PANEL A. Cambio en el Coeficiente Gini de Educación Cambio Entre 1990 y 2000 Cambio Entre 2000 y 2010 0.0 5.0 4.0 -0.5 3.0 -1.0 2.0 -1.5 1.0 Puntos Gini Puntos Gini 0.0 -2.0 -1.0 -2.5 -2.0 -3.0 -3.0 -3.5 -4.0 -5.0 -4.0 Promedio Ponderado Promedio Ponderado Colombia Promedio Simple Ecuador Panamá Brasil Chile Uruguay Argentina Perú El Salvador Costa Rica Honduras Paraguay Colombia México Honduras Bolivia Uruguay Argentina Paraguay Promedio Simple Ecuador Costa Rica Panamá México Rep. Dom. Bolivia Chile Brasil El Salvador Perú PANEL B. Cambio en la Diferencia de Años de Educación Entre Ingresos Más Altos y Más Bajos Rep. Dom. Cambio Entre 1990 y 2000 Cambio Entre 2000 y 2010 3.0 1.5 2.5 1.0 2.0 0.5 1.5 1.0 0.0 0.5 -0.5 0.0 -1.0 -0.5 -1.5 -1.0 -1.5 -2.0 Promedio Ponderado Honduras Uruguay Colombia Argentina Costa Rica Ecuador Paraguay Promedio Simple Rep. Dom. Panamá México Chile Brasil Bolivia El Salvador Perú Promedio Ponderado Colombia Ecuador Promedio Simple Chile Panamá Brasil Perú Honduras El Salvador Uruguay Argentina Costa Rica Paraguay México Bolivia Rep. Dom. Nota: El promedio aplica a todos los países en el Panel. Por disponibilidad de datos, el cambio en Bolivia es entre 2000 y 2008; en Brasil entre 2001 y 2009; en Chile, Costa Rica y El Salvador es entre 2000 y 2009; en Honduras entre 2001 y 2009; en Panamá entre 2001 y 2010; y en Paraguay entre 2001 y 2010. Fuente: SEDLAC. la diferencia entre el nivel educativo de los individuos cuyo ingreso se sitúa en el decil más alto y el de aquellos cuyo ingreso está en el decil más bajo de la distribución. De acuerdo con esta medida, los años noventa se caracterizaron por un aumento de la desigualdad educativa, pues la diferencia media entre los años de escolarización de los individuos en el extremo superior y en el extremo inferior de la distribución del ingreso se incrementó en 0,6 años (Panel B del Figura 2.6). México, República Dominicana y Honduras fueron los países con el peor desempeño durante los años noventa, pues su brecha educativa entre los dos extremos de la distribución del ingreso aumentó en torno a 2 años. Esta tendencia se invirtió durante los años 2000, una década en la que aquellos que están en el extremo inferior de la distribución del ingreso acortaron distancias visiblemente con quienes están en el extremo superior. En promedio, la reducción de la brecha educativa entre los dos extremos de la distribución del ingreso fue de 0,7 años, que bastaron para revertir la tendencia a la desigualdad de la década previa. Pese a que este fue el patrón promedio, en cinco países (Colombia, Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay) la desigualdad educativa siguió aumentando durante los años 2000. En el polo opuesto, la mayor reducción en la brecha educativa se produjo en Argentina, Chile y México, donde aquellos que están en el extremo inferior de la distribución se acercaron a los que están en el extremo superior en al menos un año de educación. 36 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina A pesar de todos estos progresos, el nivel educativo de América Latina todavía está por detrás del nivel de otras regiones del mundo con la excepción de �frica, algo que ya destacamos en nuestro informe semianual de septiembre de 2011, “Latin American and the Caribbean´s Long Term Growth: Made in China?�. América Latina está acortando distancias poco a poco con Europa y Asia Central, pero la brecha educativa se ha ensanchado con respecto a los MIC del sudeste asiático, que, en promedio, le sacaron más de un año de educación de ventaja a LAC hacia el final de los años 2000. A pesar de que los aumentos del nivel educativo constituyen un logro innegable, la mejora de la calidad de la educación sigue siendo el reto fundamental para LAC. Una manera de evaluar la calidad de la educación consiste en comparar los resultados obtenidos en tests estandarizados de desarrollo cognitivo como los que realiza el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA; por sus siglas en inglés, Program for International Student Assessment). Los tests de PISA los llevan a cabo estudiantes de 15 años de 65 países, incluyendo 9 países de LAC. Sin duda alguna, la estrecha correlación entre el PBI per cápita y las puntuaciones obtenidas en los tests indica que no debemos esperar que los resultados de los estudiantes de LAC sean equiparables a los de los estudiantes de los países más desarrollados (Figura 2.7, Panel A). No obstante, a casi todos los países de LAC les va peor en los tests de PISA de lo que cabría esperar dado su nivel de desarrollo económico (medido mediante el PBI per cápita). Así sucede claramente en Argentina, Perú, Panamá y Trinidad y Tobago, y la situación es incluso más preocupante si consideramos que, con la excepción de México, el origen socioeconómico de los niños en LAC determina su desempeño en los tests cognitivos de manera sustancial y con mayor intensidad que en otros países con un nivel de desarrollo similar (Figura 2.7, Panel B).13 FIGURA 2.7. Logros Educativos PANEL A. Resultados en Pruebas Cognitivas y PANEL B. Importancia de Antecedentes de los PBI Per Cápita Padres en Resultados de Pruebas Cognitivas 600 50 Impacto de Estado Socieconómico de Padres en Notas de 45 Resultados de Lectura en Evaluaciones PISA 550 40 KOR FIN HKG 35 CAN SGP NZLJPN AUS BEL NLD NOR 30 500 EST POL HUN FRADEU GBR ISL SWE IRL DNK CHE USA PRT ITA MAC LVA SVNGRCESP 25 HRVSVK CZE AUT TURLTU Niños RUS 20 450 SRB CHL THA BGR 15 COL URY MEX TTO BRA JOR MNE 10 400 IDN TUN ARG KAZ ALB 5 PER PAN AZE 0 350 Indonesia Estados Unidos Uruguay Estonia Argentina Lituania Romania Polonia Panamá Trin. & Tob. Colombia Croacia Chile Brasil Tailandia México Perú Turquía Hungría Rep. De Corea KGZ 300 0 10,000 20,000 30,000 40,000 50,000 60,000 PBI Per Cápita PPP Dólares Internacionales Corrientes Notas: Para el Panel B, las barras representan el efecto en los resultados de pruebas de lectura del cambio en una desviación estándar del índice de estatus socioeconómico. Otras variables incluidas como controles en la regresión son el género del estudiante, una dummy urbana/rural y estatus de inmigración (primera- o segunda-generación). Los errores estándar están agrupados por nivel educativo. Todos los resultados reportados son significativos al 5%. Fuentes: Ferreira et al. (por publicarse), PISA 2009 y WDI. 13Véase nuestro Informe Insignia de 2012, “Economic Mobility and the Raise of the Middle Class in LAC�, que se publicará próximamente, para un análisis detallado de la importancia de los antecedentes socioeconómicos para los logros educativos y otras medidas del desempeño de los estudiantes. | 37 La educación y la participación laboral femenina En casi todos los países del mundo, desarrollados o en desarrollo, la propensión de las mujeres a participar en el mercado de trabajo es menor que la de los hombres. Estas diferencias tienen su origen en factores sociales y normas sociales, pero también dependen de los incentivos económicos. La educación juega un papel crucial en este aspecto, tanto en LAC como en otros lugares. Conforme las mujeres de LAC aumentan su nivel educativo y cierran la brecha educativa con los hombres (e incluso las generaciones más jóvenes de mujeres superan el nivel educativo de los hombres en muchos países), dos factores importantes entran en juego: i) el incremento del coste de oportunidad de no trabajar aumenta y va de la mano del aumento en los salarios que las mujeres podrían percibir en el mercado; ii) las normas sociales cambian, tanto en términos de los roles de género tradicionales como en términos de la percepción del trabajo y la carrera profesional que tienen las mujeres. Es probable que estos dos factores afecten de manera importante a la participación laboral femenina. En LAC, la rápida convergencia de la participación laboral femenina con la masculina comenzó a finales de los años setenta y a mediados de los años ochenta, continuó durante los años noventa y se ralentizó algo durante los años 2000 (Figura 2.8, Panel A). En 2010, el 65 por ciento de las mujeres de entre 25 y 65 años de edad de LAC participan en el mercado de trabajo, aunque hay importantes diferencias entre los países de LAC (Figura 2.8, Panel C). La ralentización de la convergencia con los hombres durante los años 2000 concuerda con la típica evolución en forma de “S� de la participación laboral femenina que se da en las economías desarrolladas, incluida la estadounidense (Fernández, 2010), de tal manera que dicha participación se ha estabilizado en torno al 60 por ciento. A diferencia de la tasa de participación masculina, que está cercana a la unidad, la participación laboral femenina en LAC depende mucho del nivel educativo y de las complejas interacciones con el estado civil y la decisión de tener hijos o no. Quizás sorprendentemente, en muchos países de LAC el matrimonio resulta ser un factor incluso más importante que la presencia de hijos para la decisión de participar o no en el mercado laboral (Chioda, 2011). También durante las dos últimas décadas, la participación laboral de las mujeres casadas ha sido mucho más baja que la de las mujeres solteras, aunque las diferencias se han ido acortando (Figura 2.8, Panel B). La brecha educacional entre hombres y mujeres se ha reducido de manera dramática durante las cuatro últimas décadas. Las diferencias de género en la proporción de la población con la educación primaria terminada comenzaron a disiparse ya en la década de 1980, mientras que las diferencias en la proporción de hombres y mujeres con educación secundaria prácticamente desaparecieron al principio de la década de 1990. En cambio, los últimos veinte años han sido décadas de convergencia en educación terciaria (pese a que esta tendencia comenzó en décadas anteriores). A principio de la década de 1990, el ratio entre las mujeres y los hombres con la educación terciaria terminada era de 0,8, pero al final del periodo la brecha casi se había cerrado para la región en su conjunto. Esta convergencia no es sino una de las dimensiones del intensísimo proceso de acumulación de capital humano que se ha producido en LAC durante las dos últimas décadas, a través del cual el promedio de años de escolarización (para hombres y mujeres) en la región pasó de 5 años a casi 8 años. Al igual que les sucede en el caso de los hombres, el nivel educativo de las mujeres en LAC ha estado acortando distancias poco a poco con el de sus pares en la OCDE, aunque la brecha en el número de años de escolarización (situada en torno a los 3 años en 2010) todavía es bastante importante. 