80950 Resumen En el período comprendido entre 2010 y 2012, las relaciones entre el Banco Mundial y la sociedad civil continuaron ampliándose. Esta evolución se observó en todo el espectro del "continuo de la relación", que abarca la difusión de información, el diálogo sobre políticas, las consultas sobre estrategia, la colaboración en las operaciones y las asociaciones institucionales. El aumento en el número de representantes de organizaciones de la sociedad civil (OSC) que participaron en las Reuniones Anuales y de Primavera durante este período muestra con toda claridad que estas relaciones se han intensificado. Mientras que hace 10 años asistieron a las Reuniones Anuales menos de 100 representantes de OSC, en 2011 fueron más de 600 los que participaron en el Programa de la Sociedad Civil, un evento que duró una semana. Para garantizar la adecuada representación de las opiniones y las perspectivas de los países en desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ampliaron el número de representantes de OSC de dichos países que pueden asistir a las Reuniones Anuales y de Primavera. En los años examinados, el Banco patrocinó la participación de un promedio de 35 OSC y líderes juveniles de países en desarrollo en el Programa de la Sociedad Civil. Asimismo en este período, el Banco organizó más de 20 consultas con múltiples partes interesadas de todo el mundo acerca de estrategias sectoriales, instrumentos de financiamiento y estudios de investigación. Esto abarcó más de 600 reuniones de consulta pública en todo el mundo, que permitieron recoger la opinión de unos 13 000 actores interesados. Las consultas más amplias se refirieron a la revisión de las políticas del Banco sobre acceso a la información, las normas de desempeño de la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el medio ambiente. Las OSC no solo colaboraron activamente en estos procesos de consulta ayudando a organizar las reuniones correspondientes, sino que por primera vez participaron en la planificación del proceso para implementar la Política de Acceso a la Información. Se organizaron también numerosas consultas en el nivel nacional referidas a la elaboración de estrategias de asistencia a los países (EAP) y de documentos de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP) (en los apéndices A y B publicados en Internet se describen estas consultas país por país). El Banco Mundial profundizó asimismo su colaboración con la sociedad civil en las operaciones alentando su intervención en los proyectos que financia y cooperando con ellas en el ámbito de la educación, la gestión de riesgos de desastre y otras áreas. La sociedad civil intervino en el 82% de los 1018 proyectos y programas nuevos financiados por el Banco durante el período que aquí se examina. Las OSC fueron también importantes beneficiarios de los proyectos impulsados por la comunidad, a los que se destinaron cerca de US$4500 millones en 2012. El Banco también fortaleció la labor referida a la responsabilidad social al incorporar este concepto en las estrategias sectoriales y de asistencia a los países, incrementando el financiamiento que destina a proyectos de responsabilidad social y organizando actividades de difusión y aprendizaje en esta área. Los debates o los lanzamientos de libros de OSC sobre temas como seguridad alimentaria y salud también fueron reflejo de un diálogo más intenso con esas organizaciones. Tres mesas redondas dedicadas al tema de los alimentos y patrocinadas por el Banco convocaron a más de 150 representantes de las principales OSC y redes de la sociedad civil de todo el mundo, que se reunieron con el presidente Zoellick y otros miembros de la administración superior de la entidad para analizar la crisis mundial de los alimentos. El Banco siguió también trabajando con diversas redes de la sociedad civil de todo el mundo, como la Confederación Sindical Internacional (CSI) y CIVICUS. Este intercambio supuso mantener el contacto permanente, organizar visitas de los líderes de diversas OSC y participar en conferencias organizadas por OSC. El Equipo sobre Sociedad Civil del Banco continuó colaborando estrechamente con el FMI en la organización de actividades de intercambio con la sociedad civil durante las Reuniones Anuales y de Primavera, y mantuvo contactos periódicos con los equipos sobre sociedad civil de otras organizaciones internacionales, como el Servicio de Enlace con las Organizaciones No Gubernamentales (SENG) de Naciones Unidas, el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La colaboración con OSC en el área educativa abarcó desde la participación de representantes de