38 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.8. Participación de la Fuerza Laboral en LAC PANEL A. Participación de la Fuerza Laboral PANEL B. Matrimonio y la Brecha de en LAC Participación en LAC Promedio Simple por Género en Países de LAC Participación Femenina en la Fuerza Laboral 100% Promedio Simple de LAC 100% 0.3 Diferencia Casadas - Solteras (eje dcho.) 90% 90% Casadas Solteras 80% 80% 70% 0.25 70% 60% 50% 60% 40% 50% 0.2 30% Hombre Mujer 20% 40% 10% 30% 0% 0.15 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 PANEL C. Diferencia Hombre/Mujer en la PANEL D. Estado Marital de las Mujeres Participación de la Fuerza Laboral Entre Países de LAC 70% Diferencia de la Participación Femenina en la Fuerza Laboral de Solteras vs. 1990 2000 2010 Casadas 0.45 60% 0.4 50% 0.35 0.3 40% Puntos Porcentuales 0.25 30% 0.2 0.15 20% 0.1 10% 0.05 0% 0 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Ecuador Venezuela Panamá Colombia Brasil México Perú Argentina Costa Rica Chile Argentina Brasil Chile Colombia Costa Rica México Panamá Perú Venezuela Notas: Para el Panel C, debido a falta de información, el año 1990 se sustituye por 1994 en Ecuador, 1992 en México, 1991 en Panamá y 1992 en Venezuela; el año 2000 se sustituye por 2001 en Brasil y Panamá; y el año 2010 se sustituye por 2006 en Venezuela y 2009 en Brasil, Chile, y Ecuador. La fuerza laboral en los cuatros paneles refiere a la población en edad de trabajar, entre 25 y 65 años. Fuente: LCRCE con datos de SEDLAC. La participación laboral femenina en LAC no sólo ha crecido paralelamente al nivel educativo, sino que la propensión a participar ha aumentado para todos los grupos educativos (Figura 2.9). Esta tendencia podría ser el reflejo de un cambio en las normas sociales. Durante las últimas dos décadas, el mayor incremento en la participación femenina se produjo en la década de 1990, pese a que fue una década de crecimiento relativamente bajo, y fue particularmente marcado para las mujeres con un nivel educativo menor. En promedio, la tasa de participación de los trabajadores que nunca fueron a la escuela creció en 6 puntos porcentuales, y la de aquellos con estudios primarios lo hizo en 17 puntos porcentuales. Estos datos contrastan con los cambios en la participación de las mujeres con educación terciaria, que ya era muy alta a principios de la década de 1990 (en torno al 74 por ciento) y por tanto creció menos (únicamente 7 puntos porcentuales durante los últimos 20 años). A pesar de que el crecimiento económico fue más rápido en los años 2000, los aumentos de la participación laboral femenina para cada nivel educativo fueron más discretos que en la década de 1990. | 39 FIGURA 2.9. Participación de las Mujeres en la Fuerza Laboral por Nivel Educativo Prom. (1991-1992) Prom. (1999-2000) Prom. (2009-2010) 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Nunca asistió Primaria Secundaria Terciaria Fuente: LCRCE con datos de SEDLAC. Los dos factores anteriormente descritos, i) la mayor propensión a la participación para todos los grupos educativos y ii) la mejora general del nivel educativo de las mujeres, han contribuido a moldear las pautas de entrada en el mercado de trabajo de las mujeres en LAC. Una descomposición detallada muestra que el primer efecto tuvo más peso durante la década de 1990. Durante los años 2000, en cambio, la expansión de la educación jugó un papel dominante. El análisis de la participación proporciona una panorámica parcial de la posición económica de las mujeres en el mercado de trabajo, pues las diferencias entre las remuneraciones que hombres y mujeres reciben son tanto o más importantes para comprender cuál es la posición de las mujeres en la estructura socieconómica. Una vez que se han tenido en cuenta las diferencias en el nivel educativo y la experiencia laboral, queda por explicar una brecha salarial (en detrimento de las mujeres) que supera ligeramente el 24 por ciento en promedio para la región (Figura 2.10). La brecha salarial de género se redujo en los años 2000 con respecto a la segunda mitad de la década de 1990, si bien muy lentamente, y pasó del 25 por ciento al 24 por ciento (medias ponderadas) o del 23 por ciento al 21 por ciento (medias sin ponderar). Sin embargo, es difícil dilucidar en qué medida estas brechas se deben a la discriminación. Parte de la brecha podría deberse a elecciones voluntarias de las mujeres casadas (en especial de aquellas cuyas rentas son elevadas) que, en la búsqueda del equilibrio entre la familia y la carrera profesional, están dispuestas a aceptar ingresos menores a cambio de poder disfrutar de una mayor flexibilidad. Los sectores del mercado laboral con una mayor reducción en la brecha salarial de género se corresponden con los trabajadores situados en el extremo inferior de la distribución de la renta, los que tienen hijos no emancipados, los autoempleados, los empleados a tiempo parcial y los que viven en zonas rurales (Ñopo, 2012). En cualquier caso, el lento cambio en la brecha promedio enmascara heterogeneidades importantes entre países. Mientras que en Bolivia, Brasil, Paraguay, Argentina y Honduras hubo reducciones significativas en la brecha salarial de género, la tendencia en Ecuador y, sobre todo, en Perú, donde la brecha creció más de 13 puntos porcentuales, fue la opuesta. En resumen, si retomamos nuestra investigación principal, podemos afirmar que el crecimiento estable de la participación laboral femenina podría haber contribuido a reducir la desigualdad en el ingreso per cápita de los hogares al inducir un aumento en el ingreso de los hogares pobres con respecto al ingreso medio (Word Bank, 2012). No obstante, es poco probable que esta sea una 40 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.10. Brechas de Salarios por Género 40% 1995-2000 2000-2010 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% Colombia Promedio Ponderado Promedio Simple Ecuador Panamá Rep. Dom. Chile El Salvador Brasil Honduras Perú Uruguay Argentina Costa Rica Paraguay México Bolivia Nota: El promedio aplica a todos los países en el Panel. Por disponibilidad de datos la información en los gráficos es para todos los años disponibles entre 1995-1999 y 2000-2010 para Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. La muestra incluye todos los trabajadores entre 16-65 años trabajando a tiempo completo (trabajando más de 35 horas por semana). Las brechas de salarios por género se obtienen mediante una dummy de mujer, en una regresión país por país que incluye como controles adicionales 4 categorías de educación (terciaria completa, secundaria completa, secundaria incompleta, y primaria o menor), dummies de edad en intervalos de 5 años, un set completo de interacciones entre edad, categorías de educación y efectos de tiempo. Los resultados reportados en el gráfico son el valor absoluto del coeficiente estimado para las mujeres, el cual siempre es negativo y estadísticamente significativo al 5%. Fuente: LCRCE con datos de SEDLAC. explicación fundamental de la reducción de la desigualdad salarial observada durante los años 2000. Esta apreciación se debe a un hecho muy sencillo: mientras que la desigualdad salarial aumentó en la década de 1990 y comenzó a reducirse en los años 2000, la tendencia de la participación laboral femenina fue positiva a lo largo de ambas décadas y se mantuvo relativamente constante, si bien se ralentizó algo en la última. Los términos de intercambio y la estructura sectorial: ¿ha vuelto el mal holandés? Esta sección analiza un factor de demanda posiblemente importante que podría estar detrás de la disminución de la desigualdad en los ingresos laborales que tuvo lugar durante los años 2000. La hipótesis de partida es que la bonanza de los precios de las materias primas podría haber inducido, a través de la apreciación real de la moneda, un trasvase de recursos, incluyendo el factor trabajo, de los sectores que producen bienes elaborados comercializables o los sectores que producen bienes no comercializables. En la medida en que los sectores no comercializables tienen una demanda relativa de mano de obra cualificada menor, este reasignación podría explicar la disminución en los rendimientos de la educación que se documenta y analiza en la próxima subsección. La disminución en los rendimientos educativos, a su vez, parece jugar un papel protagonista en la reducción de la desigualdad salarial. Por ello, lo que normalmente se consideraría una evolución positiva (la reducción de la desigualdad en los ingresos laborales), podría esconder una tendencia preocupante, es decir, una tendencia a la especialización en sectores no comercializables de baja cualificación y baja productividad. En esta subsección documentamos las posibles relaciones entre las mejoras en los términos de intercambio, la apreciación del tipo de cambio real y los cambios de la estructura sectorial de LAC durante los años 2000. | 41 En la actualidad, América Latina tiene un porcentaje de trabajadores empleados en el sector servicios 65 por ciento de la fuerza laboral latinoamericana estaba empleada en el sector servicios. En general, el peso del empleo en el sector servicios aumenta conforme las economías se desarrollan y lo hace, en primer lugar, a costa de la agricultura, y en las fases más maduras del desarrollo, en detrimento de las manufacturas. En los países de LAC, sin embargo, el peso del empleo en el sector servicios tiende a estar por encima de lo que su PIB per cápita haría esperar (Gráfico 2.11, Panel A). Hay muchos factores que podrían explicar la especialización relativa de los países de LAC en el sector servicios. La importancia del turismo en muchos de los pequeños estados caribeños es claramente uno de ellos. No obstante, otro factor explicativo que tiene especial relevancia en LAC durante los años 2000 es el llamado mal holandés, es decir, el proceso de especialización productiva en sectores no comercializables inducido por una apreciación del tipo de cambio real que, a su vez, generalmente se deriva de un importante descubrimiento de recursos naturales o de unas mejoras considerables y persistentes en los términos de intercambio.14 Los términos de intercambio han mejorado y el tipo de cambio real se ha apreciado notoriamente durante los años 2000 para los países exportadores de materias primas de LAC. El Panel B del Gráfico 2.11 muestra la estrecha relación que existe entre los términos de intercambio y la balanza comercial de las materias primas en 15 países de LAC. Si no hay una intervención política activa (por ejemplo, un esfuerzo de ahorrar una parte importante de los ingresos derivados del auge de las exportaciones de materias primas y colocar este ahorro en el extranjero), el tipo de cambio efectivo real tiende a apreciarse según mejoran los términos de intercambio. De entre los quince países de LAC analizados, en los exportadores de materias primas se apreció el tipo de cambio real en promedio, pero en algunos casos no lo hizo tanto como habría cabido esperar de los cambios experimentados por los términos de intercambio (Gráfico 2.11, Panel C). Finalmente, hay algunos síntomas de que la apreciación del tipo de cambio real inducida por el boom de las materias primas ha favorecido la expansión del empleo en el sector servicios y en la construcción en relación al empleo en las manufacturas. El Panel D del Gráfico 2.11 muestra que, después de tener en cuenta las diferencias existentes entre países en PIB per cápita y tamaño poblacional, hay una asociación negativa entre el saldo acumulado de la balanza comercial de las materias primas y el peso del empleo en el sector de las manufacturas. En cambio, los paneles E y F muestran una relación positiva (aunque no muy fuerte) entre el saldo comercial de las materias primas y el empleo en el sector servicios y en la construcción. En resumen, ¿qué hay detrás de la reciente evolución de la desigualdad salarial? Comencemos con un rápido repaso de los principales hechos estilizados relacionados con la desigualdad en los ingresos laborales. De acuerdo con los datos disponibles para largos periodos de tiempo para Argentina, Brasil, Chile y México, la tendencia general es que la desigualdad salarial subió para los hombres y para las mujeres en LAC en la década de 1990. No obstante, a finales de la 14 El término “mal holandés� se acuñó a raíz del proceso de desindustrialización que se produjo en los Países Bajos durante la década de 1960 y que siguió al descubrimiento de grandes depósitos de gas natural en el mar del Norte. La riqueza que la extracción y exportación de este mineral generó hizo ganar una fuerza considerable al florín neerlandés, lo que favoreció el crecimiento de las importaciones e hizo las exportaciones de manufacturas (excluido el petróleo) menos competitivas en el mercado mundial. Al aumentar el precio en moneda nacional de los bienes y servicios no comercializables con respecto a los bienes y servicios comercializables (excluido el petróleo), el auge del gas natural indujo una reasignación de la demanda y la producción hacia los primeros. 42 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.11. Commodity Boom y Sector Allocation. Revisiting the “Dutch-Disease� PANEL A. Proporción de Empleo en Servicios y PANEL B. Términos de Intercambio PBI Per Cápita en 2009 100 Cambio y Promedio 2002-2008 90 90 Cambio en los Términos de Intercambio 80 BHS 70 Proporción de Empleo en Servicios ARG CHL TTO PER 70 CHL JAM CRI 50 BOL % de Empleo Total DOM COL PER 60 SLV PAN BRA COL MEX ECU ECU ARG 30 50 BRB 40 10 BHS BRA PRY MEX 30 ♦ MICs Sudeste Asiático DOM ATG PAN GTM URY ♦ Europa y Asia Central -10 NIC SLV ♦ Alto Ingreso LCA HND 20 ♦ LAC JAMCRI ♦ Otros -30 10 -20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20 25 30 - 10,000 20,000 30,000 40,000 50,000 PBI Per Cápita Promedio de la Balanza Comercial de Bienes Primarios Dólares Internacionales Corrientes PANEL C. Tipo de Cambio Real Efectivo PANEL D. Proporción de Empleo en Manufacturas Cambio y Promedio 2002-2008 Promedio 2002-2008 50 5 BRA Cambio en el Tipo de Cambio Real Efectivo 4 SLV Proporción de Empleo en Manufacturas 40 PRY 3 DOM MEX 30 2 HND CRI GTA COL 1 CHL 20 NIC LCA ECU 0 ATG BRB TTO BHS ARG 10 CHL -1 PRY PER DOM URY -2 COL 0 BRA PAN CRI BOL -3 -10 BOL NIC MEX -4 LCA ECU JAM -20 ATG BHS -5 -20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20 25 30 -10 -5 0 5 10 15 Promedio de la Balanza Comercial de Bienes Primarios Balanza Comercial de Bienes Primarios PANEL E. Proporción de Empleo en Servicios PANEL F. Proporción de Empleo en Construcción Promedio 2002-2008 Promedio 2002-2008 20 2.5 PER JAM 15 2 Proporción de Empleo en Construcción Proporción de Empleo en Servicios ARG 1.5 10 ATG. URY 1 NIC BOL 5 DOM ARG PRY 0.5 PAN URY JAM GTM BHS COL ECU DOM BRB PRY CHL 0 SLV BHS 0 BRA PAN HND ECU MEX BRA CRI BOL -5 BRB CHL -0.5 SLV CRI LCA LCA HND NIC -1 ATG -10 MEX Peru GTM -1.5 COL -15 -2 -20 -2.5 -10 -5 0 5 10 15 -10 -5 0 5 10 15 Balanza Comercial de Bienes Primarios Balanza Comercial de Bienes Primarios Nota: Los Paneles D, E y F representan la correlación parcial de cada proporción de empleo y la balanza comercial de bienes primarios, luego de controlar por PBI Per Cápita en Dólares y el tamaño de la población de cada país. Fuentes: Spatafora y Tytell (2009), ILO, IFS y WDI. | 43 década de 1990 o principios de los años 2000, alcanzó un punto de inflexión y entró en una tendencia bajista que se extendió a lo largo de la última década. Una excepción a esta pauta la constituye Brasil, que exhibe una estable reducción de la desigualdad salarial desde principios de la década de 1990. Esta tendencia descendente contrasta vivamente con la evolución de otras regiones, cuya desigualdad salarial ha seguido una tendencia ascendente. La tendencia descendente de la desigualdad salarial de LAC durante los años 2000 es un hecho estilizado que se puede explicar a través de cambios en las cantidades relevantes (por ejemplo, la educación y la experiencia) que favorecen la igualación de los ingresos, a través de una tendencia a la igualación de los precios de las cualificaciones (derivada, a su vez, de una reducción de los rendimientos educativos), o a través de ambos factores. A primera vista, la tendencia a la igualación de los niveles educativos observada en varios países de LAC durante los años 2000 sugiere que la educación podría jugar un papel en esta historia. Como muestra el Panel B del Gráfico 2.6, si bien durante la década de 1990 hubo un aumento bastante generalizado en casi todos los países de LAC de la brecha educativa entre los que están en el extremo superior e inferior de la distribución del ingreso, dicha tendencia se invirtió durante los años 2000, pues en la mayoría de los países de LAC el nivel educativo aumentó más para quienes están en el extremo inferior de la distribución del ingreso durante la última década. La educación también genera un efecto de signo opuesto sobre la desigualdad. En todas las economías, la varianza de los salarios aumenta conforme lo hace el nivel educativo. Por lo tanto, el incremento relativamente estable del nivel educativo medio en casi todos los países de LAC que documenta el Gráfico 2.5 tendería a aumentar la desigualdad de los ingresos. Los tests empíricos realizados (presentados más adelante) indican que estos dos efectos probablemente se compensan, de modo que los cambios en la composición de la fuerza laboral (incluida la educación) no son un factor explicativo muy significativo para la clara reducción de la desigualdad salarial del periodo. El énfasis de esta investigación, por tanto, debe dirigirse a los cambios en los precios, es decir, en los cambios en los rendimientos de la educación, las habilidades y la experiencia. En consecuencia, en lo que queda de subsección nos concentramos en la evolución de los rendimientos de la educación y sus posibles determinantes. Así pues, el hecho estilizado a considerar es que los rendimientos de la educación (sobe todo de la secundaria), que habían subido gradualmente en la región durante la década de 1990, llegaron a un punto de inflexión y se embarcaron en una tendencia descendente durante los años 2000. Esta tendencia bajista debe reflejar, a su vez, que la demanda de trabajadores con un nivel educativo alto no creció tan rápido como su oferta.15 En el caso de LAC, es inevitable concluir que los factores de demanda tuvieron un papel crucial, puesto que, si bien la oferta de educación siguió una tendencia positiva a lo largo de la década de 1990 y de los años 2000, hay una inversión en la tendencia de los rendimientos de la educación, cuya pauta ascendente de la década de 1990 se convirtió en descendente en los años 2000, como se muestra más adelante. Está claro que la rápida expansión de la educación secundaria en la región no estuvo acompañada por una expansión equivalente en la demanda, lo que dio lugar a una reducción en los rendimientos de la educación secundaria durante los años 2000 (Gráfico 2.12). Cabe destacar que el punto de 15Debido restricciones temporales y a la limitada disponibilidad de datos, este informe no examina los efectos de un posible deterioro de la calidad de la oferta educativa sobre los rendimientos de la educación, si bien es un tema que merece la pena investigar en mayor profundidad. 44 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina inflexión de la tendencia de los rendimientos de la educación secundaria coincide a grandes rasgos con los cambios en la desigualdad para hombres y mujeres previamente documentados. Es especialmente notable el caso de México, donde la disminución de los rendimientos de la educación secundaria está en torno a los 40 puntos logarítmicos. Argentina es una excepción parcial a esta pauta general, pues los rendimientos promedio de la educación secundaria (y de niveles inferiores) se mantuvieron bastante estables a lo largo del periodo para las mujeres y comenzaron a reducirse muy lentamente en 2002 para los hombres. La evolución de los rendimientos de la educación terciaria (esto es, la evolución de los salarios de los trabajadores con la educación terciaria terminada) es más difícil de evaluar, pues la conclusión a la que se llega depende mucho de la categoría de referencia escogida. Los rendimientos de la educación terciaria aumentan para las mujeres en todos los países cuando los comparamos con los rendimientos de la educación secundaria. En el caso de los hombres, en cambio, estos rendimientos aumentan en Brasil a lo largo del tiempo (hasta la repentina caída de la crisis de 2008), pero se FIGURA 2.12. Retornos a la Educación PANEL A. Argentina PANEL B. Brasil 2.30 2.30 Hombre: Terciaria vs. Primaria Mujer: Terciaria vs. Primaria 2.10 Hombre: Secundaria vs. Primaria Mujer: Secundaria vs. Primaria 2.10 Hombre: Terciaria vs. Secundaria Mujer: Terciaria vs. Secundaria 1.90 1.90 1.70 1.70 1.50 1.50 1.30 1.30 1.10 1.10 0.90 0.90 0.70 0.70 0.50 0.50 0.30 0.30 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 PANEL C. Chile PANEL D. México 2.30 2.30 2.10 2.10 1.90 1.90 1.70 1.70 1.50 1.50 1.30 1.30 1.10 1.10 0.90 0.90 0.70 0.70 0.50 0.50 0.30 0.30 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2005 2006 2008 2010 Notas: Trabajadores asalariados. Población en edad de trabajar. Fuente: LCRCE con datos de SEDLAC. | 45 reducen lentamente o se mantienen estables en Argentina, Chile y México. Sin embargo, cuando comparamos los salarios de los trabajadores con educación terciaria con los salarios de los trabajadores con educación primaria o menos, la situación imita de manera casi perfecta la evolución de los rendimientos de la educación secundaria, pues los rendimientos de la educación terciaria aumentan durante la década de 1990 y se reducen durante los años 2000, o, lo que es lo mismo, siguen la evolución de la desigualdad en los ingresos laborales. Es interesante destacar que la reducción en los rendimientos de la educación secundaria y terciaria (con respecto a los salarios de los trabajadores con educación primaria o menos) durante los años 2000 sugiere que hubo un rápido aumento de los salarios medios de los trabajadores situados en el extremo inferior de la distribución de habilidades. Este aumento probablemente está relacionado con el rápido incremento del promedio de los años de educación y la consiguiente disminución de la oferta relativa de trabajadores del extremo inferior de la distribución, pero también podría tener que ver con factores de demanda. Como vimos en la sección anterior, el boom del precio de las materias primas y las subsiguientes mejoras de los términos de intercambio para los países exportadores de materias primas han favorecido el crecimiento del empleo en el sector servicios y la construcción, que son sectores cuyo uso de trabajadores cualificados es probablemente menos intensivo. Por lo tanto, la idea de que ha habido un desplazamiento de la demanda que ha favorecido a los empleos relativamente poco cualificados en los países exportadores de materias primas parece convincente. Para evaluar esta hipótesis, Gasparini et al. (2011) relacionan los rendimientos de la educación con los cambios en los términos de intercambio en 16 países de LAC. Sus resultados, que reproducimos en este informe, indican que los cambios en los términos de intercambio están relacionados con una reducción en la prima educativa, que se puede medir como la diferencia entre los salarios de los trabajadores con educación terciaria y los que tienen un nivel educativo menor (Gráfico 2.13, Panel A) o como la diferencia entre los salarios de los trabajadores que obtuvieron un título de educación secundaria y los que abandonaron la secundaria sin terminarla o no llegaron ni a comenzarla (Gráfico 2.13, Panel B). No obstante, estas son meras correlaciones para cuyo cálculo únicamente se han tenido en cuenta los efectos fijos de país en la determinación de las primas salariales. Una vez que otros factores (como las perturbaciones que afectaron de manera común a las economías de FIGURA 2.13. Prima de Especialización y Términos de Intercambio. 