dichas entidades en el Directorio de la Alianza Mundial para la Educación hasta el trabajo del Banco con diversas fundaciones para mejorar los parámetros de la educación en �frica. Por otro lado, en 2011 se creó el Grupo Consultivo del Banco Mundial y la Sociedad Civil sobre Salud, Nutrición y Población, que constituye un mecanismo estructurado y transparente para el diálogo sobre políticas y programas de salud. El Banco buscó activamente incluir a las OSC en sus programas sobre medio ambiente y cambio climático. En este sentido, cabe destacar la incorporación de 17 observadores pertenecientes a OSC y pueblos indígenas en dos fondos de inversión en el clima y la conformación de la Alianza Mundial a favor de los Océanos. El Banco también estableció alianzas programáticas con diversas OSC en actividades tales como recopilación de datos y capacitaciones conjuntas. Se organizaron numerosos talleres de capacitación con las OSC sobre las nuevas iniciativas de datos de libre acceso y elaboración de mapas de proyectos del Banco. Estos talleres estaban orientados al seguimiento de los proyectos y la recuperación posterior a desastres. Quizá las acciones más significativas hayan sido los esfuerzos por lograr que se incluyera a las OSC en las instancias decisorias de dos grandes mecanismos de donación de las áreas de seguridad alimentaria (el Programa Mundial para la Agricultura y la Seguridad Alimentaria) y responsabilidad social (Alianza Global para la Auditoría Social). Durante este período de tres años se produjeron importantes cambios en el financiamiento que el Banco brinda a las OSC. Por primera vez en sus 12 años de historia, el Fondo Japonés de Desarrollo Social canalizó la mayor parte de sus recursos directamente a través de OSC y no de los Gobiernos. Otros mecanismos de donación también continuaron financiando directamente a las OSC, como el Programa de Pequeñas Donaciones, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y la Feria del Desarrollo. Asimismo, el Fondo Fiduciario de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI) proporcionó al Revenue Watch Institute fondos para respaldar a diversas OSC en la promoción del buen gobierno y la transparencia en seis países en desarrollo ricos en recursos. En el nivel regional, el Banco continuó trabajando con OSC a través de diálogos sobre políticas, consultas, colaboración en las operaciones y financiamiento. Diversas OSC supervisaron proyectos del Banco en �frica, interactuaron con la entidad a través de las redes sociales en Asia oriental y promovieron la responsabilidad social en América Latina. En Oriente Medio, el Banco y numerosas OSC árabes pusieron en marcha la Red Afiliada para la Responsabilidad Social en el Mundo �rabe, que reúne a la sociedad civil, los Gobiernos y los medios de comunicación para promover el buen gobierno y los resultados en términos de desarrollo. El Banco también colaboró activamente con OSC de América del Norte y Europa dedicadas a la promoción de políticas, como InterAction, que representa a 190 OSC internacionales con sede en Estados Unidos. El Banco siguió vinculándose con grupos específicos, como los pueblos indígenas, los jóvenes y los discapacitados. Por otro lado, renovó sus esfuerzos por incluir la participación de fundaciones a través de un consejo asesor de alto nivel. Asimismo, incrementó significativamente el financiamiento que destina a incorporar la perspectiva de género en sus proyectos y mantuvo su fuerte vinculación con el movimiento sindical internacional. Las unidades del Banco dedicadas a la observancia (el Panel de Inspección, la Oficina del Ombudsman y Asesor en materia de Observancia [CAO], el Grupo de Evaluación Independiente [IEG] y la Vicepresidencia de Integridad Institucional [INT]) procuraron activamente establecer vínculos con la sociedad civil mediante reuniones con grupos comunitarios, OSC dedicadas a promover políticas y miembros de círculos académicos. La complejidad de los vínculos entre los Gobiernos y la sociedad civil en algunos países ha dado lugar a niveles de participación dispares en el mundo. En algunos países y sectores, las relaciones entre el Banco y las OSC son intensas y productivas; en otros, distantes o incipientes. Si bien en el período comprendido entre 2010 y 2012 se ha ampliado el alcance y la exhaustividad de las consultas sobre políticas, aún es necesario lograr mayor coherencia. En la actualidad, el Banco trabaja para ofrecer a su personal más orientaciones en esta materia (por ejemplo, mediante un conjunto de herramientas sobre mejores prácticas), con el fin de fortalecer las iniciativas de consulta en el futuro.