1990-2009 PANEL A. Prima Salarial Entre Trabajadores PANEL B. Prima Salarial Entre Secundaria de Alta y Baja Especialización Incompleta y Menos 1.8 1.4 1.6 1.2 Trabajadores de alta-baja especialización 1.4 1 Desertores de la Secundaria Prima Salarial Prima Salarial 1.2 0.8 1 0.6 0.8 0.4 y = -0.0025x + 1.3035 0.6 0.2 y = -0.0028x + 0.7769 0.4 0 50 70 90 110 130 150 170 190 50 70 90 110 130 150 170 190 Términos de Intercambio Términos de Intercambio (2000=100) (2000=100) Nota: Los Paneles representan observaciones año-paíss de la región de LAC incluyendo: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, El Salvador, Uruguay y Venezuela. Fuente: LCRCE de Gasparini et al. (2011). 46 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina LAC durante las dos últimas décadas, los cambios en la oferta relativa de trabajadores, las tasas de desempleo de los distintos grupos poblacionales y un índice de la evolución del salario mínimo) se incorporan al análisis, la relación estadística entre los términos de intercambio y la prima educativa sigue siendo fuertemente significativa en el caso de la educación terciaria (en comparación con el resto de niveles educativos), pero deja de serlo cuando se considera la brecha entre los trabajadores que terminaron la secundaria y los que no lo hicieron (Gasparini et al. 2011). En todo caso, es difícil descartar que mecanismos análogos a los del mal holandés, al generar una reasignación de la fuerza de trabajo hacia sectores menos intensivos en conocimiento, hayan jugado un papel importante en la reducción de los rendimientos de la educación y, por tanto, en la reducción de la desigualdad en los ingresos laborales. Así pues, el Gráfico 2.14 muestra que la asociación entre los términos de intercambio y la prima salarial educativa es especialmente fuerte (y se mantiene coherente con cualquiera de las dos medidas de la brecha salarial) para los exportadores de materias primas, como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. En cambio, la relación entre los cambios en los términos de intercambio y la prima educativa no existe para los importadores de materias primas, como Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y El Salvador. Más allá de los importantes cambios en los rendimientos de la educación, ¿hubo cambios en otras características de los trabajadores que también contribuyeron a explicar la evolución de la desigualdad salarial en LAC? Para responder a esta pregunta hay que distinguir entre los cambios en la composición de la fuerza laboral y los cambios en los rendimientos de las características que los trabajadores aportan al mercado. Como se ha mencionado anteriormente, los cambios del primer tipo han sido sustanciales durante las dos últimas décadas en LAC: las mujeres continuaron con el camino iniciado en 1950 al participar de manera creciente en el mercado laboral y el nivel medio de educación de los trabajadores creció de manera importante. Un estudio en curso preparado en ocasión de este informe por Fernández-Sierra y Messina (2012) ha distinguido la contribución de las características demográficas de la contribución de los cambios en los rendimientos de dichas características en Argentina, Brasil, Chile y México. En concreto, los cambios en la desigualdad salarial se pueden dividir en tres componentes: los cambios en las características observables de la fuerza laboral empleada (manteniendo sus rendimientos constantes), los cambios en la estructura de los salarios (manteniendo constante la composición de la fuerza laboral) y un elemento residual.16 Este estudio analiza separadamente el periodo inicial en que la desigualdad salarial aumentó en todos los países excepto Brasil y el segundo periodo caracterizado por la disminución de la desigualdad salarial en los cuatro países. Los resultados fundamentales sugieren que los cambios en las características de la fuerza laboral podrían haber incrementado la desigualdad, si bien dicho efecto es pequeño. Los cambios en la estructura de los salarios, en cambio (y aunque se considere la década de 1990), parecen haber tenido un papel protagonista en la evolución de la desigualdad salarial a lo largo de las dos últimas décadas. Sin embargo, la importancia 16 Este análisis aplica la metodología de Firpo, Fortin y Lemieux (2009), que basa el modelo de regresión en la llamada recentered influence function (RIF). Esta metodología amplía la descomposición estándar de Oaxaca-Blinder (basada en la media de la distribución) para analizar también cualquier otro punto de una distribución, incluidos los percentiles 90 y 10, en los que se basa nuestra medida principal de la desigualdad. Hay que tener en cuenta que estas descomposiciones constituyen, de manera intrínseca, una análisis de equilibrio parcial. La hipótesis subyacente es que los cambios en las cantidades (por ejemplo, los cambios en el nivel educativo) no afectan a los precios de las características implicadas. | 47 FIGURA 2.14. Prima de Educación y Términos de Intercambios. 1990-2010 Panel A. Exportadores de Bienes Primarios Argentina Bolivia Brasil Chile 1.1 1.3 1.7 1.3 1.6 1 1.2 1.2 1.5 0.9 1.1 1.4 1.1 1.3 0.8 1 1 1.2 0.7 0.9 1.1 0.9 50 70 90 110 130 150 90 110 130 150 50 70 90 110 130 80 100 120 140 160 180 200 Colombia Costa Rica Ecuador México 1.4 1.1 1.1 1.3 1 1.3 1 1.2 0.9 1.2 0.9 1.1 0.8 1.1 0.8 0.7 1 80 100 120 140 70 80 90 100 110 120 80 90 100 110 120 130 90 95 100 105 110 Trabajadores de alta-baja especialización Perú Uruguay Venezuela 0.9 1.1 0.9 1 0.8 0.8 0.9 Prima Salarial 0.7 0.8 0.7 0.7 0.6 0.6 0.6 0.5 0.5 0.5 90 110 130 150 170 80 90 100 110 120 130 50 100 150 200 Panel B. Importadores de Bienes Primarios Honduras Nicaragua Panamá Paraguay 1.5 1.4 1.1 1.3 1.3 1.2 1.4 1.2 1 1.1 1.3 1.1 1 1.2 1 0.9 0.9 70 80 90 100 110 120 70 90 110 130 80 90 100 110 120 90 100 110 120 El Salvador 1.1 1 0.9 70 90 110 130 Términos de Intercambio (�ndice Base 2000=100) Notas: Los exportadores (importadores) netos de bienes primarios se definen como aquellos países que en promedio tuvieron una balanza comercial de bienes primarios positiva (negativa) durante los 2000. Fuente: Gasparini et al. (2011). relativa de cada uno de estos factores varía de manera importante dependiendo del subperiodo analizado. Durante la década de 1990, la evolución de las características y los cambios en la estructura de los salarios contribuyeron a explicar el aumento de la desigualdad en Chile y México; en concreto, los 48 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina cambios composicionales asociados a la educación y la experiencia laboral tuvieron más importancia para los hombres que los cambios en la estructura de los salarios, mientras que, para las mujeres, la importancia de ambos cambios fue bastante similar (Gráfico 2.15). Esta tendencia contrasta con el caso de Argentina, otro país donde la desigualdad salarial aumentó marcadamente hasta 2002 pero el poder explicativo de los cambios en la composición de la fuerza laboral fue muy pequeño. En Argentina, el incremento de la desigualdad salarial hasta 2002 se puede atribuir por completo a los cambios en la estructura de salarios. En los años 2000, en cambio, la disminución generalizada de la desigualdad salarial se puede atribuir completamente a los cambios en la estructura de los salarios. De hecho, los cambios en la composición de la fuerza laboral durante la última década no dejaron de presionar para que la distribución de salarios se hiciera más dispersa. Así, el análisis sugiere que si no hubiera sido por los cambios en la composición de la fuerza laboral la desigualdad se habría reducido incluso más, sobre todo en el caso de México. Estos resultados los comparten hombres y mujeres y las descomposiciones varían muy poco para unos y otras. La única excepción a esta pauta general es la FIGURA 2.15. Evolución de la Desigualdad de Salarios: Composición del Empleo vs. Retornos PANEL A. Argentina PANEL B. Brasil 0.25 0.3 0.2 0.2 0.1 Log p90/p10 Razón Salarial 0.15 0 0.1 Log p90/p10 Razón Salarial -0.1 0.05 -0.2 0 -0.3 -0.05 -0.4 -0.1 -0.5 -0.15 -0.6 Hombre Mujer Hombre Mujer Masculino Femenino Masculino Femenino Período: 1995-2002 Período: 2002-2010 Período: 1992-2002 Período: 2002-2009 Diferencia Composición Coeficientes Interacción Diferencia General Dotaciones Generales Coeficientes Generales Interacción General PANEL C. Chile PANEL D. México 0.3 0.3 0.2 0.2 Log p90/p10 Razón Salarial Log p90/p10 Razón Salarial 0.1 0.1 0 0 -0.1 -0.1 -0.2 -0.2 -0.3 -0.3 -0.4 -0.4 Masculino Femenino Masculino Femenino Masculino Femenino Masculino Femenino Período: 1990-1996 Período: 1996-2009 Período: 1992-1998 Período: 1998-2010 Diferencia General Dotaciones Generales Coeficientes Generales Interacción General Diferencia General Dotaciones Generales Coeficientes Generales Interacción General Notas: Los gráficos representan las descomposiciones Oaxaca-Blinder de la razón p90/p10 entre una composición y efectos de coeficientes. Las descomposiciones separadas se computaron para hombres y mujeres así como en cada período. La regresión de salarios detrás de las descomposiciones incluye 4 dummies de educación e indicadores de experiencia en intervalos de 5 años. Fuente: Fernández-Sierra y Messina (2012). | 49 de Argentina, donde el aumento de la desigualdad después de 2002 se debe en parte a los cambios en la estructura salarial, si bien el componente residual (no explicado) de la descomposición juega un papel relevante. Dado que los cambios en la estructura salarial tuvieron el papel protagonista en la reducción de la desigualdad salarial en la región durante los años 2000, la pregunta que queda por responder es: ¿cuáles son los motores de estos cambios? Por supuesto, podría decirse que la disminución de los rendimientos de la educación previamente documentada fue un determinante fundamental de los cambios en la estructura de los salarios. En concreto, los rendimientos de la inversión en educación secundaria se han reducido, al igual que la diferencia entre los rendimientos de la educación terciaria y primaria; ambos factores sugieren que la demanda de trabajadores con titulación universitaria y secundaria fue débil, o que el crecimiento de la demanda en las ocupaciones más básicas fue fuerte, o una combinación de los dos fenómenos. No obstante, más allá de los cambios en los rendimientos de la educación y la experiencia, parece que otras características inobservables de los trabajadores también han sido relevantes para explicar los cambios de la estructura de los salarios. Así, si mantenemos la composición de la fuerza laboral y los rendimientos de la educación y de la experiencia constantes, la desigualdad salarial residual sigue un camino muy similar al de la desigualdad salarial previamente documentada (Gráfico 2.16).17 En el caso de los hombres (Gráfico 2.16, Panel A), la evolución es muy similar para Brasil, Chile y México: cae de manera estable en Brasil a partir de 1992, se reduce después de 1996 en Chile y comienza a bajar en 2004 en Argentina. México es la excepción, pues la desigualdad salarial residual no sigue la tendencia alcista durante la década de 1990, sino que se reduce de manera estable entre 1992 y 2010. En el caso de las mujeres (Gráfico 2.16, Panel B), hay algunas diferencias entre países y la evolución de la desigualdad salarial FIGURA 2.16. La Evolución de la Desigualdad Residual de Salarios PANEL A. Hombres PANEL B. Mujeres 2.2 2.2 Argentina Argentina Brasil Brasil Chile Chile 2 México 2 México Log p90/p10 Razón Salarial Log p90/p10 Razón Salarial 1.8 1.8 1.6 1.6 1.4 1.4 1.2 1.2 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Fuente: Fernández-Sierra y Messina (2012) 17El Gráfico 2.17 muestra la evolución de la desigualdad salarial residual. Esta medida se obtiene extrayendo los residuos de regresiones a la Mincer con especificaciones muy flexibles que se estiman separadamente para cada año, país y género. En cada regresión, la variable dependiente es el logaritmo del salario por hora y las variables explicativas son cuatro categorías educativas (educación primaria o menos, menos de secundaria, secundaria terminada y título universitario), un vector de diez indicadores de experiencia potencial que abarcan desde 0 a 40 años en intervalos de 5 años y un conjunto completo de interacciones entre las variables de educación y experiencia. Después de estimar cada regresión, se calcula el ratio entre el percentil 90 y el percentil 10 de la disminución de los residuos. 50 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina residual no se parece tanto a la de la desigualdad salarial total observada. La conclusión general es que, al menos para los hombres, las tendencias paralelas en la desigualdad salarial residual y observada indican que los rendimientos de la educación, pese a explicar una parte importante de la reducción de la desigualdad salarial en los años 2000, no pueden explicarla toda. Finalizamos esta sección con un análisis de la evolución de la desigualdad de los ingresos para cada nivel educativo, para tratar así de desentrañar los determinantes de las tendencias de la desigualdad salarial residual. La comparación entre tres grupos educativos (trabajadores con la educación terciaria terminada, con la secundaria terminada y trabajadores con educación primaria o menos) es coherente con la evidencia internacional y revela que la dispersión salarial tiende a aumentar con el nivel educativo también en LAC, si bien las diferencias entre los grupos educativos no son tan marcadas como en los países de ingreso alto (Figura 2.17). El resultado más interesante tiene que ver con el cambio en la desigualdad de los ingresos para el grupo de trabajadores con educación terciaria. En concreto, mientras que la desigualdad salarial global se redujo durante los años 2000 en los cuatro países, la desigualdad salarial para los trabajadores con educación terciaria se estabilizó en México y Chile, aumentó en Brasil (a una tasa discreta para las mujeres pero a un ritmo rápido para los FIGURA 2.17. Desigualdad de Salarios por Grupos de Educación y Género PANEL A. Argentina PANEL B. Brasil 2.5 2.5 2.3 2.3 2.1 2.1 Log p90/p10 Wage Ratio Log p90/p10 Wage Ratio 1.9 1.9 1.7 1.7 1.5 1.5 1.3 1.3 1.1 1.1 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Masculino: Primaria Femenino: Primaria Masculino: Primaria Femenino: Primaria Masculino: Secundaria Femenino: Secundaria Masculino: Secundaria Femenino: Secundaria Masculino: Terciaria Femenino: Terciaria Masculino: Terciaria Femenino: Terciaria PANEL C. Chile PANEL D. México 2.5 2.5 2.3 2.3 Log p90/p10 Razón Salarial Log p90/p10 Razón Salarial 2.1 2.1 1.9 1.9 1.7 1.7 1.5 1.5 1.3 1.3 1.1 1.1 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2005 2006 2008 2010 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Masculino: Primaria Femenino: Primaria Masculino: Primaria Femenino: Primaria Masculino: Secundaria Femenino: Secundaria Masculino: Secundaria Femenino: Secundaria Masculino: Terciaria Femenino: Terciaria Masculino: Terciaria Femenino: Terciaria Fuente: Fernández-Sierra y Messina (2012) | 51 hombres) y se redujo de manera estable a partir de 2002 en Argentina. Estas diferencias en las tendencias de la desigualdad salarial para el grupo de los trabajadores con educación terciaria merecen un análisis más profundo. En primer lugar, podrían deberse a la creciente polarización de la estructura salarial entre ciertos tipos de habilidades. Esta tendencia se ha documentado para Estados Unidos, donde se cree que el cambio tecnológico ha estimulado la importancia relativa de la importancia de las tareas abstractas que normalmente se asocian con las habilidades cognitivas de los profesionales y gerentes con un alto nivel educativo (Autor, Levy y Murname, 2003). Además, con respecto a las comparaciones entre grupos educativos, se considera que el cambio tecnológico ha aumentado la demanda de trabajadores altamente cualificados más que la de trabajadores con un nivel educativo medio. Cabe destacar, sin embargo, que como muchas de las habilidades interpersonales utilizadas en los trabajos poco cualificados (por ejemplo, taxistas y servicios personales) son no rutinarias y difícilmente informatizables, el cambio tecnológico podría haber dejado la demanda de dichas habilidades relativamente intacta. En el caso de LAC, esta interpretación basada en la evidencia disponible para Estados Unidos es coherente con la subida de la prima educativa asociada a la educación terciaria (con respecto a la secundaria) que hemos documentado en este informe. Quizás sea más difícil reconciliar esta interpretación con la fuerte caída de los rendimientos de la educación terciaria (con respecto a la primaria). Dicha caída podría deberse al impacto del auge de las materias primas en los años 2000, que a su vez habría podido proporcionar un estímulo adicional a los servicios intensivos en mano de obra poco cualificada. Una hipótesis alternativa, o quizás complementaria, para explicar la creciente desigualdad salarial de los titulados universitarios, es que la rápida expansión de la educación terciaria podría haber inducido una mayor dispersión en la calidad de las habilidades que las diferentes universidades contribuyen a desarrollar. Nuevas universidades con una plantilla y unos recursos que distan mucho de ser óptimos están proliferando en la región para atender la subida en la demanda. El mercado laboral podría reaccionar a la creciente heterogeneidad en el abanico de habilidades asociadas a los diferentes títulos universitarios retribuyéndolas de manera distinta e incrementando así la varianza de los salarios. En resumen, la reducción de los rendimientos de la educación, en concreto de la secundaria, destaca como un factor explicativo crucial de la disminución de la desigualdad en los ingresos observada durante los años 2000. La mencionada disminución en los rendimientos sugiere que la demanda de mano de obra altamente cualificada es débil, lo que a su vez podría deberse a varios factores. Uno de ellos parece ser el auge de los precios de las materias primas, ya que ha estimulado el crecimiento relativo de los sectores no comercializables, cuyo uso de la mano de obra cualificada de la mano de obra cualificada (al menos a día de hoy en LAC) en los países que son exportadores netos. Otros factores relacionados con la demanda podrían estar interviniendo también, puesto que los rendimientos de las habilidades que no se derivan de la educación se redujo de manera estable durante este periodo. Finalmente, hay cierta evidencia según la cual un factor relacionado con la oferta podría estar actuando. En concreto, puede que la calidad de la educación terciaria no se haya mantenido con la rápida expansión educativa. Este factor podría explicar el aumento de la desigualdad salarial entre los trabajadores con educación universitaria. 52 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Sección 2: Los cambios en los ajustes del mercado laboral en LAC durante las dos últimas décadas. Ha habido pocos cambios tan dramáticos en el desempeño macroeconómico de LAC desde principios de la década de 1990 como la reducción en las tasas de inflación y, en menor medida, el aumento del comercio internacional. La tasa mediana de inflación se redujo del 33 por ciento en 1985-1990 al 6 por ciento en 2005-2010. El peso del comercio (la suma de las exportaciones e importaciones de bienes) en el PIB aumentó del 46 por ciento a casi el 64 por ciento durante el mismo periodo. Estos son cambios profundos del contexto macroeconómico en el que funcionan los mercados de trabajo y es probable que tengan consecuencias de gran alcance. Así pues, la integración comercial y la estabilización de los precios pueden tener efectos variados y a menudo contradictorios sobre las fluctuaciones del mercado laboral. La estabilización de la inflación contribuye a la eficiencia económica, pues reduce los errores en las decisiones de inversión y empleo al facilitar la inferencia de los precios relativos en la economía. No obstante, la inflación baja también puede desencadenar rigideces nominales y reales, que a su vez pueden aumentar el tamaño de los ajustes cuantitativos (número de empleos, horas trabajadas, etc.) con los que afrontan las recesiones los mercados laborales.18 Por otro lado, aunque la integración comercial, trae beneficios por aumentos en eficiencia, también puede suponer una fuente adicional de fluctuaciones al mercado laboral por medio de la transmisión de choques externos a las condiciones de trabajo internas. Comenzaremos considerando los aspectos relacionados con la evolución de la rigidez salarial durante las dos últimas décadas de reducción inflacionista. ¿El fin de la flexibilidad a la baja de los salarios reales? ¿Se han vuelto los salarios reales más rígidos a la baja conforme se reducía la inflación? Para obtener una primera impresión de la aparición de rigideces salariales a la baja en LAC, analizamos los cambios del promedio de los salarios por sectores.19 Holden y Messina (2012) calculan la frecuencia con que la rigidez impide los recortes salariales en varias regiones del mundo, comparando los recortes salariales reales por país y año con los recortes que se hubieran producido en un entorno sin 18 El ganador del Nobel Milton Friedman expuso convincentemente en su discurso a la academia sueca que el nivel de inflación y su volatilidad están estrechamente relacionados: “es improbable que una tasa de inflación alta sea estable durante décadas de transición. Más bien, cuanto más alta sea la inflación, más variable será� (Friedman, 1977). Por lo tanto, la inflación baja suele estar acompañada de fluctuaciones menos frecuentes en la tasa de variación de los precios, lo cual facilita la formación de expectativas sobre la inflación futura. Este mecanismo, a su vez, hace a los trabajadores menos propensos a aceptar subidas salariales por debajo de la tasa de inflación y podría dar lugar al surgimiento de rigideces a la baja de tipo real en lugar de nominal. 19 El análisis de los cambios salariales por sector tiene la ventaja de que es viable para muchos países, 86 en total (incluyendo las economías de LAC). El número de sectores utilizado para calcular la frecuencia de los recortes salariales varía entre países: hay un máximo de 43 y un mínimo de 10 sectores por país y año. Sin embargo, los cambios en el salario promedio de un sector entre dos años consecutivos reflejan una mezcla de cambios salariales genuinos y cambios en la composición de la fuerza laboral empleada en el sector, un aspecto que hay que tener en cuenta cuando se evalúan los resultados. | 53 fricciones (es decir, sin rigideces) salariales. A continuación resumimos sus conclusiones principales.20 Los resultados de Holden y Messina (2012) indican que la rigidez salarial nominal a la baja apenas cambió de la década de 1990 a los años 2000, mientras que la rigidez de los salarios reales aumentó notoriamente durante la última década. En concreto, la frecuencia con que se evitaron las rebajas salariales nominales en LAC fue cercana al 15 por ciento durante las dos décadas, una frecuencia superior a la de la OCDE pero algo inferior a la de Europa y Asia central (ECA, por sus siglas en inglés, Europe and Central Asia) y las regiones africanas de Oriente Medio y Norte de �frica (�frica- MENA; por sus siglas en inglés, Middle East and North Africa), como muestra el Panel A de la Figura 2.18. En cambio, la frecuencia con que se impidieron las caídas salariales reales casi se triplicó al pasar del 5 por ciento en la década de 1990 al 15 por ciento en la década de 2000. La rigidez salarial real también se incrementó entre la década de 1990 y la década de 2000 en las regiones de Asia y el Pacífico, pero se redujo en la OCDE, ECA y �frica-MENA. Los resultados para LAC indican que, pese a que durante la década de 1990 el nivel de indexación salarial fue más alto, los salarios estuvieron menos protegidos de la inflación que en la década de 2000. De hecho, en entornos de inflación alta, los saltos y las sorpresas son más la norma que la excepción, por lo que las cláusulas de indexación salarial funcionan de manera imperfecta y parcial como mucho. En cambio, la inflación fue más baja en los años 2000 en LAC, lo que la hizo más predecible y facilitó la aparición de las rigideces salariales reales a la baja en la región. Más allá de estas pautas generales, podemos obtener una visión más detallada si analizamos la evolución de la determinación salarial país por país. Así, destaca el caso de Brasil, un país que pasó de la hiperinflación a una desinflación basada en el tipo de cambio (promovida por el Plan Real, introducido en 1994) y a una cifra de inflación estable y de un único dígito en los años 2000 (bajo el FIGURA 2.18. Rigidez a la Baja de Salarios en el Mundo PANEL A. Rigidez Nominal a la Baja PANEL B. Rigidez Real la Baja 40% 20% 35% 15% 30% 25% 10% 20% 15% 5% 90s 90s 00s 00s 10% 0% 5% 0% -5% -5% -10% -10% LAC OECD ECA AFR-MENA EA-SAP LAC OECD ECA AFR-MENA EA-SAP Fuente: Holden y Messina (2012). 20 Los autores calculan dos medidas de rigidez salarial, una nominal y otra real. La rigidez salarial nominal aumenta cuando lo hace la frecuencia de las reducciones salariales nominales (es decir, los cambios salariales por debajo de cero) evitadas por las rigideces. La rigidez salarial real aumenta cuando las fricciones impiden más frecuentemente que los salarios nominales suban por debajo de la tasa de inflación. 54 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina régimen de metas de inflación introducido en 1999). El Recuadro 2.1 describe los aspectos más destacados de esta transición, así como sus efectos sobre la determinación de los salarios reales y nominales. Recuadro 2.1. Las metas de inflación y la indexación salarial. El caso brasileño. Después de la introducción del Plan Real, cuyo objetivo era luchar contra la inflación a través de un ancla cambiaria, la inflación se redujo rápidamente en Brasil: pasó de cifras de 4 dígitos al 66 por ciento en 1995 y al 16 por ciento en 1996 hasta estabilizarse en cifras de un único dígito a lo largo de la década de 2000. Además, en 1999 se introdujo un nuevo régimen de política monetaria y el Banco Central comenzó a establecer metas de inflación específicas. ¿Cómo respondió la determinación salarial en Brasil a un cambio tan grande de la política monetaria? Según Messina y Sanz de Galdeano (2011), la indexación salarial fue la respuesta típica a la inflación alta y volátil. En promedio, durante el periodo 1995-2002, un régimen de rigidez salarial real a la baja dominó la negociación salarial para aproximadamente el 43 por ciento de los trabajadores del sector formal en Brasil, esto es, los contratos de estos trabajadores tenían algún tipo de cláusula de indexación implícita o explícita; en cambio, un régimen de rigidez salarial nominal a la baja, que impide que los salarios bajen en términos nominales, afectó sólo al 10 por ciento de los trabajadores formales (Figura B2.1, Panel A). Cabe destacar que la reducción secular de la inflación no afectó al porcentaje de trabajadores sujetos a cada uno de los dos regímenes de rigidez. Aunque el régimen de rigidez salarial dominante en Brasil fue de indexación salarial, en los años inmediatamente posteriores a la hiperinflación los salarios se indexaron a un índice de precios diferente de la tasa esperada de inflación. Así, el precio de referencia para las negociaciones salariales fue el cambio en el salario mínimo (Figura B2.1, Panel B). Nuestra interpretación de estos resultados es que los trabajadores se centraron en un índice de precios fácilmente disponible y observable, el cambio en el salario mínimo, y descartaron la difícilmente predecible tasa de inflación. Por supuesto, el gobierno ajustó progresivamente el salario mínimo para tener en cuenta FIGURA B2.1. Rigidez Nominal y Real en Brasil PANEL A. Regímenes de Rigidez a la baja y PANEL B. Punto Focal de Indexación Salarial Desinflación 100% 18% 20% 90% 16% 18% 80% 14% 16% 70% 12% 14% 60% 10% 12% 50% 10% 8% 40% 8% 6% 30% 6% 4% 20% 4% 10% 2% 2% 0% 0% 0% 1995-1996 1996-1997 1997-1998 1998-1999 1999-2000 2000-2001 2001-2002 95-96 96-97 97-98 98-99 99-00 00-01 01-02 Inflación (eje dcho.) Rigidez a la Baja Salarios Reales 95% Confidence Bands ( r) Inflación IPC Rigidez a la Baja Salarios Nominales Crecimiento del Salario Mínimo Punto Focal de Rigidez Real Fuente: Messina y Sanz de Galdeano (2011). | 55 los cambios en la inflación pasada y así evitar a los trabajadores, al menos parcialmente, cambios importantes en su poder adquisitivo. La ruptura con esta pauta de indexación salarial basada en los cambios del salario mínimo requirió un impulso de credibilidad adicional que se produjo en 1999, cuando el Banco Central de Brasil introdujo las metas de inflación. Un efecto crucial de la introducción de metas de inflación es que anclan las expectativas inflacionistas, y esto es precisamente lo que ocurre en el mercado laboral. A partir de 1999, la frecuencia de la indexación sigue siendo similar a la de años previos, pero el ancla o el punto focal de la indexación cambia. De este modo, los trabajadores se alejaron paulatinamente del salario mínimo y comenzaron a negociar sus subidas salariales de acuerdo a la ya creíble tasa de inflación esperada. Los cambios resultantes en la naturaleza de los ajustes salariales se observan al comparar la reacción de los salarios reales durante la crisis global más reciente de 2008-2009 y la gran crisis económica de la década de 1990. Así, la Figura 2.19 compara los ajustes salariales que se produjeron en pasadas recesiones y en la reciente recesión global en cuatro países de LAC: Argentina, Brasil, Colombia y México. El panel de la izquierda muestra los ajustes salariales que siguieron a la crisis del Tequila en México, el final del plan de convertibilidad en Argentina y el contagio después de las crisis asiáticas en Brasil y Colombia. Con la excepción de Colombia, los gráficos muestran con claridad el rápido descenso de los salarios reales que acompañó a las depreciaciones de la tasa de cambio en las crisis previas. El contraste con los ajustes de los salarios reales de la gran recesión de 2008-2009 es agudo, como revelan los paneles de la derecha de la Figura 2.20. En primer lugar, pese a que los tipos de cambio se depreciaron significativamente, la crisis global apenas afectó a la tasa de inflación y por tanto no hubo ningún mecanismo de transmisión. En consecuencia, a pesar de la fuerte reducción de las tasas de crecimiento durante la recesión de 2009, la desaceleración de los salarios fue discreta en Brasil, Colombia y México, e incluso en Argentina los salarios siguieron creciendo.21 Tanto la aparición de rigideces a la baja de los salarios reales en la región como las tendencias divergentes de los ajustes salariales durante la reciente recesión global (en comparación con las grandes crisis de la década de 1990) sugieren que hubo una reducción de la sensibilidad de los salarios reales a las fluctuaciones de la producción en los años 2000. Para analizar este fenómeno, estudiamos la evolución del comportamiento cíclico salarial y complementamos el ejercicio examinando la ciclicidad del empleo.22 Este análisis nos permite contestar a la siguiente pregunta: ¿están conectadas las variaciones de las tendencias cíclicas del empleo y los salarios? Es bien sabido que la legislación laboral en LAC es bastante rígida sobre el papel, incluso para los estándares de la OCDE (Heckman y Pages, 2004). La contratación y el despido de trabadores formales son especialmente difíciles debido a la fuerte protección al empleo. No obstante, el escaso cumplimiento de la ley (Kaplan y Sadka, 2007) y el tamaño del sector informal ponen en duda la efectividad de esta legislación. Además, como sugieren Bertola y Rogerson (2007), la protección del 21El crecimiento de los salarios reales en Argentina ha de interpretarse con cautela, pues existe bastante incertidumbre sobre la estimación del cambio en los precios. 22 Para estudiar la variación temporal de las pautas de ajuste de los salarios reales ante las fluctuaciones del PIB necesitamos series de datos largas y frecuentes, es decir, datos trimestrales. Lamentablemente, estos datos escasean en LAC y están disponibles solo para unos pocos países. Véase Gambetti y Messina (2012) para una descripción detallada de las características de las bases de datos. 56 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.19. Salarios y Precios Durante las Grandes Recesiones de los 2000 y de los 1990 PANEL A. Argentina Crisis Previas Crisis del 2008/2009 Indice Base Jun.97=100 �ndice Base Jun.08=100 150 150 IPC 140 140 Media Salario Real 130 130 120 120 110 110 100 100 90 90 80 80 70 70 60 60 feb-96 feb-98 feb-00 feb-02 feb-04 oct-96 oct-98 oct-00 oct-02 oct-04 jun-95 jun-97 jun-99 jun-01 jun-03 mar-06 mar-07 mar-08 mar-09 dic-05 dic-06 dic-07 dic-08 sep-05 sep-06 sep-07 sep-08 jun-05 jun-06 jun-07 jun-08 jun-09 PANEL B. Brasil Crisis Previas Crisis del 2008/2009 �ndice Base Sep.97=100 �ndice Base Sep.08=100 115 115 110 110 105 105 100 100 95 95 90 CPI Real Mean Wage 90 85 85 Jun-96 Dec-96 Jun-97 Dec-97 Jun-98 Dec-98 Jun-99 Dec-99 Mar-96 Mar-97 Mar-98 Mar-99 Mar-00 Sep-96 Sep-97 Sep-98 Sep-99 Mar-07 Mar-08 Mar-09 Mar-10 Sep-07 Sep-08 Sep-09 Dec-07 Dec-08 Dec-09 Jun-07 Jun-08 Jun-09 Jun-10 PANEL C. Colombia Previous Crisis 2008 Crisis Index Base Sep-98=100 Index Base Mar-08=100 140 140 130 130 120 120 110 110 100 100 90 90 80 80 70 70 Jun-97 Dec-97 Jun-98 Dec-98 Jun-99 Dec-99 Jun-00 Dec-00 Jun-01 Mar-98 Mar-99 Mar-00 Mar-01 Sep-97 Sep-98 Sep-99 Sep-00 Dec-06 Jun-07 Dec-07 Jun-08 Dec-08 Jun-09 Dec-09 Jun-10 Mar-07 Mar-08 Mar-09 Mar-10 Sep-07 Sep-08 Sep-09 Sep-10 PANEL D. México Crisis Previas Crisis del 2008/2009 �ndice Base Dic-94=100 �ndice Base Dic-07=100 190 190 170 170 150 150 130 130 110 110 90 90 70 70 dic-07 dic-08 dic-09 jun-07 sep-07 jun-08 sep-08 jun-09 sep-09 mar-08 mar-09 mar-94 mar-95 mar-96 dic-94 dic-95 jun-94 sep-94 jun-95 sep-95 jun-96 Notas: Las líneas punteadas representan los períodos de recesiones obtenidos mediante el algoritmo de Harding y Pagan (2002). El salario real es el salario por hora de los empleados deflactado por el IPC. Fuente: LCRCE con datos de SEDLAC. | 57 empleo sobre el papel resulta inefectiva si se permite que los salarios fluctúen de manera significativa. Para comenzar, y pese al mal diseño de las instituciones laborales, los mercados laborales de la década de 1980 y la década de 1990 se han caracterizado por su flexibilidad. Los resultados relacionados con esta aseveración los presenta la Figura 2.20, en el que cada fila muestra un país y cada columna una medida de correlación bilateral (entre los salarios y la producción en la columna 1 y entre el empleo y la producción en la columna 2). Hasta 1995, el comportamiento cíclico salarial era en promedio del 0.30 en Brasil, del 0.67 en Colombia y del 0.32 en México. Estas cifras están en el límite superior de los resultados obtenidos para casi todos los países de la OCDE (Messina, Strozzi y Turunen, 2009) e indican que la flexibilidad salarial fue muy alta durante la década de 1990 en los países analizados. Además, cabe destacar que las fuertes fluctuaciones en el precio del trabajo estuvieron acompañadas de grandes fluctuaciones en el empleo y las correlaciones correspondientes fueron del 0.6 en Brasil y aproximadamente del 0.7 en Colombia y México. Con el paso del tiempo y las reducciones en inflación, los ajustes de los salarios a lo largo del ciclo económico se hicieron más suaves. Los síntomas de este proceso son más fuertes en Colombia y Brasil, pero también son notorios en México.23 El caso de Brasil es interesante, pues la reducción de la ciclicidad salarial comenzó a mediados de los noventa y coincidió así con el Plan Real de estabilización (introducido en 1994). Por el contrario, los salarios son relativamente acíclicos en Chile, ya que no muestran ninguna tendencia clara durante el periodo para el cual hay datos disponibles (1993-2010). Dada la mayor estabilidad de los salarios reales en la región, podría esperarse que los ajustes en el empleo durante las fluctuaciones cíclicas fuesen más grandes. Sin embargo, no hay una relación biunívoca entre la ciclicidad de los salarios reales y la del empleo, como se desprende de las distintas tendencias seguidas en Brasil, México y Colombia (Figura 2.20). Esta falta de relación podría deberse a que las empresas compensan su incapacidad de ajustar los salarios durante las fluctuaciones recurriendo más a menudo a ajustar otros costes laborales (por ejemplo, horas trabajadas o beneficios adicionales).24 No obstante, vale la pena destacar que, en la medida en que la reducción de la inflación en LAC aumente la eficiencia, las empresas podrán planear mejor sus estrategias de personal, lo que podría reducir la necesidad de realizar ajustes en las contrataciones y los despidos. Por tanto, podrían reducirse las fluctuaciones en el empleo y en los salarios. De hecho, la desviación estándar para el empleo y los salarios se redujo durante los años 2000 en Brasil, Colombia y México, al tiempo que las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica experimentaron una tendencia descendente (Gambetti y Messina, 2012). Históricamente, el comportamiento cíclico del empleo agregado ha ocultado importantes heterogeneidades en dos dimensiones. Nos referimos, en primer lugar, a las diferencias en la 23 En el caso de Colombia, podemos aceptar al 95% que la correlación entre los salarios reales y la producción al principio del periodo muestral es más grande que al final. En Brasil, la evidencia de una reducción de la ciclicidad salarial es menos concluyente y sólo puede aceptarse al 86%, mientras que la probabilidad es del 60% en México. No obstante, esta probabilidad es sólo un reflejo de la incertidumbre que afecta a la estimación y que responde a la brevedad del periodo abarcado por los datos. Véase Gambetti y Messina (2012) para un análisis detallado. 24 Babecki et al. (2012) han argumentado esto recientemente en el contexto de las rigideces salariales a la baja de Europa. Su estudio muestra cómo las empresas recurren a diferentes márgenes de ajuste de los costes laborales (incluidos, entre otros, los cambios en los beneficios adicionales, la asignación de turnos y las estrategias de ascenso) como sustitutos de la flexibilidad salarial para lograr flexibilidad en los costes laborales totales. 58 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina FIGURA 2.20. Los Ciclos de los Salarios el Empleo PANEL A. Brasil W-Y E-Y PANEL B. Chile W-Y E-Y PANEL C. Colombia W-Y E-Y PANEL D. México W-Y E-Y Notas: Los datos proviene del sector de manufacturas. Y indica producción industrial, E indica empleo, W indica salarios reales (deflactados por el IPC). Fuente: Gambetti y Messina (2012). ciclicidad de los distintos tipos de empleo: el trabajo por cuenta propia, el trabajo formal por cuenta ajena y el trabajo informal por cuenta ajena. Al igual que en Estados Unidos y otros países desarrollados, el peso del empleo formal en LAC históricamente ha tendido a ser procíclico. Es decir, en casi todos los ciclos económicos de la década de 1980 y la década de 1990, el empleo formal se redujo durante las recesiones, mientras que el informal creció (Bosch y Maloney, 2010). En segundo lugar, consideramos el diferente comportamiento de las contrataciones y los despidos durante las recesiones. Como indica el caso mexicano, la reducción del empleo formal durante las recesiones reflejó la congelación de las contrataciones y no un rápido incremento de los despidos. En consecuencia, el comportamiento anticíclico del empleo informal durante las recesiones no ha reflejado la transición a la informalidad de trabajadores formales despedidos sino, sobre todo, la creciente llegada de los desempleados que no logran encontrar trabajo en el sector formal (Lederman et al. 2011). | 59 En comparación con estas pautas típicas de la ciclicidad del empleo formal e informal, la recesión de 2008-2009 supone una importante excepción, pues la informalidad creció muy discretamente e incluso se redujo en algunos países. Esta diferencia en parte se debe a que la naturaleza de la perturbación exterior, que se percibió como temporal y no indujo una crisis financiera interna, como había sucedido normalmente en el pasado. Además, la recesión de 2009 se produjo en un contexto distinto de las tendencias de la informalidad. Mientras que la década de 1990 se caracterizó por la creciente informalidad (Perry et al., 2007), el vigoroso crecimiento de la década de 2000 se asoció con una reducción estable del peso del empleo informal en la mayoría de los países para los que hay datos disponibles, con la notable excepción de México (Figura 2.21, Panel A). La expansión de grandes empresas en el sector formal durante la década de 2000 se relacionó con la reciente disminución de la informalidad en LAC. En este contexto, Bosch y Maloney (2011) muestran que, en México, la mayoría de las transiciones del empleo informal al formal reflejan movimientos de trabajadores que abandonan pequeñas empresas informales para convertirse en empleados formales de grandes corporaciones. Los años 2000 generalizan la experiencia mexicana a otros países de LAC. Como revela el Panel B de la Figura 2.21, la reducción de la informalidad fue más fuerte en países donde la proporción de trabajadores de empresas grandes creció más.25 Después de repasar el comportamiento del empleo y los salarios, nos centramos ahora en los ajustes cíclicos del desempleo. El hecho estilizado evidente es que la reacción del desempleo a la recesión de 2009 en LAC fue relativamente discreta, mientras que la creación de empleo durante la recuperación fue excepcionalmente fuerte (Figura 2.22, Panel A). La limitada reacción del desempleo durante la reciente recesión se debe a varios factores. Para empezar, hay que tener presente la diferente naturaleza de la crisis, que se gestó fuera de la región, no indujo una crisis financiera interna y pudo ser percibida por las empresas de LAC como un fenómeno temporal. Todo esto pudo facilitar que los ajustes se centrasen en el número de horas trabajadas en lugar de en los despidos, más costosos. FIGURA 2.21. Informalidad en LAC PANEL A. Informalidad y Empleo por Cuenta PANEL B. Informalidad y Crecimiento de Propia como Porcentaje de la Población Empleada Empresas Grandes Cambio Entre 2000 y 2010 12 15 Empleados Informales por Cuenta Ajena 10 México Empleo por Cuenta Propia 8 10 6 El Salvador Cambio en la Informalidad Variación 2000-2010, en p.p. Bolivia 4 Puntos Porcentuales 5 2 0 Argentina 0 Chile -2 Brasil -4 Costa Rica -5 Paraguay -6 Perú -8 -10 -10 El Salvador Paraguay Bolivia Perú Costa Rica Chile Brasil México Argentina -0.10 -0.08 -0.06 -0.04 -0.02 0.00 0.02 0.04 0.06 0.08 0.10 Cambio en la Proporción de Empleados por Firmas Grandes Variación 2000-2010, en p.p. Notas: Por disponibilidad de datos, el cambio de la informalidad en Bolivia es entre 2000 y 2008; en Brasil entre 2001 y 2009; en Chile, Costa Rica y El Salvador es entre 2000 y 2009; en Honduras entre 2001 y 2009; en Panamá entre 2001 y 2010; y en Paraguay entre 2001 y 2010. Para el Panel B, una empresa grande se define como una firma con más de 20 empleados. Por disponibilidad de datos, las empresas grandes se definen como más de 10 empleados en Brasil, Honduras y Uruguay; más de 25 empleados en Argentina, y más de 50 empleados en Chile. Fuentes: LCRCE from SEDLAC. 25 La informalidad se define como la carencia de acceso a la seguridad social mediante el empleo. 60 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Adicionalmente, hubo dos factores que contribuyeron a reprimir el colapso de la producción y a impulsar la vigorosa recuperación: la fortaleza de la demanda exterior liderada por China y la rápida reactivación de los precios de las materias primas. No obstante, puede que el lento crecimiento del desempleo en la recesión de 2009 también se haya debido a una genuina reducción de la extensión de las fluctuaciones laborales en la región. Para investigar esta hipótesis, retomamos la Ley de Okun -la relación entre los cambios en la tasa de desempleo y los cambios en la producción- en Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú, los cinco países con una serie suficientemente larga de datos trimestrales, y comparamos dos ciclos completos, uno en la década de 1990 y otro en los años 2000.26 Los resultados son concluyentes. La sensibilidad del desempleo al ciclo económico de finales de la década de los 90 en Argentina, Brasil y Colombia fue bastante fuerte comparada con la de otros países en desarrollo y la de países con altos ingresos (Figura 2.22, Panel B). Por el contrario, durante el ciclo más reciente la sensibilidad del desempleo a la producción económica en los cinco países fue bastante débil. El cambio más grande se observa en Colombia. La respuesta del desempleo a un cambio acumulado en el PIB de 1 por ciento fue de 2.8 puntos porcentuales durante los 1990, en comparación con una respuesta de sólo 0.4 puntos durante los años 2000. Nótese, no obstante, que medimos los ciclos de principio a fin (por lo que terminan en el primer trimestre de 2009 en casi todos los países de LAC) y las limitaciones de los datos sólo nos permiten comparar dos ciclos. La fuerte reacción del desempleo durante la recuperación en 2010 y 2011 (Figura 2.22, Panel A) podría indicar que el comportamiento cíclico del desempleo será más marcado en los años venideros. FIGURA 2.22. Desempleo y Producto en el Ciclo Real PANEL A. Desempleo Durante la Crisis PANEL B. Ley de Okun: Respuesta del Desempleo ante Cambios en el Producto Ponderado por la Población Primer Ciclo Segundo Ciclo 12 3 2007 2008 2009 2010 2011 10 2.5 2 Puntos Porcentuales 8 1.5 In % 6 4 1 2 0.5 0 0 Estados Uruguay Argentina Filipinas Colombia Chile Brasil Perú México Japón Unidos América Latina China MICs Sudeste MICs Europa Estados Unidos EU15 y el Caribe Asiático del Este Notas: El Panel B representa la suma de los coeficientes beta estimados utilizando una versión dinámica de la Ley de Okun, utilizando 4 rezagos del crecimiento del PBI real. Cada especificación es estimada en un ciclo completo. El segundo ciclo se refiere a expansiones iniciadas en los 2000 y el primer ciclo se refiere a expansiones en los 1990. Las fechas de las recesiones se obtienen a través del algoritmo Harding y Pagan (2002) que determina períodos para los ciclos reales, con datos trimestrales a partir de 1995t1. Los pisos de los ciclos son: Argentina (1995t3, 2002t1, 2009t1), Brasil (1995t3, 2003t2, 2009t1), Colombia (1999t2, 2002t4, 2009t1), Perú (1998t2, 2003t4, 2009t2), México (1995t2, 2002t1, 2009t1), Estados Unidos (1995t4, 2001t4, 2009t2), Filipinas (1998t2, 2001t1, 2009t1), y Japón (1999t1, 2001t4, 2009t1). Chile, Uruguay y Portugal tienen un ciclo completo a partir de 1995t1; Chile (1999t1-2009t2), y Uruguay (2000t2-2009t2). Fuente: LCRCE con datos de LABLAC. 26Estimamos una versión dinámica de la Ley de Okun en la que permitimos que los cambios en la producción pueden tener un efecto hasta con cuatro retardos sobre los cambios en el desempleo. En el texto incluimos el impacto de largo plazo de la producción, es decir, la suma de los cuatro coeficientes asociados a los cambios en la producción, sobre los cambios en el nivel de desempleo. | 61 En esta subsección hemos visto que la dramática reducción de la inflación en la región hizo aumentar las rigideces a la baja de los salarios, lo que a su vez disminuyó las fluctuaciones de los ingresos, sobre todo durante las recesiones. El resultado que quizás resulta más sorprendente es que la reducción de la variabilidad de los ingresos no estuvo acompañada de cambios más drásticos en el empleo o el desempleo, lo que sugiere que los mercados laborales de LAC entraron en una fase de menor volatilidad. Desde luego, es posible que el entorno exterior favorable que caracterizó la década haya tenido un papel en la moderación de las fluctuaciones. Un ejemplo de la excepcionalidad de los años 2000 y de la importancia del crecimiento durante este periodo es la reducción de la informalidad que casi todos los países experimentaron. Sin embargo, los cambios en las políticas, como el aumento en la credibilidad de la política monetaria, también habrían podido ayudar a suavizar las fluctuaciones. La introducción de regímenes de metas de inflación en muchos países de la región seguramente ayudó a los trabajadores a coordinar sus expectativas de inflación (como vimos en el caso de Brasil) y a sufrir menos sorpresas inflacionistas así como repentinas pérdidas en su poder adquisitivo. La integración comercial y los ajustes cíclicos del empleo En esta subsección final estudiamos brevemente la relación entre la mayor integración comercial que LAC muestra actualmente y las fluctuaciones cíclicas del empleo. Aunque las ganancias comerciales derivadas de la mayor integración y especialización son incuestionables, también es cierto que la apertura comercial aumenta la exposición, y quizás también la vulnerabilidad, a las perturbaciones comerciales exteriores. Como hemos argumentado en informes previos de esta serie (por ejemplo, en “Latin America and the Caribbean’s Long-Term Growth: Made in China?�), es probable que esta vulnerabilidad sea más grande cuanto más concentrados estén los socios comerciales de un país y menos diversificadas estén sus exportaciones. Por lo tanto, los países de Centroamérica y el Caribe, cuyas exportaciones se concentran mucho en Estados Unidos, estaban naturalmente más expuestos a la crisis global desencadenada por la caída de Lehman Brothers a finales de 2008. El enorme colapso de la demanda mundial de exportaciones fue un aspecto crucial de la reciente crisis global. Se calcula que el comercio global de bienes se redujo en más del 20 por ciento en 2009 (con respecto al año anterior), una caída cuatro veces más grande que cualquier otra ocurrida antes de la Segunda Guerra Mundial. El efecto del colapso del comercio fue especialmente agudo en México, puesto que estuvo muy ligado a la reducción de la actividad económica de Estados Unidos, el socio comercial más importante de México. Como consecuencia, el comercio de México con Estados Unidos disminuyó casi un 45 por ciento durante el último trimestre de 2008. ¿Cómo se propagó esta perturbación externa al mercado laboral de los estados del norte de México? Desde luego, tuvo diferentes repercuciones. Los datos del registro de la seguridad social de México utilizados por Kaplan, Lederman y Robertson (2011) revelan que el empleo formal en los estados norteños, muy especializados en el comercio, se redujo en torno al 9 por ciento entre septiembre de 2008 y marzo de 2009. Cabe resaltar que esta reducción masiva del empleo no estuvo acompañada de casi ningún ajuste a la baja de los salarios reales para aquellos trabajadores que conservaron sus 62 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina empleos, rasgo que es coherente con la aparición de las rigideces salariales a la baja previamente documentadas.27 El ajuste de los estados del norte de México durante la crisis también nos enseña que las reacciones del mercado laboral ante las perturbaciones originadas en los sectores comercializables se extienden rápidamente al resto de la economía cuando la integración comercial es considerable. El Panel A del Figura 2.23 muestra la evolución trimestral del empleo en los sectores comercializables en el norte de México durante 2008-2009 y la evolución del valor de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. La correlación entre estas dos variables a lo largo del tiempo es claramente alta. Quizás lo más sorprendente es el hecho de que el empleo en los sectores no comercializables estuvo muy correlacionado (incluso más que el empleo en los sectores comercializables) con las exportaciones durante casi todo el periodo (Figura 2.23, Panel B). Este resultado apunta a la existencia de fuertes y complejas relaciones de equilibrio general entre los sectores comercializables y no comercializables que hacen que el empleo en los segundos también sea vulnerable a una perturbación comercial importante. Así pues, los choques fueron transmitidos de los sectores comercializables a los no comercializables, probablemente a través de los efectos colaterales inter-industriales en el empleo y de la caída en la demanda agregada generada por la contracción inicial del empleo en los sectores no comercializables. FIGURA 2.23. Empleo y Exportaciones a los Estados Unidos PANEL A. Empleo en Comerciables PANEL B. Empleo en No-Comerciables 1550 65000 2,650 65000 1500 60000 2,600 60000 Empleo Total en No Transables 1450 Empleo Total en Transables Exportaciones a los EE.UU. Exportaciones a los EE.UU. 55000 2,550 55000 1400 En billones En billones En miles En miles 50000 2,500 50000 1350 45000 2,450 45000 1300 40000 2,400 40000 1250 Empleo Transable Exportaciones a los EE.UU. Empleo No Transable Exportaciones a los EE.UU. 1200 35000 2,350 35000 2007t1 2007t2 2007t3 2007t4 2008t1 2008t2 2008t3 2008t4 2009t1 2009t2 2009t3 2009t4 2007t1 2007t2 2007t3 2007t4 2008t1 2008t2 2008t3 2008t4 2009t1 2009t2 2009t3 2009t4 Fuentes: Kaplan, Lederman y Robertson (2011). 27Los salarios reales de los trabajadores que continuaron en la misma empresa se redujeron en promedio en 0.001 puntos logarítmicos entre finales de septiembre de 2008 y finales de diciembre de 2012 y en 0.012 puntos logarítmicos entre diciembre de 2008 y marzo de 2009. | 63 64 | El Papel del Mercado Laboral en la transformación de América Latina Referencias Autor, D. H., F. Levy, y R. J. Murnane, (2003) “The Skill Content of Recent Technological Change: An Empirical Investigation�, Quarterly Journal of Economics 118, 1279–1333 Autor, D. H., Lawrence F. Katz, y Melissa S. 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